Sancet tuvo dos ocasiones claras de gol. EFE

Granada 1-1 Athletic

El Athletic se deja dos puntos en Granada

Desgracia. Los rojiblancos perdonan a su rival fallando varias ocasiones claras en la primera parte y en la segunda, mucho más floja, le regalan el empate con un gol en propia puerta ·

Lunes, 11 de diciembre 2023

Pocos empates del Athletic en la Liga fuera de casa habrán tenido un sabor tan desagradable como el de Granada. Después del dominio absoluto y de las numerosas ocasiones en los 17 minutos que se disputaron el domingo y en los que se jugaron el ... lunes hasta el final de la primera parte parecía imposible que los rojiblancos no se llevaran la victoria, y de forma muy holgada. Pero así son las cosas en el fútbol. El equipo de Valverde salió con menos tensión en la segunda parte, quizá confiado en su superioridad, dejó que su rival se fuera aireando y para más 'inri' le regaló el empate con un gol en propia puerta de Ruiz de Galarreta en el minuto 55. Y no un gol cualquiera sino un cabezazo impresionante. Unai Simón podría decir que en el nuevo Los Cármenes, donde volvió a ser muy aplaudido cuando saltó al césped, no le batió el rival sino que fue víctima de eso que se llama fuego amigo.

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El chasco fue inevitable, pero hay días así, revirados, partidos en los que se juntan la falta de pegada en el área rival y la desgracia en la propia. Más allá de la pérdida de dos puntos que parecían claros, ya casi ingresados en la cuenta corriente, lo más negativo fue que al Athletic le faltó mordiente tras el descanso. Sólo necesitaba continuar lo que estaba haciendo. Manteniendo el rigor y la intensidad el triunfo hubiera caído por su propio peso. Y aquí estuvo el problema. Los de Valverde sacaron los dedos del enchufe. Perdieron agresividad, su santo y seña. Robaron menos balones, Iñaki Williams y Sancet, que tuvo un día negado, dejaron de desequilibrar, y el equipo lo notó. Su juego fue mucho menos profundo en la segunda mitad. Sólo Nico Williams lo intentó, pero los defensas del Granada empezaron a vigilarle bastante mejor que en la primera parte. Sabían que, si no lo hacían, estaban muertos.

Había curiosidad por comprobar de qué manera se reanudaría un partido que, antes de su suspensión, el Athletic dominaba con autoridad y ganaba por 0-1. Que los rojiblancos iban a continuar con la misma idea e idéntico once –el reglamento permitía hacer cambios– estaba cantado porque estaban funcionando como un reloj. Con el Granada, en cambio, había más dudas. El Cacique Medina, sin embargo, decidió dar un margen de confianza a los titulares del domingo. Incluso a Ferreira, que seguro que pasó una mala noche pensando en cómo se había comido el gol de Iñaki Williams. Ahora bien, ¿les daría el uruguayo otro tipo de instrucciones? ¿Cambiaría su estrategia? ¿Probaría alguna fórmula para que su tropa intentara hacer desaparecer, o al menos rebajar, la superioridad manifiesta que había mostrado el Athletic?

Dominio total

La respuesta a todas ellas fue un no rotundo. Lejos de mejorar, el Granada empeoró. Se hace muy difícil a veces entender a los entrenadores, descubrir cuál es su propósito, la idea profunda que subyace en su propuesta. Pensemos, por ejemplo, en la obsesión del Cacique Medina de que su equipo, tan limitado en defensa, saliera jugando desde atrás cuando enfrente tenía a un rival que está siendo el que más alto y el que mejor y con mayor rendimiento presiona de la Liga. Este empeño absurdo provocó tantos problemas a los nazaríes que su juego se convirtió en un auténtico despropósito. Con decir que sólo en el descuento de la primera parte, tras una pérdida de Galarreta, amenazó el Granada la portería de Simón está dicho todo.

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Primera parte

Iñaki Williams envió un cabezazo al larguero y Sancet desperdició dos ocasiones clarísimas

Lo mejor para los locales de esa media hora que se jugó hasta el descanso fue que el Athletic no dejó de desperdiciar oportunidades. Las tuvo de todos los colores, suficientes como para haber finiquitado el choque con un 0-3 o un 0-4 y haber jugado la segunda mitad con toda la tranquilidad del mundo, a beneficio de inventario. Sin embargo, la tremenda efectividad ante el Rayo dio paso a la vieja oscuridad de los tiempos frustrantes. En el minuto 21, a Nico Williams se le escapó por centímetros uno de sus típicos remates al palo largo. En el 22, Ferreira tapó a Sancet un remate a bocajarro en un balón que le cayó de un desvío de cabeza de un defensa.

Protagonista

Una de las mejores noticias del partido para el Athletic fue el nivel que mostró Beñat Prados

El gol se estaba cantando y el Granada poco podía hacer, salvo parar con faltas tácticas a Galarreta y Prados, un pareja que mezcló bien. El chaval, sobre todo, mostró un nivel y una personalidad de los más interesantes. Seguro que agradeció el hecho de poder jugar por fin en su posición natural. Decíamos que el 0-2 parecía inevitable, como el rayo después del trueno, pero no fue posible. Cuando pasada la media hora Miquel perdió un balón terrorífico al borde del área, Guruzeta se la dio a Sancet para que empujara y el navarro la tiró fuera ante el asombro de propios y extraños fue inevitable pensar que el partido, pese a parecer tan fácil y controlado, podía llegar a torcerse. Y cuando en el minuto 42 un bonito testarazo de Iñaki Williams a pase de Galarreta se fue al larguero esa sospecha se materializó.

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Reacción

Tras el descanso, quizá por exceso de confianza, los rojiblancos salieron con menos agresividad

En esa situación, los rojiblancos tendrían que haber afilado sus garras tras el descanso para dejar los deberes hechos. Pues bien, hicieron todo lo contrario y el Granada acabó reviviendo dentro de sus posibilidades tras el churro del 1-1. Hasta hubo algún que otro momento de apuro para los rojiblancos, como una ocasión que falló Boyé tras una gran acción individual de Bryan Zaragoza, la única que hizo en el partido. Es lo que tiene no cerrar los partidos. Como es bien sabido.

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