La Euroliga sopesa implantar un tope salarial a partir de 2025

Los máximos accionistas de la Euroliga continúan debatiendo sobre posibles novedades que permitan seguir expandiendo la competición. Una de ellas es la de implantar un tope salarial entre los participantes, tal y como ha confirmado este periódico. El medio griego Gazzetta.gr, quién ha desvelado la noticia, recoge que el plan inicial sería un máximo de doce millones netos, cifra que superan varios de los clubes propietarios, y un mínimo de siete.

La introducción de dicho mecanismo incurriría únicamente en los sueldos de jugadores y entrenadores, dejando a un lado el presupuesto que los clubes destinen a otras parcelas. La máxima competición continental busca acabar así con los desequilibrios económicos. Su propósito es que los clubes sean sostenibles con un número de ingresos cada vez mayor, siguiendo el modelo de la NBA, y evitar un caso como el del Khimki.

Además, las cantidades serían siempre en neto y no en bruto. La explicación es cada país tiene diferentes normas tributarias y, entre las propias comunidades de España, como se puede comprobar con el caso del tanteo de Costello, hay diferencias en el porcentaje de IRPF. El mínimo de siete millones es algo que, en palabras de Donatas Motiejunas, el director general de la Euroliga, ya se está llevando a cabo. Es la cifra que la competición le requirió al París Basketball para competir esta temporada como campeón de la Eurocup y dejar así fuera al Valencia.

Los 13 clubes propietarios de la Euroliga (Baskonia, Real Madrid, Barcelona, Milán, Olympiacos, Panathinaikos, Efes, Fenerbahce, Maccabi, Asvel, Bayern, Zalgiris y CSKA) continuarán deliberando la idea del tope salarial en los próximos meses. A falta de dar el sello oficial a la renovación de sus licencias fijas por quince años, lo que garantizará la presencia del Baskonia en la Euroliga hasta 2040, los dirigentes Donatas Motiejunas y Dejan Bodoriga buscan junto con los clubes nuevos incentivos como la ampliación de equipos.

El medio griego recoge una ampliación de 18 a 20 equipos a partir de la próxima edición. Eso generaría una calendario aún más extenuante, con uno o dos semanas de tres partidos más de las siete actuales, y discrepancias con los jugadores. El cambio de formato también lleva varios años sobre la mesa, estableciendo dos conferencias según criterios geográficos que disimularía mínimamente el impacto de la posible entrada de Dubái, aunque los partidos y las distancias recorridas serían también elevadas.

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