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Hablemos de sexo con nuestros hijos: ¿cuándo y cómo?

Lo mejor es hacerlo con disponibilidad y apertura a lo que quieran plantear, adaptando el lenguaje a su edad y teniendo claro que la sexualidad implica mucho más que el uso de los genitales

Jueves, 11 de febrero 2021, 14:30

Desde muy temprana edad, los niños son capaces de plantear cuestiones complejas sobre el mundo que les rodea. De hecho, las preguntas sobre sexualidad no son una excepción. Desafortunadamente, hay bastantes personas que, por diversas motivaciones, eluden tratar el tema con sus hijos. En algunos ... casos, por desconocimiento, por miedo a adelantar ciertos actos o por pensar, directamente, que no es un asunto a tratar. Como por nuestra parte consideramos interesante poder abordarlo con naturalidad, hoy contamos con la comunicadora y sexóloga Alba González Velasco para que nos de algunas claves.

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Como recordatorio, recordemos que la sexualidad abarca mucho más que el uso de los genitales. Se trata de un concepto muy amplio que engloba aspectos esenciales del ser humano tales como la identidad, sentimientos, emociones, formas de relacionarnos con los demás e incluso con nosotras mismas, etc.

Por tanto, hablar con nuestros hijos de sexualidad con naturalidad fomenta actitudes positivas que contribuyen a un buen desarrollo psicosocial. Adaptando el lenguaje a su edad se pueden responder todos sus interrogantes. Por eso, a continuación, vamos a hablar de cuatro situaciones que podrían planteársenos, para tener algunas ideas sobre cómo podemos actuar.

¿Hasta qué edad es aconsejable que se bañen con mamá o papá?

Cada familia es un mundo, por lo tanto, cada una debe establecer sus propios límites y expresarlos. Puede ser que a ti, como adulto, te de vergüenza; es muy adecuado exponerlo así si decidimos que es mejor bañarse por separado. Como es una práctica en la que ambas partes deben sentirse cómodas, cada familia ha de fijar su propio criterio.

Si apuestas por ducharte con tu hijo, esto puede conducir a muchos aprendizajes, como la diversidad corporal o la naturalización de la desnudez. Además, el baño en familia se puede aprovechar para enseñarles a distinguir sus partes del cuerpo, denominándolas por su nombre real y evitando eufemismos; incluidos los genitales, pues a veces son los grandes olvidados.

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¿Qué hacer si sale una escena erótica en una película que veo con mis hijos?

Los niños no solo aprenden a través del lenguaje verbal, sino que también se dan cuenta, por muy pequeños que sean, del comportamiento no verbal de sus progenitores. Si durante una escena erótica el padre o la madre coge rápidamente el mando de la televisión para cambiar de canal, inicia una conversación para desviar la atención de la pantalla o directamente le dice a su hijo que se tape los ojos porque considera que no es apropiado para su edad, también están educando en sexualidad, aunque de forma indirecta.

Muchas veces, menos es más, por tanto, si esa escena la tratamos con naturalidad y no le damos más importancia de la que tiene, seguramente ellos y ellas no lo verán como algo relevante. Además, puede ser una buena oportunidad para hablar de ello y darles información completa (la de la televisión suele estar sesgada).

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¿Qué hago si me ve practicando sexo con mi pareja?

De nuevo, es interesante no darle más importancia de la que tiene, pero puede ser un buen momento para hablar del tema. Tratarlo desde el enfado es algo que debemos descartar, ya que parecerá que ha presenciado algo negativo. En cambio, tus hijos deben entender que a parte de sus papás o mamás también sois una pareja y que, como tal, disfrutáis de encuentros íntimos donde manifestáis vuestro cariño y amor.

Entonces, este es un buen momento para enseñarle la diferencia entre el ámbito privado y el íntimo. Al igual que se hace si resulta que se masturba, es importante que sepan en qué espacios se puede hacer una cosa y en cuáles otra. Es decir, delante de otras personas, no; en su cuarto, sí. También se le puede hablar del compromiso que supone ser una pareja y que en esos casos sí se pueden compartir más cosas.

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¿Qué hago si mi hijo me dice que le han tocado los genitales en el colegio?

Pese a parecer reiterativos, lo primero es cogerlo con calma. Antes de nada, vamos a recoger más información, siempre dando credibilidad a lo que nos dice. Si actuamos de forma alterada, nerviosa o con un tono elevado haremos que el niño o la niña se sienta intimidada y asustada, con lo que no la estaremos ayudando.

Debemos saber, ante todo, que están en una etapa de sus vidas de exploración y descubrimiento, también con sus cuerpos. Esto hay que tratarlo como lo que son, juegos entre niños y niñas que están al mismo nivel intelectual. Reprimirlo sólo les creará un trauma innecesario.

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La cosa cambia si vemos que, en ese juego, no todos juegan a lo mismo. Es decir, si la diferencia de madurez es la suficiente para que uno se pueda aprovechar de otro, ahí si hay que actuar. Esto se sabe con facilidad y rara vez ocurre si ambos son, por ejemplo, de un mismo curso y edad.

En fin, como ya hemos comentado, si educamos en diferenciar los espacios de intimidad, haremos un buen trabajo. En este caso concreto, explicándoles que, si alguien mayor a ellos quiere tocar algunas partes de su cuerpo, tiene que ser siempre con su permiso. Por mucho que sea un familiar o un médico. Si se les explican las razones, lo entenderán de maravilla.

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Como resumen final, un repaso. Ante todo, calma y responsabilidad. Hablar de sexualidad con ellas y ellos implica hacer una educación de calidad. Recordemos, por último, que ello no es hablar siempre de genitales, ya llegará el momento en que podremos hablar de eso. Por ahora, es suficiente y no poco, que ellos y ellas distingan los espacios de intimidad, dejándoles, por nuestra parte, explorar sus cuerpos y tener una buena autoestima corporal.

Si quieres contactar con el autor, Aritz Resines Ruiz, o con su colaboradora de esta semana, Alba González Velasco, puedes encontrarles en www.xelebreak.com.

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