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Fue peor el resultado que la imagen, esperanzadora en la primera mitad. Un cuento conocido en este tipo de duelos. Las ilusiones contra el talento. Una propuesta interesante desgarrada por la pegada de un rival superior que castiga con saña el mínimo descuido. Los tuvo ... el Alavés tras el descanso después de una notable primera mitad. Y por ahí se empezó a descoser la sugestiva idea de Calleja, todavía entre hilvanes. Insuficiente aún para hacer frente a un Real Madrid que se limitó a esperar su momento para hacer sangre en el área albiazul.
Bien en esos primeros 45 minutos. Las luces. Las de un equipo equilibrado, atrevido, con el afán de protagonismo que le exige su entrenador. Y que puso en serios apuros a un adversario de gran calibre. Caído en la segunda parte. Las sombras. Las de un conjunto que se agrietó en defensa y, con síntomas de fatiga, empezó a desordenarse atrás y a diluirse en ataque. Quizás el resultado sea engañoso, demasiado cruel con un Alavés que propuso más de lo que dicen los números del marcador, pero evidencia que al plan todavía le falta recorrido. Enfrente estaba el Real Madrid, un adversario que condiciona planteamientos previos y análisis posteriores, pero queda trabajo por hacer, tanto en el capítulo ofensivo, al que le faltó regularidad, como, sobre todo, en el defensivo, demasiado tierno por momentos.
Alavés
Pacheco, Martín, Laguardia, Lejeune, Rubén Duarte, Manu García (Guidetti, min. 58), Pere Pons (Loum, min. 58), Pina (Moya, min. 82), Luis Rioja (Iván Martín, min. 68), Joselu y Edgar (Pellistri, min. 68).
1
-
4
Real Madrid
Courtois, Lucas Vázquez, Militao, Nacho, Alaba, Casemiro, Modric (Asensio, min. 88), Valverde (Isco, min. 88), Bale (Rodrygo, min. 68), Benzema (Jovic, min. 88) y Hazard (Vinicius, min. 65).
Goles 0-1: min. 48, Benzema. 0-2: min. 56, Nacho. 0-3: min. 62, Benzema. 1-3: min. 64, Joselu, de penalti. 1-4: min. 92, Vinicius.
Árbitro Soto Grado (Comité Riojano). Amonestó a Manu García, Bale y Courtois.
Incidencias Partido correspondiente a la primera jornada de Liga, disputado en el estadio de Mendizorroza ante unos 3.968 espectadores.
En el primer once, una sola cara nueva, la de Manu García, el verso más libre del centro del campo que formó junto a Pina y Pere Pons, con Luis Rioja y Edgar en las bandas -intercambiaron carriles- y un comprometido Joselu en punta. Una configuración táctica versátil que puso en apuros a todo un Real Madrid desde el principio. Presión adelantada, ritmo alto con y sin balón y primer disparo del partido en las botas del extremo andaluz. Al conjunto blanco le costaba progresar. El albiazul, muy equilibrado en sus líneas, supo alternar bien presión y repliegue en su oposición al talento madridista.
Que los de Ancelotti fueran ganando presencia en campo contrario formaba parte del guión, de la lógica futbolística. También que menguara el alto ritmo inicial. Pero el Alavés nunca perdió la cara al balón. Es la premisa ineludible de Javi Calleja, reflejada en la búsqueda constante de la pelota de un Manu García notable en la generación de juego, bien protegido por Pina y Pons en tareas más oscuras.
Asomaba el Madrid, pero los disparos de fuera del área de Hazard, Bale y Benzema, el más peligroso, se quedaban por el momento en una declaración de intenciones. Y, además de un complicado remate de Joselu que abortó la cabeza de Nacho, la mejor oportunidad de la primera mitad fue vitoriana. Una internada de Edgar por la banda derecha que remató Luis Rioja, despejó Lucas Vázquez con la mano -no punible a juicio del árbitro, aunque otras veces sí se pitan- y Pere Pons recogió en el área para elevar por encima de la portería de Courtois.
Los primeros 45 minutos de la temporada prometían. Un Alavés paciente en ocasiones, vertical en otras. Y sabiendo sufrir cuando tocaba. Buena lectura del juego. Pero todo se torció nada más empezar la segunda mitad. Primer despiste. Y Benzema. Un delantero top que no perdona. Estaba en fuera de juego en el inicio de la jugada, pero la normativa le permitió marcar en la continuación. Estocada que dejó tocada al conjunto albiazul, noqueado poco después en una jugada a balón parado que Nacho ganó a Martín. Quizás pudo hacer más el canterano, de más a menos como el equipo, pero la buena maniobra del central blanco hizo el resto.
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Y hundido en apenas un cuarto de hora de esa gris segunda mitad. En una gran arrancada de Valverde, que superó muy fácil a Lejeune, culminada con fortuna entre rechaces por Benzema, frenado por Pacheco en el primer intento y favorecido por los rebotes en el segundo. Se acababa el partido en apenas una hora. 45 minutos buenos rotos en quince malos. Muy blando en ese rato el equipo vitoriano, que entonces ya perdía el balón demasiado rápido y andaba desorientado en defensa. El gol de penalti de Joselu, provocado por Guidetti tras error de Militao, solo sirvió para mostrar orgullo y carácter, que no es poco, pero fue una reacción anecdótica, difuminada por Vinicius ya en el descuento. Hay mimbres, o se quieren intuir, pero también mucho margen de mejora.
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