El Baskonia cae en Zaragoza preso de sus errores

El choque se pareció mucho a lo que se puede encontrar la escuadra azulgrana una tarde dominical cualquiera a partir del día 29. Un rival más descansado y con ganas de agradar a su público que obliga a dar el 100% para ser doblegado. Por el contrario, los vitorianos combinaron 18 pérdidas de balón con 15 rebotes ofensivos de los rojillos que explican los motivos principales de la derrota.

Tampoco es cuestión de hacer un drama de un tropiezo en un amistoso como el de ayer, con un equipo en construcción que ilusiona pero que parece necesitar ajustar la mayoría de piezas para que todo le salga favorable. La ACB requerirá de un mayor grado madurez para un grupo de jugadores que lleva ya tres semanas largas entrenando juntos. Esta vez no fue así y la formación maña que dirige Porfi Fisac se llevó el 'Trofeo Ibercaja Ciudad de Zaragoza Memorial José Luis Abós' con justicia ante un cuadro visitante sumido en la intermitencia y en la falta de conjunción y que aún debe andar un largo camino para interiorizar los conceptos de Pablo Laso.

El Baskonia fue inferior bajo los aros y acribillado a triples (7 en 6 minutos) en un final de partido sin fuelle en el que el vitoriano apostó por mezclar a Baldwin y Howard sin éxito dentro de una rotación completa con los 12 jugadores. Con un sorprendente Savkov en el quinteto inicial a la par que Moneke, ya de vuelta. El nigeriano asumió buena parte del peso del ataque, un arma de doble filo debido a su alta productividad (11 puntos y 3 rebotes) y también anarquía (cuatro pérdidas). Por contra, en la segunda mitad apenas saltó a la cancha y vio el último cuarto en el fondo del banquillo junto a Rogkavopoulos, el único azulgrana sin vestirse de corto tras el golpe en la cabeza sufrido en la Euskal Kopa.

Jaramaz gozó de siete minutos en el segundo cuarto en el que dio buena muestra de sus cualidades. Defensa, intensidad, ritmo y buen criterio. Con alguna pérdida, pero cuatro asistencias. Tres de ellas dieron paso a triples. Fue uno de los pocos tramos del partido en el que el Baskonia parecía imponerse en Zaragoza, donde Forrest volvió a dar sensación de una lenta aclimatación al baloncesto europeo. El base de Alabama afronta cada ataque como una prueba de un 'escape room'. Avanza, piensa, duda, vuelve a dudar... No sumó ninguna asistencia y registró tres pérdidas, la mayoría de ellas por dar el pase en el momento que el compañero se mueve.

El encuentro arrancó con quince minutos de retraso y una batucada dentro del show previo de presentación del Zaragoza. Tampoco mejoró en un primer cuarto repleto de errores y concesiones en el rebote. Un matazo espectacular de Moneke no sirvió para activar a un Baskonia falto de movilidad en ataque. Santi Yusta, con 9 puntos, fue el líder de la corta ventaja de los maños. Los de Laso mejoraron en el segundo cuarto con la entrada de Khalifa Diop y Ndiaye por dentro, dándole la vuelta a la lucha por el rebote, y Kamar Baldwin y Jaramaz en la dirección. Sedekerskis (27 minutos de juego) tenía un buen día en el tiro, el ataque fluía un poco más y en defensa se imponía el quinteto azulgrana, que dejó al Zaragoza sin anotar durante casi tres minutos.

Sin embargo, ninguno de los contendientes logró destacarse en el marcador. Ni siquiera con otro buen final del tercer periodo en el bando azulgrana, cuando Raieste hizo acto de presencia, hasta entonces en blanco, y dio al Baskonia una renta de seis puntos tras un triple. Hasta ahí llegó el buen hacer azulgrana. No hubo una marcha más ni siquiera con un Cabarrot omnipresente en la segunda parte. La notable dirección del canadiense Bell-Haynes y un certero Marco Spissu cambiaron el duelo. La pintura azulgran hacía aguas (3 rebotes entre Hall y Diop) y el Zaragoza sacó a relucir toda su pólvora. Entre Cabarrot y Baldwin se pasó del 81-73 al 81-79 a falta de dos minutos, pero Spissu sentenció el duelo desde la larga distancia.