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Juan Ignacio Vidarte, la cara visible del Guggenheim durante sus 27 años de andadura, anunció este lunes por la tarde que abandonará su cargo de director del museo a final de año. Según trasladó el Patronato de esta institución, se abre ahora un proceso ... de selección para la búsqueda de un sucesor que, según los plazos previstos, debería anunciarse antes de que culmine este 2024.
El único director que ha tenido el museo -y que ha permanecido al frente por casi tres décadas- comunicó su marcha a los patronos. Lo hizo en una reunión presidida por el lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu. Da así inicio a una etapa en la que la institución debe ejercer de cazatalentos; una fase similar a la que llevó a cabo el Guggenheim de Nueva York el pasado año, y que culminó con la elección de Mariët Westermann como nueva directora de la sede norteamericana.
Mientras tanto, Vidarte continuará al frente unos meses y dejará las riendas una vez se elija a su sustituto. No se trata de una jubilación, sino de un paso al lado, ya que a sus 68 años prevé permanecer en su cargo de director adjunto y de Estrategias Globales de la Fundación Solomon R. Guggenheim, el ente que gestiona la constelación de museos situados en Bilbao, Nueva York, Venecia y Abu Dabi. Seguirá asimismo vinculado a la pinacoteca vizcaína en calidad de director emérito.
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Carlos Benito
El hasta la fecha único responsable del museo desde antes incluso de su apertura ha decidido que era el momento idóneo para preparar su salida, tras más de 32 años dedicados al Guggenheim (27 como director y cinco anteriores al frente del consorcio), dando inicio así a un proceso de relevo que, salvo imprevistos, culminará en octubre o noviembre. En cualquier caso, Vidarte anunciará hoy todos los detalles en una rueda de prensa.
La andadura del veterano gestor deja un balance sin duda exitoso, rebasando todas las previsiones iniciales del proyecto que se puso en marcha a finales de siglo. Como muestra, el Guggenheim Bilbao ha llegado a superar en número de visitantes anuales a su matriz de Nueva York y, el pasado 2023, las cifras fueron de récord absoluto, con 1,32 millones de asistentes.
Sin duda, Vidarte puede presumir de haber gestionado con éxito una institución que ha trascendido su vertiente artística para convertirse en un motor de transformación y revitalización urbanística que colocó a Bilbao en el mapamundi. Una pinacoteca que ha acuñado el 'efecto Guggenheim', un concepto estudiado a nivel internacional como ejemplo de cómo el arte y la arquitectura pueden ser la punta de lanza del proceso de transformación radical de un territorio asolado por la reconversión industrial en una moderna ciudad enfocada al turismo y al sector servicios.
El director deja las riendas del museo en un momento en el que los datos, el bagaje y la trayectoria acompañan al proyecto. Eso sí, se hace a un lado sin poder culminar una de sus principales aspiraciones: la ampliación de la pinacoteca en Urdaibai. Una apuesta personal de Vidarte, que entiende que el Guggenheim de Bilbao fue ideado para 400.000 personas pero que ahora acoge más del triple de visitantes, pero que ahora encara un horizonte complejo tras quedar en 'stand by' por las reticencias del Gobierno vasco encabezado por Urkullu a un plan que genera rechazo en una parte de la sociedad vizcaína.
Vidarte (Bilbao, 1956) fue elegido en 1992 por su perfil técnico y de gestión para hacerse cargo desde sus primeras etapas de una arriesgada apuesta -vista entonces con reticencias por muchos- para hacer resurgir a Bilbao y activar la estrategia del turismo tras el declive industrial de los años 80. Licenciado en Empresariales por Deusto, ejercía entonces de director de Política Fiscal y Financiera de la Diputación, desde donde pasó a estar al frente del Consorcio del Proyecto Guggenheim Bilbao, supervisando la construcción e instalación del museo durante los cinco años en los que se acometió. De ahí pasó a ejercer la dirección de la pinacoteca desde la inauguración en 1997.
¿Pero cómo pasó un joven Vidarte de gestionar las cuentas de la Diputación a liderar un museo? Tuvo bastante que ver aquí Thomas Krens, el entonces director de la Fundación Solomon R. Guggenheim, encargado de pilotar las negociaciones con las instituciones locales y que conectó enseguida con un Juan Ignacio Vidarte que dominaba el inglés y compartía la mentalidad norteamericana tras haber residido en Boston a principios de los 80 para cursar un máster en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT).
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Pese a recibir algunas críticas por carecer de experiencia en el ámbito artístico y cultural y tener un perfil exclusivamente gestor, Vidarte estuvo desde el principio involucrado en los entresijos de un proyecto complejo y con riesgos. El éxito posterior le reforzó al frente del museo. No era nada fácil su tarea en los años 90, con sectores de la sociedad vasca y del mundo del arte en contra de una iniciativa que artistas como Jorge Oteiza tildaban de «provocación».
No solo eso, sino que la amenaza terrorista de ETA sobrevoló desde el primer momento la construcción y terminó concretándose con el asesinato del ertzaina Txema Agirre, que murió tiroteado en la explanada del museo el 13 de octubre de 1997 -cinco días antes de la inauguración- tras impedir que un comando de la banda colocara explosivos en unas jardineras. El Guggenheim Bilbao alzó finalmente el vuelo y el éxito fue innegable desde los primeros compases, convirtiéndose en el principal polo de atracción de la ciudad y de Bizkaia.
Algunas de las tareas titánicas que ha tenido que abordar desde que inició su andadura han tenido que ver con la adquisición de fondo propio para elaborar una colección permanente, que ha superado ya las 150 obras. En 2019, la pinacoteca había invertido un total de 116 millones de euros para un catálogo de obras que Christie's valoró en 823 millones, cifra que da muestra de lo acertado de estas inversiones a lo largo de estos años.
En cualquier caso, no siempre ha sido posible adquirir obra nueva para el museo debido a las vaivenes económicos y financieros de las instituciones, que ocasionaron que estas compras se paralizaran por completo entre 2012 y 2019.
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