Athletic 4-3 Celta
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Athletic 4-3 Celta
El Athletic se apunta a los partidos locosLlegó el Celta a San Mamés mostrando sus llagas y recitando una larga lista de agravios y ultrajes por parte de los árbitros. Vamos, que llegó dando pena. Y se fue para Vigo con una verdadera depresión tras perder un partido de esos que sólo ... pierden los equipos sumidos en la desgracia. Fue hasta cruel la manera en que cayeron los vigueses, con un penaltito de verdadera mala suerte –una mano involuntaria en un balón que se iba en dirección contraria a la portería de Guaita– en el minuto 98. Todo ello tras haber desperdiciado un penalti para hacer el 3-4 en el minuto 73 y de haber encajado el gol del 2-2 en la última jugada de la primera parte.
La fortuna que le faltó al Celta la tuvo un Athletic sospechoso que se sostuvo gracias a su tesón, a Nico Williams, a un Guruzeta oportunista, a Unai Simón –impresionante el penalti que le detuvo a Aspas– y a las facilidades en defensa de los celtiñas. En realidad, el partido fue un choque entre dos defensas lamentables. Esta circunstancia suele dar lugar a duelos emocionantes y llenos de alternativas, anárquicos, un poco desastrosos, partidos que son como tiros al aire de cuadrillas de Pancho Villa. Y lo cierto es que el Athletic se está empezando a acostumbrar a jugarlos así. Basta con recordar cómo se han desarrollado los tres últimos ante el Valencia, el Villarreal y el Celta, locos y cargados de goles en las dos porterías. Eso sí, los rojiblancos han impuesto su pegada en dos de ellos, lo que les permite mantenerse en la zona noble de la tabla pese al problemón defensivo que empiezan a sufrir.
Athletic
Unai Simón; De Marcos, Vivian, Paredes, Lekue; Vesga (Dani García, m.79), Galarreta; Iñaki Williams (Berenguer, m.79), Sancet (Unai Gómez, m.85), Nico Williams; Guruzeta (Raúl García, m.79).
4
-
3
Celta
Guaita; Kevin Vázquez, Starfelt, Unai Núñez, Manu Sánchez; Mingueza, Fran Beltrán (De la Torre, m.68), Dotor, Bamba (Cervi, m.83); Aspas y Larsen (Douvikas, m.89).
Goles 0-1, m.25: Iago Aspas. 1-1, m.37: Sancet. 1-2, m.41: Bamba. 2-2, m.50+: Guruzeta. 3-2, m.52: Guruzeta. 3-3, m.66: Larsen. 4-3, m.98: Berenguer, de penalti.
Árbitro Juan Luis Pulido Santana (Comité de Las Palmas). Mostró tarjeta amarilla a los locales Unai Simón (m.55) y Raúl García (m.92) y a los visitante Aspas (m.39) y Guaita (m.94).
Valverde repitió el once titular de Villarreal; es decir, jugaron los que todo el mundo sabía que iban a jugar. Y es que en este Athletic no hay apenas margen para la sorpresa. Cuando falta algún titular, es rarísimo que no se acierte con su sustituto. Esto puede interpretarse como un síntoma de estabilidad, pero también como la constatación de que no hay mucho donde elegir. Lo que sí hay son futbolistas inevitablemente elegibles, como es el caso de Nico Williams, que ayer fue fundamental para quitarle las telarañas a su equipo durante toda la primera parte y buena parte de la segunda. De no ser por él y porque Guruzeta tiene instinto para colocarse en el área, el Athletic hubiese quedado reducido a la nada. Y es que Sancet no estuvo fino e Iñaki Williams jugó su peor partido de la temporada.
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Lo mejor de la primera parte para los de Valverde fue llegar con empate al descanso. El valor del 2-2, que Guruzeta consiguió en el último minuto rematando dentro del área pequeña una gran asistencia de Nico Williams, residía en una sospecha optimista: si jugando lo mal que estaban jugando iban igualados, a poco que hicieran algo decente en la segunda parte la victoria sería coser y cantar. Porque lo cierto es que el equipo de Valverde firmó unos primeros 45 minutos lamentables en los que sólo se salvó el pequeño de los Williams, un martirio para Kevin Vázquez.
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Desde el primer minuto, los rojiblancos jugaron en modo empanada, sin velocidad, sin tensión, sin dinamismo, sin ideas. A Valverde se lo llevaban los demonios. Y el Celta lo aprovechó. Jugaban bien los gallegos, con criterio y ambición. Aspas, Bamba y Larsen hacían daño a la defensa del Athletic, sobre todo a su más que defectuosa pareja de centrales. Llegado el cuarto de hora, en apenas dos minutos se sucedieron un derechazo de Aspas que despejó Unai Simón, un gol anulado a Larsen y una ocasión clamorosa del capitán gallego, que se plantó solo delante del portero rojiblanco y se la picó de mala manera con la derecha. Fue un error que hizo inevitable pensar en que los mejores días del genio de Moaña ya han pasado, de ahí que esta temporada no hubiera estrenado su cuenta de goles.
Nueve minutos después, hubo que pensar lo contrario, que el que tuvo, retuvo. Aspas retrató a Paredes y dibujó un zurdazo impresionante desde fuera del área. El golpeo fue como para ponerlo en las academias de fútbol. Era el minuto 24 y San Mamés comenzaba a torcer el gesto. Y con razón. Su equipo chirriaba. Guruzeta, además, había fallado una gran ocasión de cabeza a pase de Nico Williams, que este viernes repartió asistencias como si tirase caramelos en una cabalgata. Y no sólo eso, también intervino en la jugada que propició el 1-1 del Athletic tras un mal despeje de la defensa gallega que le cayó a Sancet.
El Celta se rehízo del golpe tres minutos después y volvió a adelantarse por mediación de Bamba, quien aprovechó un mal despeje de Vesga para fusilar. A partir de ahí, su objetivo fue llegar en ventaja al descanso. Benítez se lo comunicó a sus jugadores señalándose el reloj y apremiándoles a que estuvieran muy juntos. Pero los gallegos son muy blandos en su retaguardia. El lobo sopla y se les viene abajo su casa de paja. De este modo, tras una gran jugada de Nico Williams entrando hasta la cocina, Guruzeta empató en la última jugada de la primera parte.
Al perro flaco, todo son pulgas y se demostró con crudeza en la segunda parte. El Athletic se puso 3-2 tras un despeje horrible de la defensa que le cayó a Nico, cuyo remate desvió Guaita a las botas de Guruzeta. Era el minuto 52. El 4-2 lo tuvo Sancet, de nuevo gracias al suministrador de la noche, pero el balón se le fue alto. Apartir de ahí, el Celta sólo tuvo una buena noticia, el 3-3 en una contra que pilló en Babia a los centrales del Athletic. El resto fueron horribles: un nuevo gol anulado a Larsen, un penalti fallado por Aspas y, finalmente, cuando el partido parecía abocado a un justo empate, la mano desgraciada de Mingueza y el penalti que Berenguer aprovechó para marcar el gol de la victoria.
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