El 'don juan alavés' confiesa su estafa de 171.400 euros a una vitoriana para rebajar su condena

La confesión, que llega al menos 24 horas tarde, tenía doble fondo. Porque su abogado, el encargado de anunciarla, ha precisado que las entregas de dinero, «siempre en efectivo», realizadas por su víctima «nunca superaron los 50.000 euros». Con una precisión milimétrica y siguiendo el guión de su patrocinado, el letrado ha enumerado las fechas en que la denunciante le dio el dinero para, por ese orden, un viaje a Nueva York, unos bonos de inversión y la compra de una casa en Barcelona, donde se supone que vivirían juntos.

«Al ser siempre cantidades menores de 50.000 euros no puede considerarse el delito como estafa agravada», ha incidido la defensa. De ahí que haya solicitado para Francisco Gómez, nombre real de este estafador nacido en Vitoria hace 44 años, «una condena de tres años y medio».

Es decir, casi la mitad de lo estimado por la Fiscalía de Álava y la acusación particular. Tras la sorpresa inicial por esta maniobra autoinculpatoria, ambas partes han mantenido sus peticiones de cárcel. Seis años. El máximo previsto por la ley para esta clase de delitos.

También han exigido la devolución del dinero birlado, otros 9.200 euros en concepto de multa y otra cantidad por los daños psicológicos causados a la víctima. No han modificado sus postulados iniciales al entender la contundencia de todas las pruebas en su contra; la declaración de la víctima, de sus familiares, los vídeos enviados por el acusado en los que le muestra el Camp Nou como si fuera su «lugar de trabajo», los testimonios de otra víctima catalana o de los mossos d'Esquadra que le seguían la pista por otros timos en Cataluña.

La mujer a la que Francisco Gómez hizo creer que vivirían juntos en Barcelona, que incluso crearían una familia, necesitó tratamiento psicológico. Estuvo más de cien días de baja. Y, como ha señalado una perito forense, «aún tiene secuelas». Gastó los ahorros de su vida y de su entorno más cercano para entregárselos al que creía su novio.

Esta mujer, de hecho, llegó a enfrentarse a sus familiares más directos al creer a Francisco, que le dijo llamarse David Pons y ser un alto ejecutivo del Fútbol Club Barcelona. Estos señalaron a la sala que esta joven «ya no es la misma» desde aquella traumática experiencia.

Su letrado ha explicado que «a petición de mi cliente, él pide perdón a la víctima, a su hermana y a su madre, deseando que recuperen su vida para que puedan seguir disfrutando de la misma. Va a tratar de reparar el daño causado. Desde prisión tratará de hacerles envíos periódicos». Los 171.400 euros que obtuvo de estas personas jamás han aparecido.

En su turno final de palabra, Francisco Gómez no ha pedido perdón de manera explícita. Su intervención íntegra ha sido la siguiente. «Quiero pedir disculpas a la sala. Una aquí nunca se siente cómodo ni a gusto. A la víctima y a su familia... En lo posible que pueda intentaré reparar el daño ocasionado. Si en un futuro tengo que pedirle perdón a la víctima, pondré todo de mi parte para poder hacerlo».

La fiscal ha recordado la multirreincidencia de Francisco-David. En este punto ha repasado algunas de las condenas impuestas en el pasado a este estafador profesional, conocido en el mundillo judicial y policial como el 'don juan alavés'.

Por citar las más relevantes, tiene una condena de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa por 461.000 euros y otra de la de Zaragoza por 200.000 euros. De esas cantidades económicas nada se supo. «Las víctimas no han cobrado absolutamente nada».

El juicio ha quedado visto para sentencia. El fallo del tribunal se espera para dentro de unas semanas.