![BBVA o cuando la tostada cae del lado de la mantequilla](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/05/09/murphy-kgj-U220645805480wD-1200x840@El%20Correo.jpg)
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La historia de BBVA tiene ya un largo recorrido de peripecias que permiten sacar una conclusión bastante simple. Cuando aborda una iniciativa poco madurada, hostil -definido como todo aquello que no cuenta con un pacto cerrado por las partes afectadas-, las cosas salen mal. Es ... el primer y viejo corolario de la Ley de Murphy, que determina que la tostada siempre cae al suelo por el lado de la mantequilla.
El reciente 'piscinazo' en el intento de absorber el Banco Sabadell no es el único que ha protagonizado la entidad financiera que tiene su sede social en el País Vasco pero su cabeza operativa y de mando en Madrid. Quién sabe si será el último. Ahora lo vuelve a intentar con una apelación directa a los accionistas bordeando a los órganos de gobierno del Sabadell.
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Un poco de historia contemporánea permite apreciar mejor que el pacto funciona y la ausencia del mismo no. Así son las cosas. El primer intento fallido de crecer hay que situarlo en 1987 cuando el Banco de Bilbao presentó una OPA sobre Banesto. Tan novedosa era la fórmula que todos tuvimos que pedir ayuda para entender de qué iba ese mecanismo de la oferta pública de adquisición y qué significaba el calificativo de 'hostil' en ese ámbito. Aquel intento liderado por José Ángel Sánchez-Asiaín de hacerse con el control de Banesto, una entidad sumida entonces en una profunda crisis interna de liderazgo y rumbo, salió mal por diversas razones. La principal -más allá de las teorías de la conspiración a las que no soy nada aficionado- fue que el Banco de Bilbao quería pagar a los accionistas de Banesto con algo que no tenía y que no era seguro que pudiese llegar a tener: acciones producto de una ampliación de capital jamás planteada previamente a los accionistas.
La oferta no pasó el trámite de aprobación por parte de la Bolsa de Madrid. Desde entonces todas las sociedades cotizadas incluyen en sus juntas anuales de accionistas una autorización expresa para que el consejo ponga en marcha una ampliación de capital por si fuera necesario. Aquel fiasco supuso también el caldo de cultivo que permitió a Mario Conde ascender a la presidencia de Banesto. Todo un éxito para el sector bancario español.
Tampoco salió bien la oferta de BBVA en 2020 para absorber el Sabadell. Entonces, como ahora, el consejo del banco -¿catalán o alicantino?- que preside el catedrático Josep Oliú, consideró minusvalorado su potencial de crecimiento en solitario. No había pacto y la mantequilla se desparramó, igual que ahora, por el suelo.
Vayamos con las operaciones que le han salido bien, al margen de las compras de entidades en México o Colombia, porque lo de Turquía está por certificarse en la cuenta de resultados. Hay que remontarse a la fusión del Banco Bilbao y del Banco Vizcaya a finales de 1988. Fue lo más alejado a la hostilidad. ¿La clave? En secreto, con total discreción pero también con la máxima sencillez, los presidentes de ambas entidades, Sánchez-Asiaín en el BB y Pedro Toledo en el BV, habían alcanzado los acuerdos fundamentales de la operación. En una comida mano a mano, sin bancos de negocios ni despachos de abogados asesorando, solos ante una mesa y un mantel, escribieron a mano las condiciones básicas de la fusión en una servilleta de papel: la ecuación de canje, aquel uno por uno que sellaba la igualdad, la copresidencia -que pronto degeneraría en 'guerra civil', antes incluso del fallecimiento de Toledo- y la composición del nuevo consejo como suma de los de ambos bancos.
Algo parecido sucedió en 1999 cuando un encuentro en un pasillo y apenas unas frases cruzadas entre el presidente de BBV, Emilio Ybarra y el de Argentaria, Francisco González, pusieron la semilla de la fusión para gestar el actual BBVA. Entre aquel primer encuentro y el reconocimiento de la fusión medió una intensa negociación de detalle, gestada de forma discreta por un reducido equipo de directivos de ambos bancos, encerrados durante días en un territorio 'neutral': una habitación del hotel Eurobuilding de Madrid. De lo que vino después… mejor olvidarlo.
En el último intento de asalto al Sabadell previo a la OPA hostil por parte de BBVA ¿qué falló en la cocina previa? ¿Los ingredientes o los comensales?
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