Tortillas variadas, bacalaos de premio, carnes suculentas... Guía para comer bien en Erandio

Pasa desapercibida para la mayoría de los turistas y eso que las vistas desde la vega de Altzaga permiten asomarse a algunos de los últimos retazos de su pasado industrial. La mayor parte de la población de la antigua anteiglesia rural, convertida en localidad fabril a finales del siglo XIX, se concentra hoy en las manzanas cercanas a la ría. En esa zona de Erandio encontramos un buen puñado de opciones para comer o tomar unos potes, desde especialistas en tortillas hasta orfebres del bacalao. Ah... no se vayan a molestar en Astrabudua o Erandio Goikoa, ya habrá tiempo de explorar sus barrios.

Banderas del Athletic, tragaperras, máquina de tabaco, el paisaje habitual de una de esas bulliciosas cafeterías donde se reúne la vecindad desde el punto de la mañana. Su variedad de tortillas -con o sin cebolla, bonito, chorizo, jamón york y queso...-, amén de otros bocados sencillos -pulgas variadas, caldo, gildas-, están pensados para cargarse de energía a lo largo de la jornada. Además de un desayuno continental por 3,50 -con zumo por 2 euritos más-, ofrece un sustancioso plato del día a la hora de comer por el módico precio de 6,50. Dispone de no una, sino dos terrazas, una en la plaza y otra en la calle Jesús Aranburu, que se turnan en popularidad en función de la hora o del tiempo.

Para tomar un trago antes de comer nos acercamos hasta este bar de aspecto tradicional a la vuelta de la esquina de la estación de Erandio que suele estar bastante animado a la hora del aperitivo. Sobre la barra de metal, pulgas, sandwiches, tortillas rellena y otros pintxos variados. Entre lo mejor, el bocado de txangurro, que si se pilla a tiempo puede mirar de tú a tú a otros más famosos de la capital. Las txapelas enmarcadas en las paredes indican que ha sido laureado en diversos concursos gastronómicos.

En la esquina de la calle Fundación Jado, con vistas a la ría y a tiro de piedra tanto de Bilbao como de Getxo, no extraña que se haya convertido en una de las casas de comidas más concurridas de Erandio. Su menú del día variado y variante por 14,50 y una carta muy apetecible de pescados y mariscos lo convierten en una opción segura sea cual sea la ocasión. En el repertorio de platos del menú no falta la cuchara -pochas con almejas, garbanzos, crema de marisco...-, un par de pescados, alguna carne guisada y postres caseros. En la carta, kokotxas de merluza, lubina salvaje, pulpo a la brasa o begihandi en su tinta. Buen producto, atención familiar y ganas de agradar, poco más se puede pedir.

Otra mesa de referencia en Erandio, en este caso por la calidad de sus carnes. La familia que regenta La Estrella tiene una ganadería propia que pasta en las faldas del Pagasarri y una carnicería en la plaza de San Agustín. Con ellas abastecen una carta que combina las propuestas más informales -hamburguesas, bocadillos, talos o platos combinados- y otros platos con fundamento, como el solomillo, el txuletón o láminas de buey a la piedra. También ofrecen un menú del día por 14 donde no se andan con chiquitas: churrasco, patas a la vizcaína, oreja de cerdo a la gallega, cachopo...

En una de las calles con más animación de Erandio destaca este Karraka, regentado por Iñaki Doñabeitia, donde la clientela entra por la puerta y se le llena el vaso sin que tenga necesidad de despegar los labios. Especialista en bacalao, ofrece en la barra un puñado de opciones -en aceite, albardado con verduritas, ikurriña-, todas exquisitas, y hasta prepara por encargo cazuelas enteras de pilpil o club Ranero para las cuadrillas de Erandio. Llega a gastar casi una tonelada al año a partir de un repertorio que heredó del desaparecido Korrikolari, célebre en toda la comarca. Los jueves ofrece con el pintxo pote una ensaladilla rusa sencillísima -solo lleva huevo duro, bonito y alegría riojana- por la que merece la pena pedir otra ronda.

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