Philipsen, a la izquierda, supera a Ewan. EFE

Philipsen tranquiliza a Merckx

Gana de nuevo y evita de momento que Cavendish logre en solitario el récord de victorias de etapa del Tour

Iñaki Izquierdo

Martes, 4 de julio 2023, 20:11

Luis Ocaña se despertaba en su granja de Caupenne d'Armagnac y al mirar al horizonte veía los Pirineos. Si no se hubiera pegado un tiro en 1994, ayer podría haber salido a la ventana para ver el sprint en el circuito de Nogaro, ya ... que varios de sus tramos se asientan en terrenos de ese pueblo. De hecho, algunos familiares siguen viviendo en esa casa.

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El conquense atemorizaba a Eddy Merckx, y el belga andaría inquieto esta tarde también, por otro motivo. Se anunciaba llegada masiva y en el pelotón, Mark Cavendish (Astana), con 34 victorias de etapa en el Tour de Francia. El récord absoluto, compartido con el 'Caníbal'. Y Merckx, competitivo aún con 78 años, se aferra a su marca. Puede dormir tranquilo. Ganó Jasper Philipsen (Alpecin), el mismo vencedor que en Baiona, de nuevo aprovechando un lanzamiento perfecto de Mathieu van der Poel.

La meta ha sido en la pista del circuito Paul Armagnac de Nogaro. Ancha, sin ningún obstáculo. Fue un festival de caídas, incluida la de FabioJakobsen (Soudal). Parece que los locos del sprint se manejan mejor cuanto más difícil es la llegada.

Ocaña no está pero los Pirineos siguen ahí y el Tour se encamina este miércoles hacia las montañas primitivas de su historia. En 1992, la carrera también las atravesó a las primeras de cambio tras salir de Donostia, pero las tocó de refilón. No obvió el Marie Blanque, que se vuelve a subir ahora, pero no profundizó en la cordillera. Para el canon de la época, era demasiado pronto. En el ciclismo actual, nada es pronto y este Tour hará los honores a la historia de los Pirineos con dos etapas de verdad.

El encontronazo con la montaña es serio. El primer puerto de la cordillera es un 'hors categorie', el Soudet. El Tour se adentrará en el kilómetro 54 en Zuberoa por Montori rumbo al Soudet, desde Santa Grazi. Si la realización de la televisión francesa se deleitó con los paisajes vascos en las tres primeras etapas, mañana no dejará pasar la ocasión de mostrar las gargantas de Kakueta y la impresionante iglesia románica de Santa Grazi con su cementerio. La carrera ya estará para entonces en las primeras rampas del puerto.

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Son 15,2 kilómetros de ascensión al 7,2% de media y dos tramos durísimos, el primero mediado el puerto para alcanzar el collado de Iratzordoki. Tras el falso llano, los seis últimos kilómetros no dan tregua. Desde la pancarta del Soudet a meta hay mucho trabajo que hacer. Faltarán 75 kilómetros y entre medio, un largo tramo de 50 para dar pedales hasta presentarse a los pies del Marie Blanque. Los últimos cuatro kilómetros del puerto son terribles, ampliamente por encima del 10% sin interrupción. En sus rampas se acabó la carrera de GregLemond, triple ganador del Tour.

La imagen de un ciclista sentado sobre su maleta esperando el tren que le lleve a su destino es un clásico de los tiempos heroicos. La fotografía de Bahamontes en la estación de Dunkerque es historia. También Ocaña iba en tren. En 1992, Lemond casi no toma la salida. Debido a una huelga de transportes, el americano tardó 36 horas en llegar a Donostia. Un mal presagio. Tras haber sido destronado por Indurain un año antes, en la segunda etapa se vino abajo en el Marie Blanque. Atacó Chiappucci y le cayeron 2:25 en la cima. El trabajo de su equipo, el Z, redujo a 18 segundos la desventaja en la meta de Pau, pero la suerte estaba echada. No acabó aquel Tour y no lo volvería a ganar. Esta vez, la meta está mucho más cerca, a solo 18 kilómetros. Lo que se pierda en el Marie Blanque se queda en la clasificación.

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El jueves, el Tourmalet

El aperitivo pirenaico rasga el paladar y el jueves llega el plato fuerte. El Tourmalet, el puerto más atravesado por el Tour, 84 veces. La etapa es corta, 145 kilómetros, y se encadenan los clásicos Aspin y Tourmalet antes de buscar la primera llegada en alto de esta edición, en Cauterets.

Ocaña compró la casa de Caupenne d'Armagnac en 1971, antes del verano. Antes de la caída en el col de Mente, cuando machacaba a Merckx. Al día siguiente, el belga se negó a portar el maillot amarillo por respeto a su rival. Ocaña es una leyenda en Francia y el Tour no olvida. Tras el homenaje a Darrigade de este martes, el viernes le toca al francés de Priego. La etapa saldrá de Mont-de-Marsan, a donde llegó empujado por el hambre y donde empezó a andar en bici a las órdenes de Antonin Magne, doble ganador del Tour y campeón del mundo.

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Ocaña, personaje volcánico de cuadro de Picasso, ya no está, pero desde su casa se siguen viendo los Pirineos.

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