Osasuna 1-0 Athletic
Menos mal que queda San MamésPartido de ida ·
Un Athletic decepcionante se obliga a remontar en la vuelta tras perder por la mínima un partido igualado y pedregoso que decantó AbdeSecciones
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Osasuna 1-0 Athletic
Menos mal que queda San MamésPartido de ida ·
Un Athletic decepcionante se obliga a remontar en la vuelta tras perder por la mínima un partido igualado y pedregoso que decantó AbdeEl primer round de este combate a dos asaltos entre Athletic y Osasuna para alcanzar la final de Copa dejó a los navarros con una ventaja mínima para la vuelta en San Mamés. Todo quedó abierto, pues, tras la pelea de El Sadar, donde los ... rojiblancos estuvieron lejos de conseguir su objetivo en un partido que fue como mirar una hormigonera haciendo cemento. Es cierto que se fajaron con carácter en un choque de máxima exigencia por el rival, la trascendencia, el escenario y hasta por la temperatura, bajo cero, pero su imagen dejó mucho que desear. Con balón, los rojiblancos empiezan a ser un equipo cada vez más pobre, de una creatividad nula. Pudieron empatar en el descuento en una buena ocasión que Guruzeta desperdició con un tirito que dio ganas de llorar, es verdad, pero al final el gol de Abde al inicio de la segunda parte dictó sentencia; una sentencia provisional, se entiende. La definitiva será el 4 de abril.
Osasuna (1)
Herrera, David García, Jon Moncayola, Juan Cruz, Aridane, Aimar Oroz (Pablo Ibáñez, min. 86), Lucas Torró, Moi Gómez (Brasanac, min. 86), Chimy Ávila (Rubén García, min. 71), Abde (Kike Barja, min. 76) y Ante Budimir (Kike García, min. 71)
-
Athletic (0)
Julen Agirrezabala, Daniel Vivian, Yuri, De Marcos (Lekue, min. 58), Íñigo Martínez, O. Sancet, Muniain (Nico Williams, min. 64), Dani García, Berenguer (Raúl García, min. 58), Vesga y Williams (Guruzeta, min. 82)
El gol: 1-0. Abde. Min. 47.
Árbitro: Gil Manzano. Berenguer (min. 40), Vesga (min. 43), Ante Budimir (min. 52), Moi Gómez (min. 54), Íñigo Martínez (min. 63) y Brasanac (min. 91)
El Athletic venía de una decepción y Osasuna, de una satisfacción. Sin embargo, en partidos como el de ayer, con tanto en juego, con las ilusiones tan disparadas en los dos bandos, no suele ser conveniente extraer conclusiones a este tipo de coyunturas parciales. Los deprimidos tienen tantas posibilidades de revivir como los entusiasmados de deprimirse. La batalla anímica, de hecho, no pudo ser más igualada y todo apunta a que lo será también en el choque de vuelta. Osasuna y Athletic se parecen demasiado; probablemente más de lo que les gustaría a los hinchas rojiblancos, que volvieron a apreciar la capacidad de trabajo de su equipo tanto como a sufrir su soberana incapacidad jugando la pelota. Muniain, Iñaki Williams y Sancet firmaron un partido como para hacérselo mirar. Con decir que Dani García fue el mejor de los rojiblancos, está dicho todo.
❤️ Eskerrik asko, athleticzales!
— Athletic Club (@AthleticClub) March 1, 2023
Queda la vuelta, ¡en San Mamés!
📌 𝟰 𝗱𝗲 𝗮𝗯𝗿𝗶𝗹#OsasunaAthletic 🏆 #ZatozJadaNigana pic.twitter.com/6Eq4cRoJIs
Los dos entrenadores mostraron sus cartas con una claridad meridiana en las alineaciones. Arrasate apostó por la valentía con un once muy ofensivo en el que confluían Moi Gómez, Oroz, Abde, Chimy Ávila y Budimir. Valverde prefirió extremar las precauciones y volvió a optar por Vesga y Dani García como pareja de medios centros, sin importarle que hasta la fecha nunca le haya funcionado, sobre todo en tareas de elaboración. Eso sí, Txingurri asumió un riesgo imprevisto: la titularidad de Iñigo Martínez después de tres meses y medio de ausencia. No le pareció una buena idea confiar en el joven Paredes para un compromiso de tan alto voltaje y prefirió jugársela con un veterano con muchas espuelas pero inevitablemente falto de ritmo.
Aparece Abde
Como ocurre tantas veces, sin embargo, la orientación del partido que se desprendía de las decisiones de los técnicos no se plasmó en el juego. Desde el principio, Osasuna fue un equipo previsor, demasiado tenso, tan obsesionado por no arriesgar nada que no hizo una jugada decente en toda la primera parte y no tuvo una sola ocasión. Se limitó a buscar a Abde por la izquierda, aprovechando que es un jugador habilidoso al que le gusta ser el perejil de todas las salsas. Y también que De Marcos no estaba fino y muy pronto necesitó las ayudas de Dani García y Berenguer. Por lo demás, los rojillos, nerviosos en una tesitura histórica, no pasaban del patapún y los despejes de cabeza, de un fútbol directo sin ningún matiz que dejaba en la inopia, desaparecidos, a sus jugadores de más talento como Moi Gómez u Oroz.
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Al Athletic se le notaba algo mejor. Aunque su fútbol era casi igual de plano y abrupto que el de su rival, se le notaba menos agarrotado, más ordenado y convencido de lo que hacía. En una situación, en fin, que Valverde y los suyos hubiesen firmado antes del partido. Es más, en medio de la sucesión industrial de balonazos, despejes, choques, golpes, coscorrones y agarrones que fue toda la primera mitad –y se prolongó tras el descanso–, las únicas opciones de gol fueron de los rojiblancos. Ambas las protagonizó Muniain, la primera en el minuto 13 en un remate que desvió un defensa y se envenenó, hasta obligar a lucirse a Herrera, y la segunda en el 19 en un zurdazo que se le fue alto.
En la reanudación, al cabo de dos minutos, llegó la jugada de la noche, la que dio al escuadrón de Arrasate una ventaja que defendió con uñas y dientes y sin más apuros que los que provocaron en el tramo final, a través de Nico Williams, un par de acometidas desesperadas de los rojiblancos. El gol lo hizo Abde, que venía de ser decisivo en el Sánchez Pizjuán, en una jugada que a los hinchas del Athletic tuvo que recordarles al reciente gol de Griezmann. Falló De Marcos, se confundió Vivian y fusiló el marroquí con un zurdazo muy ajustado al poste en el que quedó la duda de si Agirrezabala pudo hacer algo más.
En un choque áspero como la lija en el que no pasaba nada, un duelo en el que el fútbol estaba tan bajo cero como el termómetro, ese 1-0 hizo mucho daño al Athletic. Su incapacidad para reaccionar fue dolorosa. Era el momento de dar un paso adelante y allí no apareció nadie. Ni el apuntador. Y los que menos, los más obligados a hacerlo: Muniain, Berenguer, Iñaki Williams y Sancet. Del banquillo tampoco llegaron soluciones para una medular que pedía a gritos un poco de creatividad y acabó como empezó, con Vesga y Dani García trasegando. Raúl García y Nico Williams aportaron algo de picante, pero no el suficiente como para acabar igualando el partido. Osasuna defendió bien casi hasta el descuento, cuando un par de malos despejes de Aridane estuvieron a punto de provocar el colapso de Arrasate y de miles de hinchas rojillos, felices y contentos con el 1-0.
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