Las protestas por el transporte escolar se extienden a la Álava rural: «Somos una minoría y los olvidados»

En este caso, los perjudicados por la falta de servicio provienen de Zambrana, Ocio, Berganzo, Santa Cruz del Fierro y Rivaguda. En total, son una veintena de alumnos que, o bien están teniendo que ser acercados por sus padres a las aulas (con la falta de conciliación que eso supone), o se están quedando sin asistir a las clases porque no cuentan con los medios para desplazarse. Cacerolas, panderetas, silbatos, flautas... Han sido los elementos que han hecho ruidosa la concentración, que pretende prolongarse en el tiempo si no se cumple con el restablecimiento del servicio «urgente» que demandan las familias. «No somos los únicos afectados. Nos estamos uniendo con otros pueblos para plantarnos delante de Educación. Las escuelas rurales somos siempre una minoría, y los olvidados», protestan desde el AMPA.

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En Rivabellosa las quejas son, además, por otras causas. A las reivindicaciones por la negativa de algunas empresas a prestar servicio, se une el agravante de la supresión de la figura del cuidador en la línea de transporte de Lantarón, que ahora realiza un taxi. «Los cuidadores son una parte crucial de la infraestructura de transporte, garantizando la seguridad y el bienestar de los usuarios más jóvenes y vulnerables. Su ausencia plantea riesgos innecesarios y genera ansiedad en los padres y madres», han manifestado las familias a través de un comunicado leído en la protesta y enviado al Departamento de Educación.

A unos veinte kilómetros, en Nanclares de la Oca, tanto el AMPA del instituto como el de la ikastola se han concentrado a las 8.45 horas durante 15 minutos para «presionar a la negociación» y reclamar respuestas. Por otra parte, la organización EHIGE exigió ayer mismo a Educación y a las empresas que «garanticen el transporte al alumnado de la escuela pública vasca» puesto que es «esencial». «Este problema no es nuevo, ya que el curso pasado se vivió una situación similar que se solucionó en el último momento. Animamos a todas las familias a participar en las movilizaciones que se organicen», firman.

Más cerca de Vitoria, también hay un profundo malestar entre los padres y el alumnado de Alegría donde «de las dos líneas sólo funciona una» lo que ha obligado a los progenitores de los chavales a «llevar durante la última semana a los niños al Instituto Ekialde de Vitoria, donde les corresponde por zona». Para ello, «hemos tenido que pedir permiso en el trabajo o vacaciones y nadie nos dice nada. En la delegación nos han cerrado la puerta y en el Gobierno vasco sólo nos ha atendido la administrativo de la entrada», se queja una de las madres.

«Somos del medio rural y estamos totalmente desamparados. Nuestros niños no tienen los mismos derechos que los que viven en Vitoria. Se están vulnerando los derechos de nuestros hijos», clama. «Las líneas de autobús son escasas y estamos atados de pies y manos. No estamos siendo iguales, porque en Vitoria tienen transporte público y a nosotros nos lo han quitado». Además, se queja de que «nadie nos avisó de que el autobús no iba a pasar, ni el instituto ni nadie. En el medio rural no tenemos ni voz ni voto», lamenta con enfado.