La Euroliga aprueba un control financiero que penalizará los excesos en el gasto

La clave será que ese límite presupuestario vendrá definido por los ingresos globales. La media de lo que facturen entre todos los clubes accionistas, Baskonia incluido, en las próximas dos temporadas regirá el nuevo orden económico. Aunque no se tendrán en cuenta ni el club que más genere ni el que menos de entre los trece propietarios para facilitar la entrada de equipos sin licencia A. El presupuesto de los equipos destinado a salarios quedará encuadrado entre el 60% (el máximo) y el 32% (el mínimo) de ese dinero referencia para todos.

El propósito es «promover la sostenibilidad», apunta la Euroliga, y equilibrar, que no igualar, a largo plazo el dinero destinado a las plantillas en cada equipo. Por ejemplo, el Panathinaikos cuenta para esta temporada con 35 millones destinados solo a salarios, mientras el París Basketball se las ha visto y se las ha deseado para llegar a los 7. Se espera que este tipo de desigualdades se reduzcan en los próximos años con la introducción de lo que la máxima competición continental denomina «normas de equilibrio competitivo», consensuadas con los clubes y aprobadas por la Asociación de Jugadores (ELPA).

Por primera vez, se establece un mínimo presupuestario con ese 32% de la media de los ingresos totales de los clubes propietarios. Será indispensable alcanzar esa cifra de salario total para participar, aunque los equipos asociados podrán disfrutar de una reducción:26% para los invitados y un 23% para los vencedores de la Eurocup. La medida tratará de rentabilizar el esfuerzo que al Gran Canaria no le salía a cuenta realizar el curso pasado.

El mecanismo de control de la Euroliga incluye otros dos niveles de gasto superiores. Habrá un segundo rango en el que los clubes podrán gastar el 40% de los ingresos y contarán con cinco excepciones para dar mayor margen de maniobra a los equipos. En este nivel, las direcciones deportivas podrán excluir los dos contratos más altos de la plantilla, los de los jugadores sub-23 y de los lesionados de larga duración (más de dos meses de baja), así como el 25% del salario de los jugadores que lleven 3 temporadas en el club (no tienen que ser consecutivas). También abre la posibilidad de reforzarse con un jugador cuyo salario esté entre el 7% y el 8% del total de la plantilla. Es decir, si el límite es 10 millones, incorporar a otro miembro más con un sueldo de entre 700.000 y 800.000 euros. Todo ello en cantidades netas, para también esquivar las diferencias fiscales de los distintos países y regiones del mapa europeo.

Todavía quedará el nivel más alto. El que permite alcanzar un presupuesto del 60%, un 20% más que en la cota base, pero en el que sí se incluyen los dos contratos más altos. El resto de excepciones se mantienen. La máxima competición continental habilitará una plataforma para que todos los clubes introduzcan sus cuentas con el fin de determinar si todos cumplen con el modelo dentro de alguno de los tres niveles.

quellos que sobrepasen el baremo del gasto deberán pagar una sanción. El castigo también tendrá una escala en función del sobrecoste e irá desde 0,5 hasta 1,5 euros extra por cada euro que se supere el tope establecido a partir de la temporada 2027-2028. Este curso a punto de iniciarse servirá de transición, mientras que en los dos siguientes se irá introduciendo de «manera progresiva». Los clubes conocerán las cifras de la horquilla salarial en los meses de marzo y se actualizará cada temporada, por lo que los números serán variables.

La Euroliga actualiza así el reglamento de estabilidad financiera que incorporó en 2014, tratando de promover una gestión responsable como la que sigue el Baskonia. Ahora, con un control financiero que llegará casi con quince años de retraso con respecto al fútbol, espera «prevenir prácticas inadecuadas antes de inscribir a los jugadores» y «aumentar la transparencia». Por contra, no establece ninguna regulación sobre el origen de los ingresos de los clubes. Tan solo tendrán menos espacio para tirar de chequera.

Los límites salariales se actualizarán cada temporada, por lo que las cifras siempre serán variables. La propia Euroliga se ha comprometido con los clubes a comunicar los límites salariales antes de finalizar cada temporada. La sostenibilidad financiera es uno de los quebraderos de cabeza de la Euroliga. A nivel general, los clubes gastan más de lo que ingresan cada temporada de la última década, invirtiendo ingentes cantidades de dinero en plantillas dado la cada vez mayor expectación que genera la máxima competición continental.

El comisionado de la NBA, Adam Silver, deseoso de desembarcar también en el baloncesto europeo, lo reflejaba la semana pasada con un ejemplo muy gráfico. «El nivel de interés en el baloncesto en Europa no es proporcional a las actividades comerciales. El nivel de interés está aquí (levanta la mano izquierda) y las actividades comerciales aquí (levanta la mano derecha hacia abajo)». Mientras esa lucha por aumentar el negocio parece encallada entre opciones como Dubái o la entrada de nuevos inversores, la competición ha decidido podar los excesos en los gastos.