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Oskar Ortiz de Guinea | Iñigo Villamía
Jueves, 18 de mayo 2023
Lourdes del Hoyo tenía una sonrisa tan grande como el impacto que ha supuesto su asesinato a manos de su expareja en Orio. Quienes le conocían, es lo que más repiten: su alegría, su facilidad para sonreír y su bondad. Era «tan buena», ... que seguía quedando con Alberto Casado «porque le daba pena verle tan mal». «Ella tenía claro que no iban a volver juntos. Pero le veía que no estaba bien, y tampoco quería dejarlo solo», contaba ayer una amiga, «conmocionada» y «sin poder digerir» la tragedia. «El domingo estuvieron caminando juntos por el paseo del río. Solían hacerlo mucho. También iban por la playa», añadía. «Es terrible».
Lourdes tenía 50 años. Era de San Sebastián, del Antiguo, donde creció junto a sus padres, dos hermanos y una hermana. Estudió en el desaparecido colegio Santa Rita de los Padres Agustinos, en el paseo de Heriz, que luego ocupó el instituto Luberri. Allí conoció a su futuro marido, aunque ambos iniciaron su noviazgo «a partir de una boda en la que coincidieron», apunta un amigo de la época.
Reconstrucción
del crimen de Orio
Recorrido de Alberto Casado desde el bar Aurrera hasta el lugar donde cometió el asesinato de Lourdes del Hoyo
Euskaltegi
AEK
de Orio
2
1
Parque
infantil
Bar
Aurrera
3
1
SE TOMA UN CAFÉ
EN EL BAR AURRERA
16:25 h.
Interior del bar Aurrera
Alberto Casado, cuya madre vive en las inmediaciones, entra en el Bar Aurrera de la calle Estropalari nº 12 y pide un café cortado descafeinado. Se sienta en una mesa y se lo toma tranquilamente. En ese momento no lleva ningún paquete o bolsa
2
SE DIRIGE A SU COCHE
Y COGE EL ARMA
Coche de
Alberto
Casado
BAR
Dirección
hacia la calle
Arrantzale
El asesino sale del bar y se dirige a su vehículo, que tenía aparcado frente al bar. De su interior coge la bolsa en la que esconde la escopeta con los cañones recortados y se dirige hacia el parque infantil de la calle Arrantzale donde había quedado con Lourdes del Hoyo
C/ Estropalari
3
17:35 h.
Lourdes del Hoyo lee tranquilamente un libro sentada en un banco, mientras espera a su expareja con la que había quedado
Parque
infantil
C/ Arrantzale
4
Alberto Casado se acerca a Lourdes y sin mediar palabra le dispara un tiro en la cabeza. Inmediatamente después dirige su escopeta de cañones recortados hacia su cabeza y se suicida. El arma queda oculta bajo su cuerpo
Parque
infantil
GRÁFICO:
F.J. BIENZOBAS
Reconstrucción
del crimen de Orio
Recorrido de Alberto Casado desde el bar Aurrera hasta el lugar donde cometió el asesinato de Lourdes del Hoyo
2
Euskaltegi
AEK
de Orio
1
Calle
Estropalari
Parque
infantil
Bar
Aurrera
3
Calle
Arrantzale
1
SE TOMA UN CAFÉ
EN EL BAR AURRERA
16:25 h.
Interior del bar Aurrera
Alberto Casado, cuya madre vive en las inmediaciones, entra en el Bar Aurrera de la calle Estropalari nº 12 y pide un café cortado descafeinado. Se sienta en una mesa y se lo toma tranquilamente. En ese momento no lleva ningún paquete o bolsa
2
SE DIRIGE A SU COCHE
Y COGE EL ARMA
Coche de
Alberto
Casado
BAR
Dirección
hacia la calle
Arrantzale
El asesino sale del bar y se dirige a su vehículo, que tenía aparcado frente al bar. De su interior coge la bolsa en la que esconde la escopeta con los cañones recortados y se dirige hacia el parque infantil de la calle Arrantzale donde había quedado con Lourdes del Hoyo
C/ Estropalari
3
17:35 h.
Lourdes del Hoyo lee tranquilamente un libro sentada en un banco, mientras espera a su expareja con la que había quedado
Parque
infantil
C/ Arrantzale
4
Alberto Casado se acerca a Lourdes y sin mediar palabra le dispara un tiro en la cabeza. Inmediatamente después dirige su escopeta de cañones recortados hacia su cabeza y se suicida. El arma queda oculta bajo su cuerpo
Parque
infantil
GRÁFICO:
F.J. BIENZOBAS
Reconstrucción del crimen de Orio
2
Bar
Aurrera
Calle
Estropalari
1
Euskaltegi
AEK
de Orio
Parque
infantil
Recorrido de Alberto Casado desde el bar Aurrera hasta el lugar donde cometió el asesinato de Lourdes del Hoyo
Calle
Arrantzale
3
Interior del bar Aurrera
SE TOMA UN CAFÉ
EN EL BAR AURRERA
1
16:25 h.
Alberto Casado, cuya madre vive en las inmediaciones, entra en el Bar Aurrera de la calle Estropalari nº 12 y pide un café cortado descafeinado. Se sienta en una mesa y se lo toma tranquilamente. En ese momento no lleva ningún paquete o bolsa
2
SE DIRIGE A SU COCHE
Y COGE EL ARMA
C/ Estropalari
El asesino sale del bar y se dirige a su vehículo, que tenía aparcado frente al bar. De su interior coge la bolsa en la que esconde la escopeta con los cañones recortados y se dirige hacia el parque infantil de la calle Arrantzale donde había quedado con Lourdes del Hoyo
Coche de
Alberto
Casado
BAR
Dirección
hacia la calle
Arrantzale
3
Lourdes del Hoyo lee tranquilamente un libro sentada en un banco, mientras espera a su expareja con la que había quedado
17:35 h.
Parque infantil
4
Alberto Casado se acerca a Lourdes y sin mediar palabra le dispara un tiro en la cabeza. Inmediatamente después dirige su escopeta de cañones recortados hacia su cabeza y se suicida. El arma queda oculta bajo su cuerpo
C/ Arrantzale
GRÁFICO: F.J. BIENZOBAS
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Javier Guillenea
La pareja se casó en San Sebastián, donde nació el primero de sus dos hijos en común. Hace 18 años, la familia se mudó a Orio, donde al poco llegó su segunda hija, ahora de 16. El matrimonio se separó hace unos años. «Son cosas que pasan... A todo el mundo le afecta un divorcio, pero ella decía que por lo menos sus dos hijos tenían ya una edad como para entenderlo. Siempre pensaba en ellos», resalta una amiga.
Tras dieciocho años en Orio, más de la mitad de su etapa adulta, Lourdes tenía su vida plenamente montada en la localidad costera, donde era fácil verla paseando, haciendo deporte en el polideportivo, yendo al trabajo o en la casa de cultura, donde solía alquilar novelas como la que leía cuando Alberto le pegó un tiro. «Nadie merece acabar así, pero Lourdes mucho menos. Siempre se dice en estos casos que era una gran persona, pero es que ella lo era. Era un ángel».
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Hacía algo más de año y medio que Lourdes dejó atrás su reparo por la posibilidad de volver a entablar una relación sentimental, y comenzó a salir con Alberto. Ambos eran conocidos en el municipio, y su relación sentimental despertó ilusión entre sus conocidos. «Les veías, y hacían buena pareja. Los dos eran majos, deportistas... Parecía que solo les podía ir bien. Cuando estaban juntos no solían quedar con más gente, pero se les veía a gusto. Luego no sé qué pasaría, pero hace más de un mes o dos que ella le dejó», explica una vecina, que aún recuerda el primer día que los vio juntos. «Me alegré por los dos».
Una amistad de su época de estudiante en Donostia destaca que «la última vez le vi hace un año muy feliz con su nueva relación. En sus estados de WhatsApp ponía cosas como que «había conocido a un chico», que «la vida le daba una segunda oportunidad» tras su divorcio, o que «había conocido el amor». «¡Vaya amor! Cuando supe la noticia, pensé que qué cabrón tenía que ser para hacer algo así, sin saber entonces que era Lourdes. Me he enterado esta mañana (ayer), y me quedé en shock. Era encantadora. Al contrario que yo, fue una buena estudiante».
La hija de Lourdes está en el último curso de ESO en La Salle, en Zarautz. La madre de una alumna de su clase se acordaba ayer de la pequeña. «Están en plenos exámenes, así que imagina el cuadro. Estaba muy unida a su madre, era como un ídolo para ella y me preocupa cómo lo pueda asumir con 16 años, porque algo así te rompe la vida para siempre. Cuando en el grupo de padres nos han informado que habían hecho un minuto de silencio en el colegio, me he quedado rota. La chavala estaba ilusionadísima con estudiar el año que viene en San Sebastián. ¿Cómo remontas esto ahora?», se preguntaba mientras su rostro evidenciaba la preocupación.
Como cada día, Alberto Casado acudió el martes al bar Aurrera de Orio para tomarse su café. Pero con un matiz. No lo hizo a la hora habitual. Cambió su rutina. «Siempre venía por la mañana y luego sobre las siete de la tarde», señala Jorge Álvarez, propietario del negocio y amigo de Alberto Casado.
«Me llamó la atención que viniera primero sobre las dos y media o tres menos cuarto, y después otra vez a las cuatro y veinticinco. Nunca había venido dos veces tan seguidas», reconoce este hostelero al que todavía le cuesta articular palabra. «Lógicamente no por verle en dos ocasiones en un periodo corto de tiempo vas a creer que va a matar a alguien, pero sí que es verdad que da qué pensar. Su primer y último cortado se los tomó aquí», añade.
Casado, de 50 años, frecuentaba el bar Aurrera desde los 17 o 18 años y siempre pedía lo mismo: un cortado descafeinado. Tanto por la mañana como por la tarde. «Venía todos los días porque a muy pocos metros está la casa de su madre, se sentaba siempre en la misma mesa y me pedía el mismo café. Como no tomaba nada de alcohol, rara vez me pedía una cerveza. Eso sí, cero-cero».
«Cuando entró al bar -prosigue su relato- no llevaba nada en la mano, pero había dejado el coche aparcado aquí al lado», explica. Todo hace indicar que, al abandonar el local, el asesino se dirigió hacia su coche, cogió la bolsa en la que escondía la escopeta y caminó hasta el parque infantil de la calle Arrantzale, lugar en el que mató a Lourdes de un disparo.
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