Adiós a la acidez de estómago: estos son los alimentos que no hay que comer para evitar las malas digestiones y la hinchazón

El paso de la comida que ingerimos del estómago al esófago es una molestia muy común que se conoce como reflujo gastroesofágico. Produce una sensación de ardor muy incómoda y provoca irritación de esta zona. Suele ocurrir normalmente después de las comidas por lo que las recomendaciones nutritivas son muy importantes.

El dietista y nutricionista vizcaíno, Hugo Iglesias, indica qué alimentos conviene evitar para mejorar las digestiones y evitar la acidez de estómago. Son los siguientes:

- Café

- Zumo de tomate

- Bebidas alcohólicas de alta graduación

- Chocolate

- Fritos

«Las sustancias que favorecen la producción de gas como la menta, el ajo o la cebolla deben también evitarse», añade el experto que en redes aporta todo tipo de consejos con el nombre de HugoIglesiasGutiérrez. Por contra, se deben incluir en la dieta probióticos como yogur o kéfir, que favorecen las digestiones y ayudan a mantener una buena salud intestinal.

El especialista también recuerda que las temperaturas extremas también pueden provocar dolor abdominal por la irritación. «No se deben realizar ingestas muy copiosas, ya que el aumento de la presión abdominal favorecerá el reflujo», señala.

Iglesias, asimismo, indica qué consejos hay que seguir para disminuir las molestias que provoca el reflujo. Por un lado, conviene evitar el sobrepeso, «ya que la grasa abdominal ejerce presión y va a favorecer el reflujo». En este sentido, la siesta tampoco ayuda. «No debemos tumbarnos tras las comidas porque el contenido del estómago subirá fácilmente hacia el esófago», advierte.

Por otro lado, los líquidos deben tomarse preferentemente fuera de las comidas y en pequeños volúmenes. Pero sobre todo, evitar las bebidas gaseosas «debido al aumento de presión gástrica que provocan y el alcohol por ser un importante irritante de la mucosa». Asimismo, el estrés es un factor clave en el empeoramiento de esta patología, ya que produce un aumento de la producción de ácido que daña el estómago. «Controlar la respiración es fundamental para relajarnos y que el nivel de estrés disminuya», zanja el nutricionista bilbaíno.

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