Mil millones para liderar en Euskadi la automoción eléctrica

El impacto de la inversión se entiende por sus cifras y repercusión en la economía vasca, donde Mercedes representa el 5,2% del PIB autonómico (a nivel de Álava supera el 33%). Pero también por el amplio respaldo que recibió el acto de presentación, que coincide con el 70 aniversario de la fábrica y el primer año del nuevo director, Bernd Krottmayer. En esta nueva etapa la planta se expandirá en más de 100.000 metros cuadrados hasta alcanzar los 800.000.

A la celebración acudieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el lehendakari, Iñigo Urkullu, el ministro de Industria, Jordi Hereu, la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, además de los principales agentes políticos y económicos de Álava.

La ambiciosa inversión de Mercedes-Benz había sobrevolado durante más de un año la fábrica vasca, pero no fue hasta este martes cuando el máximo responsable de la sección de furgonetas a nivel mundial, Mathias Geisen, lo verbalizó en un reducido encuentro con periodistas –al que acudió EL CORREO– junto con el director de operaciones de la compañía, Francesco Ciancia, y el CEO de Mercedes Vitoria, Bernd Krottmeyer. Los tres dirigentes destacaron como clave la «flexibilidad» de la factoría a la hora de ajustarse «a todo tipo de escenarios».

El último ejemplo se encuentra en el acuerdo que suscribieron la empresa y los sindicatos hace sólo unos días para evitar un ERTE. Ese margen de maniobra fue reconocido en varias ocasiones por los dirigentes (los trabajadores también destacaron con anterioridad el «compromiso» de las partes) como uno de los puntos fuertes de la fábrica vasca ante la «volatilidad» en la cartera de pedidos y, sobre todo, en la complejidad de aventurar las nuevas previsiones de producción de la VAN.EA. «Es difícil predecir cuándo un cliente va a dejar de lado la furgoneta de combustión y optar por el modelo eléctrico», destacó Gesen, que evitó adelantar el plan de fabricación o detallar cuándo se comercializará en masa. «Es una información que también les encantaría tener a nuestros competidores», bromeó.

El compromiso adquirido por Mercedes no sólo busca situar a Euskadi en la vanguardia de la movilidad eléctrica, sino que «garantiza» la estabilidad de 4.800 empleos directos, 30.000 indirectos y contratos con 800 proveedores. Los responsables aseguran que la viabilidad está asegurada «a largo plazo» con la renovación de la fábrica, que prevé nuevos módulos de producción, y la transición hacia la furgoneta eléctrica. La fábrica trabajará sin fecha en «dos direcciones» para mantener los pedidos de la furgoneta de combustión e introducir los de la VAN.EA. Esta evolución apenas repercutirá en principio en la plantilla, ya que, según Krottmeyer, «en la práctica no hay una gran diferencia en el montaje de un vehículo de combustión y uno eléctrico».

La planta de Vitoria cerró en 2023 un «año récord» con el montaje de unas 157.000 furgonetas, según precisó Krottmayer. A pesar de que este año la cifra se prevé algo más discreta (en torno a 140.000 unidades), supone una elevada proporción de los vehículos que vendió el pasado año el área de Mercedes Vans, que superó los 448.000, un 8% más que en el ejercicio anterior.

Esto implica que algo más de un tercio habría salido de la planta alavesa. Este departamento de la multinacional alemana obtuvo ingresos por valor de 20.000 millones de euros. Este ajuste en la cartera de pedidos de cara a 2024 se debe, según han explicaron los dirigentes de la compañía, a un repunte de compras que se produjo en 2023 tras la pandemia y al finalizar la crisis de los componentes, que retrasó algunos encargos desde años anteriores.