Tragedia de Valencia
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Marta y Ramón se quedaron en el baño con sus bebés porque así se lo pidieron los bomberos: «No nos dejan salir»Marta y Ramón estaban en casa con sus dos hijos pequeños, de dos años y quince días, cuando se desató el fuego en el edificio de Campanar en el que han muerto diez personas. El matrimonio fue avisado por una amiga que estaba paseando ... a su perro y vio lo que estaba ocurriendo en un balcón de la séptima planta sobre las cinco y cuarto de la tarde del jueves.
Cogieron lo imprescindible y salieron para ponerse a salvo, pero se encontraron con los primeros bomberos que habían llegado. Sus recomendaciones fueron claras: «Quédense en casa, en el baño, y pongan toallas húmedas en la puerta para que no entre el humo. No hay peligro». La familia dio la vuelta y siguió las instrucciones a pies juntillas.
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Entonces, las llamas no habían alcanzado la virulencia que han dejado impresionados a los propios profesionales de extinción de incendios. Ramón envió un WhatsApp a la amiga que les esperaba abajo a las 17.49: «No nos dejan bajar. Nos quedamos». Esta mujer, que no quiere dar su nombre, ha contado ahora la trágica historia de esta pareja que falleció abrazada a sus bebés, Víctor y Carla, y cuyos cuerpos fueron rescatados este viernes.
Ella, que vive muy cerca, se quedó abajo porque la idea era poner a salvo a los críos en cuanto pudieran pisar la calle. Algo que nunca llegó a suceder. Según relata, avisó a varios bomberos que estaban allí de que sus amigos se habían quedado en el piso. E insistió cuando el fuego se desmadró, apenas unos minutos después.
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Ramón seguía mandándole mensajes. Estaban en el aseo y habían conseguido humedecer las toallas a duras penas: «Solo cae un hilo de agua». Todo el torrente fue usado por los propios camiones de extinción para tratar de frenar las llamas, ya que, al parecer, no tenían localizadas suficientes hidrantes para abastecerse ante el cariz que estaban tomando las cosas.
A las 18.15, la situación estaba sin control y los bomberos que habían entrado para sacar a los vecinos en peligro y aconsejar cómo actuar a los que vivían más alejados del foco se habían retirado ya ante la imposibilidad de seguir dentro. Muchos de ellos, con quemaduras que luego tuvieron que tratarse en el hospital.
La amiga de Marta y Ramón no podía creerse lo que estaba viendo y les dijo que intentaran ponerse lo más abajo posible, a nivel del suelo, puesto que el humo suele ascender hacia los techos. El objetivo era que no perdieran la consciencia. También les llamó y les dijo que salieran al balcón si podían, pero era imposible: el fuego ya había alcanzado al de al lado e iba a saltar al suyo.
Ramón le dijo que se quedaban en el baño y le mandó el que a la postre ha sido el último mensaje, terrible: «Tú sabes que estamos aquí porque no nos han dejado salir». Queda el consuelo de que tanto él como Marta pudieron llamar a sus padres para despedirse: se quedaron al teléfono hasta que la comunicación se cortó.
«Si una persona que entiende de incendios te dice que esperes dentro, haces lo que te mandan pensando que eso te va a salvar, pero no fue así», reflexiona rota de dolor esta mujer, que ha decidido relatar lo sucedido porque así se lo pidió la pareja. Ahora, el caso deberá ser investigado por la Justicia para ver si el protocolo aplicado fue el mejor.
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