Ni el ajo ni la zanahoria: el alimento cargado de antioxidantes que te sorprenderá

Ahora que toca volver a la rutina tras las vacaciones de verano, es el momento recuperar los buenos hábitos en materia de alimentación. Seguir una dieta equilibrada se antoja fundamental para mantener a raya nuestra salud y prevenir diversas enfermedades, como las asociadas a la edad. Para ello, conviene incluir en nuestros menús diarios alimentos con propiedades antioxidantes. Verduras, frutas, pescados o frutos secos contienen altas dosis de estas sustancias, que ayudan a retrasar el envejecimiento, pero otros alimentos menos conocidos también deben tomarse con ciertas frecuencia.

Hugo Iglesias, dietista y nutricionista vizcaíno, explica que los antioxidantes son sustancias que resultan «fundamentales» para proteger nuestras células del daño oxidativo causado por los radicales libres, retrasando los procesos de envejecimiento celular que son responsables de un gran número de patologías, previniendo enfermedades cardiovasculares y cáncer. «Una dieta variada nos proporciona los distintos tipos de antioxidantes, que van a ejercer efectos positivos sobre nuestra salud», recalca el especialista con consulta en Santutxu (Plaza Lauaxeta, 10, lonja exterior).

Entre los diferentes antioxidantes cabe destacar las vitaminas C y E, los flavonoides y minerales como el selenio, el cobre y el zinc. En cuanto a la vitamina C, en general todas la frutas y verduras la contienen en mayor o menor cantidad, pero se encuentra principalmente en las ácidas como la naranja, kiwi, cítricos, aunque también la encontramos en melón, fresas y verduras y hortalizas frescas y crudas como bayas, pimientos, tomate, col, etc.

«En los alimentos de origen animal esta vitamina es escasa, aunque aparece en riñón, hígado y cerebro», explica el experto que en redes aporta todo tipo de consejos con el nombre de HugoIglesiasGutiérrez. El consumo de esta vitamina puede tener efectos positivos para evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares, cáncer (sobretodo mama y colon pero también en pulmón, páncreas y estómago), cataratas y también tiene ciertos beneficios en cuanto a la duración e intensidad del resfriado común.

Por su parte, la vitamina E se encuentra se encuentra principalmente en aceites vegetales (soja, maíz, oliva…) y en sus productos (margarina, mantequilla), germen de trigo, frutos secos, vegetales de hoja verde y otros cereales. Entre todos ellos, destaca la mantequilla, por tratarse de un producto más desconocido. Sin embargo, es rica en vitamina E y también en A B12 y K2. Por todo ello, la OMS recomienda su consumo en pequeñas cantidades siempre y cuando no tengamos problemas de colesterol.

Los antioxidantes también aparecen en los carotenoides. «Los alfa y beta carotenos son precursores de la vitamina A, se transforman en estas vitaminas, los beta carotenos son potentes antioxidantes y se están estudiando sus efectos en la prevención del cáncer», explica Iglesias. Se encuentran en la zanahoria, naranja, lechuga, espinacas, tomate...

En cuanto a los flavonoides, compuestos derivados de las plantas, las propiedades antioxidantes las conseguimos a través de las frutas, verduras, semillas y flores, también en la cerveza, vino tinto (especialmente en la piel de la uva), té verde, té negro y soja. «Estos compuestos tienen efectos beneficiosos contra enfermedades cardiovasculares y oncológicas», agrega el nutricionista bilbaíno. Otros alimentos o bebidas con flavonoides son: vino tinto, lentejas, cebolla, espinacas, pera, cacao, ajo...

Otros antioxidantes, remarca Iglesias, son los minerales como el selenio, el cobre y el zinc. Se encuentran en carnes, pescados, mariscos, cereales integrales, huevos, frutas, verduras y legumbres. «Se ha visto una relación beneficiosa entre el adecuado consumo de antioxidantes y la prevención de enfermedades degenerativas como alteraciones en el aparato nervioso y circulatorio, u otras más graves como cáncer, sida, envejecimiento precoz, etc».

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