El Gobierno «rechaza» la decisión de BBVA de lanzar una OPA hostil sobre Sabadell «tanto en la forma como en el fondo»

1. Supondría un incremento en el nivel de concentración que podría tener impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros.

2. Además, un excesivo nivel de concentración introduciría un riesgo potencial adicional a la estabilidad financiera, como indicó ayer el Gobernador del Banco de España.

3. La operación afectaría también a la cohesión territorial por la presencia de estas entidades financieras en el territorio.

Estas fuentes han señalado que España tiene actualmente «un sistema financiero fuerte y solvente». «Nuestro deber es velar por mantener un sistema financiero sólido, que siga contribuyendo al crecimiento de nuestra economía y a la agenda de inclusión financiera y protección de los clientes», han apostillado.

La contundencia y celeridad con la que han respondido el Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez contrasta con la prudencia mantenida hasta la fecha. Y es que, mientras el acercamiento del BBVA tenía carácter amistoso y buscaba el apoyo del consejo de administración del Sabadell, se mantuvo desde el Ejecutivo un perfil muy bajo. El propio ministro apenas se había referido al asunto y cuando lo ha hecho ha sido para pedir, desde la máxima prudencia, respeto y trasladar su confianza en los órganos de control.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sí había rechazado sin ambages esta operación desde el primer momento al considerar, por un lado, que esta fusión perjudicaría a los clientes al verse menoscaba ola competencua y, por el otro, por el impacto que conllevaría en términos de pérdida de puestos de trabajo.

Desde Cataluña también se ha rechazado también la operación. El actual president de la Generalitat, Pere Aragonés, ha incidido en que «es el camino equivocado» y ha defendido que es mejor tener más entidades. Los principales candidatos en las elecciones catalanas del domingo tampoco apoyan la OPA. El del PSC, Salvador Illa, ha asegurado este jueves que «está en contra de la operación» y ha recurrido también a la necesidad de defender la existencia de un mayor número de entidades para asegurar la competencia.

Carles Puigdemont, de Junts, ha ido más lejos y ha denunciado en la red social X que «hace tiempo que hay una estrategia para liquidar la actividad bancaria catalana, lo que perjudica a los usuarios y al país».

La OPA tampoco gusta al empresariado catalán. El presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha señalado que temen «la pérdida de la eficacia de un banco muy cercano a las empresas».