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Mario Vargas Llosa (1936-2025) fue además de un reconocido escritor que ganó el Nobel en 2010, un gran seductor. Su vida personal llegó a ser tan notoria como su virtuosismo literario. Su primer amor fue su tía política Julia Urquidi, con quien se casó cuando aún era menor de edad. Pero la relación más duradera fue la que mantuvo con su segunda esposa -y prima- Patricia Llosa, con la que contrajo matrimonio en 1965. Tras décadas bajo la sombra de la infidelidad, sorprendió a todos cuando anunció en 2015 su noviazgo con Isabel Preysler. La relación con la 'reina de los corazones' duró ocho años y metió al escritor peruano de lleno en la prensa del corazón. El final de aquel amor, que llegó en 2022, dio mucho que hablar. Vargas Llosa abandonó una mañana el domicilio de Isabel Preysler en Puerta del Hierro para no regresar jamás.
Dos años y medio después de decirse adiós, Isabel Preysler ha conocido la muerte de su expareja en el mismo domicilio donde le vio por última vez. Se lo han comunicado a la vez que a sus tres hijos Julio Iglesias Jr., Ana y Tamara, quienes pasan unos días en la mansión familiar con motivo de la Semana Santa. La 'reina de los corazones' ha optado por no hacer declaraciones públicas sobre el fallecimiento de Vargas Llosa y ha despedido a su expareja en un emotivo silencio y rodeada de sus hijos y nietos, avanza la revista ¡Hola!, muy cercana a la Preysler.
La fama de galán y seductor perseguió toda su vida al Nobel peruano. Ya con 19 años enfureció a su familia al contarles que tenía una relación con su tía Julia -hermana de Olga, tía política de Mario-. Se casaron en 1955 y no tardaron en mudarse a París ante el disgusto que había causado su relación en la familia. Julia era diez años mayor que él, divorciada y con falta de perspectivas económicas...
En París, mientras crecía el Vargas Llosa literario, también lo hacía el hombre galán y seductor. Después de nueve años de matrimonio, la tía Julia le reprochó numerosas infidelidades. En una de las visitas familiares que recibió el matrimonio, Vargas Llosa se quedó prendado de su prima Patricia. Aquel flechazo desencadenaría el divorcio con Juluia en 1964.
Patricia fue el gran amor de su vida, aunque la relación también sentó bien en la familia del escritor. Otra vez el parentesco de por medio. Se casaron un año después de formalizar su noviazgo y tuvieron tres hijos: Álvaro, nacido en 1966, Gonzalo, de 1967, y Morgana, de 1974. Una década después, Patricia, cansada de las supuestas infidelidades de su esposo, se acercó al escritor Gabriel García Márquez, con quien supuestamente tuvo una relación extramatrimonial, según publicaron los medios de la época.
Los rumores de infidelidades, discusiones e idas y venidas fueron constantes a lo largo de las siguientes décadas, hasta que en 2015 la prensa del corazón sorprendió con la noticia 'bomba' de la relación entre Isabel Preysler y Vargas Llosa. Patricia siempre dijo que se enteró de aquello por las portadas de las revistas.
El Nobel y su mujer formalizaron el divorcio, y el escritor hispano peruano se trasladó al domicilio de la 'reina de los corazones' en Madrid. Allí se forjó un amor que saltaría por los aires ocho años después. Nunca se desvelaron los motivos reales de la ruptura, pero el escritor fue el único que se atrevió a plantarle cara a Isabel y contar los secretos del matrimonio.
Desde el entorno de Isabel siempre recalcaron que la ruptura vino motivado por el enésimo ataque de celos del peruano. «Los celos infundados, la pérdida de la ilusión del principio y las discusiones» han puesto fin a ocho años de amor, explicaron pocos días después del comunicado de Isabel Preysler donde anunciaba la ruptura: «No merecía la pena continuar apostando por una relación que no tiene futuro y en la que ninguno de los dos es feliz».
Todo lo contrario afirmó el entorno de Vargas Llosa, que rompió su silencio a través del programa 'Sálvame'. El Nobel recuperó la relación con sus tres hijos, que desde que conoció a Isabel se alejaron de su padre. La versión de Vargas Llosa se anunció como «el testimonio que desmontaría la gran mentira de Isabel Preysler». Y no defraudó.
Según explicaron en aquel programa, emitido a finales de 2022, la celebrity le había pedido matrimonio al escritor y éste la habría rechazado. La Preysler argumentaba que no quería portar la «etiqueta de amante si a Mario le pasara algo», pero él no consideraba «oportuno» casarse «a estas edades». La última vez que sonaron las campanas de boda en casa de Isabel, ella reconoció en público que «no era el momento». Y el escritor le dio la razón entonces. En una entrevista en el XL Semanal dejó el posible enlace en manos de su pareja: «¿Boda? Eso se lo tienes que preguntar a Isabel: todas las decisiones importantes las toma ella». El noviazgo acabó con un portazo del Nobel, que abandonó una mañana de otoño la mansión de Puerta del Hierro.
Los últimos años de Mario Vargas Llosa los vivió junto a sus hijos y su exmujer, Patricia, con la que se reconcilió tras el traumático divorcio.
En 2017, Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, su último gran romance, disfrutaron de un fin de semana cultural con visitas al Museo de Bellas Artes y al Guggenheim. Aquellos días se convirtieron en la pareja más buscada de la ciudad. «Han estado dos horas muy tranquilos y muy a gusto», certificaba aquel Juan Ignacio Vidarte, director del Guggenheim, que les sirvió de cicerone.
Tanto el premio Nobel como su compañera no eran nuevos en la ciudad. «Sobre todo, han agradecido que la gente les haya dejado tranquilos pese a haberles reconocido», observaba Vidarte. Eso sí, a su salida del Guggenheim algunos transeúntes se les acercaron para pedirles fotos. El autor de 'La ciudad y los perros' rubricó en el libro de visitas su agradecimiento por la agradable jornada. Calificó de «estimulante» el coloso de titanio, que sigue atrayendo «a millones de personas de los cuatro rincones del mundo» y alabó «la altísima calidad de las exposiciones».
Su última visita conocida a Bilbao coincidió con la presentación de su última novela, 'Tiempos recios', en febrero de 2020. Con una enorme expectación, como cada vez que visitaba la ciudad, 200 personas asistieron a la charla del ilustre nobelista. Vargas Llosa, que llegó con Isabel Preysler, tuvo la oportunidad de visitar la centenaria biblioteca de la Bilbaína conducido por la bibliotecaria, Ana Villacorta.
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