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Desayuno de domingo con... Luis Fonsi: «No me nace hablar mal de la mujer. Es lo más especial que tenemos los hombres»

San Juan de Puerto Rico, 1978. Soy alegre y bromista, deportista y chef frustrado. También cantante, compositor y, recién ahora, debuto como autor en mi nuevo álbum, 'El viaje', que sale el 17 de mayo.

Javier Ocaña.

Viernes, 19 de Abril 2024

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Está de aniversario.

Luis Fonsi. Sí, hace ya 25 años me di cuenta de que como deportista no iba a poder pagar los 'billes' (las facturas) y saqué mi primer disco. Desde entonces, todo lo hago con melodía.

XL. No ha perdido el tiempo: doce discos... Y eso que su grito de guerra es Despacito.

L.F. No he parado, pero me ha gustado cómo se dieron las cartas: Despacito es mi éxito más grande a nivel mundial, pero ha llegado hace solo seis años y yo ya tenía otros hits y varios Grammy.

«La política no me gusta y Trump, mucho menos»

XL. Escucho las letras de El viaje y noto cómo han cambiado las cosas: ni un reproche a las mujeres. Ya no somos ingratas, traidoras ni abusadoras. Ahora son ellos los arrepentidos. Piden perdón y lloran amores perdidos: ¡pobrecitos!

L.F. [Risas]. Es delicado el tema, sí, pero el 99,9 por ciento de mis canciones siempre ha sido para elevar a la mujer, que es lo más especial que tenemos los hombres. A mí no me nace hablar mal de la mujer, esté o no de moda. Soy un tipo romántico, no estoy aquí para joder a la mujer en la vida.

XL. De estatura normal, pero se trabaja los bíceps y, me consta, es presumido y tiene mucho éxito. ¿Su mujer es celosa?

L.F.¡Nada! Es la mujer más bella que existe en el planeta. Al revés: ella es la que me aconseja que me ponga más sexy y me da ánimo y seguridad, porque yo soy bastante tímido, te lo juro.

XL. Pues, al ver esos bailes tan calentitos que se marca, admiro su esfuerzo [risas].

L.F. Bueno, cuando estoy en el escenario y hay música, uno se convierte en otra cosa, pero luego en lo personal... nada de nada: soy un completo tímido.

XL. En El viaje dedica canciones a varios países de América y Europa, y allá donde va cuenta que se siente hijo de allí. Y lo mejor es que en todas partes se lo creen.

L.F. [Ríe]. Hay un poco de verdad en eso, pero no del todo: yo amo a todos los públicos y no hay un público que sea mejor que otro. Pero en España es verdad, mi mujer es de Córdoba y aquí tengo parte de mi familia.

XL. ¿Cuántas casas tiene?

L.F. Tres. Una es mi verdadera casa, en San Juan de Puerto Rico, donde nací. Otra, donde vivo, en Miami. Y la tercera, en Madrid, donde paso un trimestre al año por trabajar en La Voz.

XL. ¿Hay algo que desee y no consiga?

L.F. [Piensa]. Mira, pues sí: no consigo tickets para llevar a mi hija a ver a Taylor Swift, y eso me tiene frustrado. ¿Tú me puedes ayudar? [Se ríe].

XL. ¿Apoyaría a Trump si le consiguiese las entradas?

L.F. ¡Ay, Trump! La política no me gusta y Trump, mucho menos.

«A diario, un capuchino y pan tostado. El fin de semana me pongo creativo: dos huevos fritos con jamón o beicon, un par de tostadas y café con leche».

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