La mitad de los vizcaínos no cree que se cumplan los plazos del TAV

Tienen sobrados motivos para hacerlo. Por la pelea política, que ha propiciado continuados retrasos en una actuación con una primera línea inaugurada en 1992 que se concretará en Euskadi en un recorrido de 175 kilómetros, plagado de viaductos y túneles. Y por la propia complejidad del acceso a las tres capitales vascas, que pone muy cuesta arriba cumplir la fecha de finales de 2023 que el Ejecutivo autonómico arrancó del exministro De la Serna hace dos años. Tampoco hay que descartar los imprevistos propios de una obra de envergadura, que obligan a decidir sobre la marcha y a cambiar métodos de trabajo y de los que advierten los expertos. Pese a ello, todavía un 24% de los entrevistados cree «totalmente» o «bastante» que el tren hará parada en Bilbao en el plazo de cuatro años.

Que el TAV no llegue en fecha a la estación soterrada de Abanto, que empezará a construirse el próximo año, no es plato de gusto para los vizcaínos, que sitúan los transportes y las comunicaciones en el tercer puesto de la lista de problemas que soporta el territorio. Así lo es para el 17% de los ciudadanos que han respondido a las preguntas de los encuestadores. Las carreteras e infraestructuras viarias preocupan al 2% de la población.