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Tuvieron que pasar 105 días para que el Athletic volviese a celebrar una victoria tras competir en Europa en la misma semana. De hecho, la del Sánchez Pizjuán es la segunda del curso tras la conseguida en Vallecas el 1 de diciembre, cuando Sancet remontó con dos fogonazos el tanto inicial de Nteka. Aquello sucedió tras la goleada al Elsfborg. Después de seis temporadas de ausencia por el Viejo Continente había muchas incógnitas acerca del rendimiento que ofrecería el equipo ante el evidente aumento de partidos. Pues bien, hasta el momento el balance es de dos victorias, siete empates y una sola derrota cosechada en los encuentros inmediatos tras compromisos europeos.
El Athletic perdió el 'día de los penaltis' de Girona, donde se desperdiciaron tres penas máximas. El primero de los siete empates se produjo precisamente ante el Sevilla en septiembre, con un marcador de 1-1 tras idéntico resultado en el Olímpico de Roma. Se cosecharon igualadas ante Mallorca (por partida doble), Valladolid, Alavés, Leganés y Betis. En la comparecencia previa al duelo del Sánchez Pizjuán, Valverde veía el vaso medio lleno. «Habrá quien piense que solo hemos ganado uno (ya son dos) y quien piense, entre los que me incluyo, que solo hemos perdido uno. A todos les cuesta tras jugar en Europa. A nosotros no nos cuesta tanto, solo hemos perdido uno siendo lo que somos. Es verdad que cuesta ganar, pero a los demás también que nos ganen», declaró Txingurri.
Si el Athletic se fue de Sevilla con tres puntos fue gracias a la seguridad que transmitió Unai Simón, necesitado de una buena actuación que reforzase su moral tras verse relegado a la suplencia en la Europa League. Tras una primera mitad anodina en la que Yeray evitó la que hubiese sido su única intervención, el guion cambió por completo tras el paso por vestuarios.
Los de García Pimienta salieron con el cuchillo entre los dientes y apretaron de lo lindo en diez minutos vertiginosos que obligaron al alavés a lucirse. Simón respondió primero con creces, con un mar de piernas delante, ante un chut de Lukebakio, y luego fue Ejuke el que se estrelló en un mano a mano en el que el de Murgia aguantó el tipo. Después desvió un envenenado servicio de Carmona y su última parada la realizó al desbaratar la internada de Vargas. Tres partidos y cuarenta días después volvió a dejar su portería a cero. No lo hacía el último 'Zamora' desde el 3-0 al Girona el 8 de febrero.
Las últimas actuaciones de Álex Berenguer habían condenado al navarro a la suplencia incluso con la baja de Sancet. De hecho, en ninguno de los dos partidos ante la Roma jugó de inicio. Ante el Sevilla fue titular en su lugar preferido, la banda izquierda, aunque con la salida de Nico pasó a la mediapunta hasta que en el descuento fue sustituido por Yuri. A los diez minutos el de Barañain se pidió una falta tras una absurda mano fuera del área de Nyland y su trallazo impactó en el larguero. Después fue víctima del escaso rendimiento ofensivo rojiblanco hasta que, cuando el partido agonizaba, volvió a sacar a relucir el guante que tiene por pie derecho.
Berenguer levantó la mirada, puso en marcha esa rosca que le caracteriza y envió un jugoso balón que bien pudo haber cabeceado Maroan. En una jugada similar a la del Mundial entre Piqué y Puyol, por detrás apareció Yeray como un 'killer' para martillear al portero noruego. El navarro logró así su décima asistencia de la temporada y desempató en lo más alto de esta estadística con Iñaki Williams. Las reparte en ocho en liga y dos en Europa.
Imprecisiones, pases sin destinatario, centros a ningún sitio... El partido estaba siendo para echarse la siesta. Cuarenta y cinco minutos infames, carentes de fútbol, que se intensificaron tras una vuelta por vestuarios en las que el Sevilla pudo adelantarse en el marcador. Entonces Valverde decidió agitar la coctelera y recurrir a tres hombres fundamentales en su esquema para revitalizar al Athletic. Tras la paliza de Roma era necesario dosificar a Jauregizar, Galarreta y Nico Williams, pero el entrenador rojiblanco los llamó a filas cuando se llegó a la hora de partido para ir a por los tres puntos. Salieron Vesga y Prados, incapaces de hacer frente al poderío físico sevillista y a un inspirado Saúl, y también un desaparecido Unai Gómez. La receta no pudo salir mejor.
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