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En la zona de acampada, las amistades entre festivaleros suelen empezar con la misma pregunta: «¿Tenéis un martillo?». Nada más recoger la pulsera que da derecho a tres día de 'barra libre' de conciertos, los asistentes al Bilbao BBK Live han puesto ... rumbo a Kobetamendi para poder montar su tienda de campaña. Para ellos ya ha empezado el mayor evento musical del año en Euskadi. «Compramos la entrada incluso antes de que anunciaran el cartel», reconocían Alejandro y Jorge, dos madrileños aún con la mochila sobre los hombros. Aunque tienen ganas de ver a Liam Gallagher y a Rosalía, saben que «el ambiente del camping es de lo mejor del festival».
Aunque la fecha oficial de arranque sea el jueves, desde este mismo miércoles el BBK Live se empieza a notar en la ciudad. San Mamés, esta vez sin colas, ha sido desde esta mañana un desfile de festivaleros de todas las edades y procedencias. «Venimos desde la otra punta del mundo para ver a los Strokes», comentaba Samantha, una australiana que está viajando con su marido Jason por América y Europa desde febrero. Pasarán cuatro noches en la zona de acampada, pero con las facilidades que ofrece el 'glamping' de Kobetamendi. «Si compramos una tienda solo para el festival, tendríamos que tirarla, y sería una pena», explicaba Marcel, una mexicana residente en Barcelona que ha optado por alquilar uno de los tipis que ofrece la organización. Tiene capacidad para cuatro personas, y la acompañan amigas de Holanda, Italia y Alemania. «Ya tenemos una edad», bromeaba en referencia a las comodidades con las que afrontarán este festival. Este año hay hasta cápsulas -similares a las características minihabitaciones japonesas- con aire acondicionado, algo imprescindible si quieres dormir durante el día.
Los valientes -o inconscientes- no llevan ni una simple esterilla. «Por eso es bueno ir a festivales con amigos que acampan habitualmente, que saben qué hay que llevar», apuntaban Angely y Andrea. Vienen desde Barcelona con otros dos amigos, los expertos que se han encargado de montar las tiendas mientras ellas cuidaban las mochilas bajo la sombra de un árbol. Llevaban años queriendo disfrutar de Kobetamendi pero la falta de vacaciones en estas fechas siempre fue un impedimento. Hasta ahora. «La posibilidad de pagar el abono en tres plazos también ha ayudado».
Antes de que caiga la noche y de que los festivaleros se concentren en el escenario Akelarre, exclusivo para campistas, es importante hacerse con provisiones. Los más precavidos -esos a los que hay que pedirles el martillo- subían desde San Mamés con embutido y mucha bebida. Otros estaban en ello. «Ahora lo que tenemos que hacer es comprar una nevera», comentaba una cuadrilla justo después de clavar la tienda. Quien no quiera bajar hasta el centro para conseguir una, tiene opción de entrar al supermercado del camping. Por cuarenta euros puedes adquirir un colchón hinchable para dos personas y por un par de euros, litro y medio de agua fría. Por cierto, al igual que en todo el recinto, se paga con el chip de la pulsera.
En los festivales, además de arrimarte a los 'vecinos' previsores es también importante tener a veteranos cerca. Esos que acumulan pulseras como para forrarse todo el brazo. Galones. Jonathan, que guarda un gran recuerdo de cuando vio a Green Day en su primer BBK Live, y Diego, que aunque prefiere los conciertos en salas cuenta las horas para ver a The Strokes y a Thome York, traen la lección aprendida de casa. Desde Laredo, por cierto. La clave para sobrellevar tanta fiesta con dignidad es «bajar a Bilbao para comer caliente».
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