La forma correcta de colocar los retrovisores seguramente no es como los tienes en tu coche

Llevas toda la vida con los retrovisores del coche mal orientados. Es así. Nos pasa a todos. Piénsalo. ¿Ves la parte trasera de tu propio coche cuando miras por los espejos exteriores? Pues deberías corregir su posición. Si en el reflejo aparece tu propia carrocería, estás generando un punto ciego, el tan temido ángulo muerto.

Y aunque es posible que nunca hayas tenido realmente bien puestos los espejos (pasa con otros muchos elementos del coche como la altura del volante o la distancia del asiento a los pedales) y creas que tiene poca importancia, lo cierto es que acabar con ese recurrente aunque poco frecuente susto del '¿de dónde ha salido ese loco?' puede salvarte la vida.

Lo sabemos, sí, no todo es culpa nuestra. En las autoescuelas, para aprender a aparcar, muchos recibimos el mensaje de que era mejor ver parte de la puerta trasera. Incluso se hará raro conducir con ellos bien orientados cuando se lleva años usando la trasera del coche como referencia en el reflejo.

La DGT ha aprovechado estos días de grandes desplazamientos para recordar en redes sociales la importancia de colocar bien los espejos. El interior, «que debe quedar bien centrado con la luneta trasera» (aunque todos lo movemos para ver qué hacen los niños y luego se queda de aquella manera), y los exteriores, en especial el izquierdo, el del conductor, que «hay que moverlo hacia el lateral del vehículo hasta que deje de verse la carrocería».

En la ilustración compartida por la Guardia Civil queda mucho más claro:

Los triángulos sombreados representan el campo de visión real que tiene el conductor en función de cómo se colocan los retrovisores. Puede parecer una tontería, pero dedicarle un minuto a ajustar a la perfección los retrovisores la próxima vez que subamos al coche puede marcar una gran diferencia.

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