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G. g. O. | l. b.
Domingo, 19 de enero 2020, 08:44
La tragedia se ensañó el viernes con los Pérez-Pascual, un matrimonio que no solo perdió de golpe a sus dos hijos de temprana edad –Ixeya, de 8 años, falleció en el acto y Daniel, de 5, murió a las pocas horas en el ... hospital–, sino que además lo hizo en unas circunstancias que difícilmente pueden imaginarse más dolorosas. La madre conducía el vehículo en el que los niños regresaban a Ayegui tras pasar la tarde en Estella, y el padre viajaba minutos antes del fatal accidente en el autobús que se quedó sin frenos y acabó empotrándose contra el vehículo de su familia y varios más.
El hombre regresaba a su domicilio tras visitar a su familia en Zaragoza y se apeó del autocar en Ayegui, una pequeña población de poco más de 2.000 habitantes situada a apenas dos kilómetros de Estella. En los escasos minutos que el autobús tardó en cubrir ese recorrido se fraguó la tragedia. El padre de familia se enteró pronto del accidente y acudió al lugar del siniestro, donde tuvo que recibir atención psicológica por parte de las asistencias movilizadas por SOS Navarra. Su hija mayor había muerto, el pequeño fue rescatado del turismo en estado crítico y su mujer tenía graves heridas, por las que continúa hospitalizada con pronóstico estable. De madrugada conoció la muerte de su hijo Daniel.
La Policía Foral, mientras tanto, continúa con la investigación acerca del posible fallo técnico que pudo sufrir el autocar de La Estellesa para que se descontrolara a la entrada de la ciudad, chocara contra el vehículo de la familia de Ayegui y, tras arrollarlo contra la tienda de una gasolinera, atropellara a una mujer y acabara detenido tras golpear a siete vehículos aparcados. La peatón herida, de 34 años y vecina de Estella, se encuentra ingresada en el hospital de la ciudad con lesiones en las piernas.
Según el relato de los ocho pasajeros del autobús, al enfilar una cuesta abajo tras haber hecho una parada en Ayegui el chófer les empezó a gritar: «¡Agárrense, hemos perdido los frenos!». Estos testimonios y la declaración del conductor, que tras el accidente insistía en exclamar sin cesar que le habían fallado los frenos, deberán ser confirmados con la prueba pericial mecánica a la que será sometido el vehículo, de cara a confirmar posibles responsabilidades. Este tipo de autobuses funcionan con frenos neumáticos, por lo que de existir ese error debería haber sido relacionado con el aire, explicaban ayer expertos en mecánica.
También se investiga si esos posibles fallos habían sido comunicados internamente y si el vehículo había pasado recientemente por el taller. Una pasajera del autobús manifestó que en la estación de Logroño, antes de partir, había oído al profesional hablar con un compañero de «un arreglo» que no le habían hecho, y que «el autobús iba mal». El autocar siniestrado fue trasladado de madrugada a las instalaciones de una empresa de grúas en el Polígono de Agustinos, donde permanecía ayer.
Los agentes de Atestados de la Policía Foral analizaron ayer también todas las revisiones a las que ha sido sometido el autobús, que pasó la ITV hace menos de un año, y cuál fue el resultado de las mismas. Contactados por este periódico, desde La Estellesa no quisieron realizar ninguna manifestación relacionada con el suceso.
El chófer que conducía el autobús –M. L. R., de 36 años y vecino de Pamplona– resultó ileso. Trabaja para una empresa asociada del grupo y habitualmente desempeña su labor en el transporte escolar. Obtuvo el requisito del CAP (Certificado de Aptitud Profesional) para conducir transportes de mercancías en noviembre de 2018, mientras que el de promoción de viajeros, el que le habilita para conducir autobuses, lo logró hace once meses, el 15 de febrero del año pasado.
La consternación por el accidente hermanó ayer a las dos localidades vecinas de Ayegui y Estella. El dolor silenció la jornada en un duelo compartido por los pequeños fallecidos al que nadie resultó ajeno. Ayuntamientos, colectivos, entidades deportivas y ciudadanos lo expresaron a lo largo de un día en el que las banderas de ambos consistorios ondearon a media asta. Fue el primero de los tres días declarados de luto oficial al que se sumó también Arróniz, el pueblo natal de la madre de los niños.
En Ayegui, el municipio en el que la familia Pérez-Pascual había residido los últimos diez años, el Ayuntamiento convocó una concentración encabezada por su alcalde, Leo Camaces, y el de Estella, Gonzalo Fuentes. Un minuto de silencio que terminó en un aplauso entre lágrimas y abrazos.
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