El 'don juan alavés' se enfrenta a 6 años de cárcel por timar 171.000 euros a una mujer

Se enfrenta a una petición fiscal de seis años a la sombra, aparte de la devolución del dinero supuestamente birlado, más otros 9.500 euros por el daño moral causado. Esta mujer pasó más de medio año con estrés y depresión. Él le hizo creer que era el amor de su vida.

«Tiene una labia increíble. Es frío y calculador. Pasaría la prueba de la máquina de la verdad sin mayores complicaciones», considera un policía nacional participante en una de las numerosas investigaciones abiertas contra Francisco. «Lleva casi media vida entre rejas», cuentan fuentes policiales. No en vano se halla preso en Zaballa por otra causa similar que expirará en 2020. La defensa solicitará la «libre absolución».

El quid de este litigio muy probablemente residirá en probar que esa relación existió y que Francisco recibió el dinero. Porque para su víctima siempre fue David, un brillante ejecutivo del Fútbol Club Barcelona. Se conocieron por 'casualidad'- Ella recibió un whatsapp de un desconocido, daba la sensación de que se había equivocado y así se lo hizo saber. A partir de ahí, la verborrea de Francisco obró el milagro.

Poco a poco intimaron. Le mandó fotos de su «despacho» en el Camp Nou. También una foto de Leo Messi en su casa en cuya pared 'curiosamente' se veía al propio David en una imagen enmarcada. «Era un montaje, pero cualquiera hubiera mordido el anzuelo», desvela un ertzaina conocedor del caso.

Quedaron, se gustaron y prendió la relación. Solían quedar a medio camino de Vitoria y de la ciudad condal. Siempre en hoteles. Y siempre era ella la que se registraba. Entremedias le sacó hasta 171.400 euros con diversos engaños. Un viaje juntos a América, una inversión inmobiliaria de lo más lucrativa...

Existe un vídeo en el que David-Francisco le muestra la entrada al Camp Nou. Mientras graba en modo subjetivo le cuenta que ese es su lugar «de trabajo». Tanto esa secuencia como las fotos que le envió, así como los mensajes de móvil, se antojan determinantes en la causa contra este hombre de 44 años que aún sigue empadronado en Vitoria.

Cuando la víctima abrió los ojos, él se olió el percal y cortó por lo sano. «Le dijo que estaba muy enfermo de cáncer y cortó la relación». De un día para otro borró cualquier rastro y opción de contacto. De hecho, en la Ertzaintza le pusieron nombre gracias a que un agente reconoció una imagen del sospechoso. David era Francisco Gómez.

El mismo que, durante una estancia anterior en la cárcel, sacó «mil euros» a varios presos de ETA con un embuste. El que en 2014, cuando estaba de tercer grado en Burgos ejerciendo de repartidor de pan, enamoró a la dueña de un obrador. O quien mantuvo un vis a vis en esa cárcel con una mujer catalana a la que conquistó por la vía epistolar.