Nos hemos acostumbrado a poner la lavadora o el horno en las horas valle, cuando la energía es más barata. Son pequeñas decisiones que nos ayudan a llegar a fin de mes, pero que también contribuyen a garantizar la soberanía energética de un país. Verónica Álvarez Castro (Salamanca, 1996) es investigadora en el Centro Vasco de Matemáticas Aplicadas (BCAM) de Bilbao. Esta matemática, junto con sus colegas Santiago Mazuelas y José Antonio Lozano, ha creado una herramienta de predicción de la demanda eléctrica que se optimiza con cada nuevo pronóstico. Está basada en un algoritmo que puede tener otras aplicaciones, como ciberseguridad y medicina.
Por ello recibió en 2022 el galardón a la Mejor Contribución Aplicada con un Impacto en el Ámbito Social, la Innovación o la Transferencia del Conocimiento en el Campo de la Estadística que otorgan la Fundación BBVA y la Sociedad de Estadística e Investigación Operativa. «Es un reconocimiento importante porque, además, hemos puesto nuestro algoritmo a disposición de cualquier investigador».
Álvarez estudió Matemáticas en la Universidad de Salamanca y ultima la defensa de su tesis doctoral. «Me centré en la estadística porque me permite proponer soluciones que nos afectan a todos». Pero la estadística es difícil de interpretar y puede manipularse, advierte. «No puedes pretender que la gente sepa de todo, pero tener unas nociones ayudaría a tomar mejores decisiones. Por ejemplo, muchas casas tienen paneles solares. Cuando conoces tus hábitos de consumo, puedes predecir mejor tus necesidades».
El algoritmo tiene una tasa de acierto del 96 por ciento, pero hay margen de mejora. «Cuantas más variables introducimos, menos error da. Si se quiere predecir el consumo de energía en Bilbao, deberá tenerse en cuenta que, si ese día juega el Athletic, habrá un pico de demanda».
¿Se pueden abaratar los precios de la energía en España? «En teoría, sí. Porque no le estamos sacando todo el rendimiento que se podría a las renovables», asegura. Álvarez pide que se desmitifique la IA. «Hay que perderle el miedo. Los trabajos cambian, la manera de educar también… Eso sí, cualquier respuesta que nos dé debe tener una supervisión. La IA la diseñan personas y la utilizan personas. No podemos renunciar a nuestra responsabilidad».
«Mi algoritmo predice la demanda de electricidad de un hogar, una ciudad o un país dependiendo de muchas variables: la temperatura, si ese día es festivo, si viene un temporal…».
«Saber cuánta energía se consumirá al día siguiente permite ajustar la producción nacional. Si te quedas corto, habrá que comprar energía a otros países a última hora y saldrá más cara».
«Si se genera en exceso, no solo se emite más dióxido de carbono del necesario. Incluso si es renovable, puede que tengas que malvender la que te ha sobrado porque no la puedes almacenar».
«Las matemáticas son universales. El algoritmo puede tener otras muchas aplicaciones; por ejemplo, para cribar el correo electrónico, mejorar el diagnóstico de imágenes médicas...».