XLSemanal. Está de aniversario.
Luis Fonsi. Sí, hace ya 25 años me di cuenta de que como deportista no iba a poder pagar los 'billes' (las facturas) y saqué mi primer disco. Desde entonces, todo lo hago con melodía.
XL. No ha perdido el tiempo: doce discos... Y eso que su grito de guerra es Despacito.
L.F. No he parado, pero me ha gustado cómo se dieron las cartas: Despacito es mi éxito más grande a nivel mundial, pero ha llegado hace solo seis años y yo ya tenía otros hits y varios Grammy.
XL. Escucho las letras de El viaje y noto cómo han cambiado las cosas: ni un reproche a las mujeres. Ya no somos ingratas, traidoras ni abusadoras. Ahora son ellos los arrepentidos. Piden perdón y lloran amores perdidos: ¡pobrecitos!
L.F. [Risas]. Es delicado el tema, sí, pero el 99,9 por ciento de mis canciones siempre ha sido para elevar a la mujer, que es lo más especial que tenemos los hombres. A mí no me nace hablar mal de la mujer, esté o no de moda. Soy un tipo romántico, no estoy aquí para joder a la mujer en la vida.
XL. De estatura normal, pero se trabaja los bíceps y, me consta, es presumido y tiene mucho éxito. ¿Su mujer es celosa?
L.F.¡Nada! Es la mujer más bella que existe en el planeta. Al revés: ella es la que me aconseja que me ponga más sexy y me da ánimo y seguridad, porque yo soy bastante tímido, te lo juro.
XL. Pues, al ver esos bailes tan calentitos que se marca, admiro su esfuerzo [risas].
L.F. Bueno, cuando estoy en el escenario y hay música, uno se convierte en otra cosa, pero luego en lo personal... nada de nada: soy un completo tímido.
XL. En El viaje dedica canciones a varios países de América y Europa, y allá donde va cuenta que se siente hijo de allí. Y lo mejor es que en todas partes se lo creen.
L.F. [Ríe]. Hay un poco de verdad en eso, pero no del todo: yo amo a todos los públicos y no hay un público que sea mejor que otro. Pero en España es verdad, mi mujer es de Córdoba y aquí tengo parte de mi familia.
XL. ¿Cuántas casas tiene?
L.F. Tres. Una es mi verdadera casa, en San Juan de Puerto Rico, donde nací. Otra, donde vivo, en Miami. Y la tercera, en Madrid, donde paso un trimestre al año por trabajar en La Voz.
XL. ¿Hay algo que desee y no consiga?
L.F. [Piensa]. Mira, pues sí: no consigo tickets para llevar a mi hija a ver a Taylor Swift, y eso me tiene frustrado. ¿Tú me puedes ayudar? [Se ríe].
XL. ¿Apoyaría a Trump si le consiguiese las entradas?
L.F. ¡Ay, Trump! La política no me gusta y Trump, mucho menos.
«A diario, un capuchino y pan tostado. El fin de semana me pongo creativo: dos huevos fritos con jamón o beicon, un par de tostadas y café con leche».