Manu García enseña el camino

Calleja quiere darle la vuelta a la tónica. Tiene claro el camino que debe seguir y para ello ha designado la que debe ser su piedra angular: Manu García. El asturiano respondió sobre el césped en una noche donde sembró el interés entre propios y extraños. Mostró, en apenas una hora, que puede ser la mayor certeza del Alavés. Esa en la que apoyarse para después construir un bloque definido, con ideas claras y convencido del camino que debe seguir. En definitiva, uno que sepa contestar a las preguntas importantes.

García dejó claro que aspira a ser esa figura. Lo hizo en su debut en Primera. El de ayer, aunque pueda sorprender, fue su estreno en la máxima categoría española. Es un joven novato, un veterano de 23 años forjado en una cantera celestial y curtido en estilos y mundos muy diferentes. Tiene poso e ideas claras. Conoce el camino y no se esconde. La sólida primera parte albiazul contra todo un Real Madrid no se entiende sin la continua intervención del asturiano. Bajó a recibir, rompió líneas con sus pases y aceleró constantemente el fútbol albiazul. Las siempre particulares estadísticas reflejan que solo erró dos pases de los 39 que intentó. Y muchos de ellos fueron valientes, hacia delante y buscando siempre acercar a su equipo al gol. Su hora ante el equipo blanco fue un alarde de oratoria. Él quiere ser el ponente del nuevo Alavés y coge con agrado los galones.

No le faltarán esforzados compañeros. Joselu lo es. Su verano no ha sido sencillo. Ni para él ni para el club. Pero su estreno, con gol de penalti incluido, ni siquiera sugiere todo ese carrusel de problemas. Fue el delantero de siempre, una máquina de ganar balones y generar juego de espaldas a la portería. Fueron los argumentos más contundentes de un Alavés que sabe lo que quiere. Solo querer no será suficiente, y menos ante gigantes, pero los albiazules deslizaron ayer que conocen el camino. Manu fue su faro.