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Jueves, 4 de noviembre 2021, 08:43
Cubiertos por una lluvia de yema cocida pasada por el chino o barrocamente adornados con trocitos de pimiento asado, aceituna o mahonesa, los huevos rellenos siguen formando parte del repertorio culinario familiar, ése que se manifiesta en merendolas veraniegas o cuchipandas amigables sin pretensiones ... de puturrú.
Pero ahí donde los ven, son un plato de ilustre historia. Una receta rastreable en España, al menos desde el siglo XIII. Los huevos rellenos son una de esas elaboraciones que entran bien a cualquier hora del día. Ideales para el aperitivo, como picoteo o como cena ligera, lo cierto es que si los huevos rellenos están bien hechos, saben mucho mejor.
E importante tener en cuenta que hay ciertas cuestiones que nos van a ayudar a lograr unos huevos rellenos de diez:
- La primera elección fundamental será la del huevo que tendrá que ser, además de fresco, de un tamaño mediano para poder ingerirlo en unos dos bocados.
- Gran parte del éxito de los huevos rellenos está en la cocción del huevo. Esa acción que puede que realicemos sin apenas prestar atención, requiere de cuidar pequeños detalles. El principal: tratar que la yema (y, por tanto, el hueco donde irá el relleno) quede centrada. El truco para ello está en dejarlos, durante varias horas antes de la cocción, atemperar en una huevera y colocando la 'punta' del huevo hacia abajo, lo que hará que la yema se centre.
- Mantener la posición del huevo durante la cocción. Deberá realizarse en una cazuela amplia y con abundante agua y sal. Y es que es importante que el huevo completo quede inmerso en el agua para asegurarnos una cocción homogénea; mientras que la sal nos será de ayuda para poder pelarlos bien. Un pelado que conviene hacer con el huevo recién cocido.
- Es vital también ser delicados a la hora de meter y sacar los huevos, para evitar posibles fisuras en la cáscara.
- El huevo ha de quedar completamente tapado por el agua para asegurar una cocción homogénea.
Más información
Esperanza Peláez
Julián Méndez
Ana Vega Pérez de Arlucea
- Una vez los huevos cocidos estén listos, toca meterse en la faena del rellenado. Lo primero, será cortarlos por la mitad, para lo que se recomienda usar un cuchillo sin sierra y bien afilado, lo que asegurará su integridad. El corte se podrá hacer de forma horizontal (la más habitual), pero también vertical.
- Una vez retiradas las yemas (si está bien cocida no habrá problemas para hacerlo), habrá que reservarlas si queremos usarlas para el relleno.
- Un relleno que, según los expertos, tiene que huir del aspecto cremoso y unificado, tratando de mantener las texturas y formas de los ingredientes que hayamos incluido.
- Por último, es importantísimo dejar reposar el relleno para que se asienten los sabores antes de colocarlo sobre el huevo. Este paso, el del rellenarlo, ha de hacerse justo antes de servirlos y comerlos, y no con horas de antelación.
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