La senda que da vida a la Margen Derecha

Un paseo por el bidegorri que une Getxo y las playas de Sopelana a lo largo de 25 kilómetros

josu garcía

Viernes, 11 de octubre 2019, 00:37

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La Margen Derecha cuenta con una red de bidegorris que une varios puntos estratégicos de la comarca. El polideportivo de Fadura, el Puente Colgante, el Puerto Viejo y el Puerto Deportivo de Getxo o la playa de Sopelana son algunos de los hitos que se ... pueden enlazar dando pedales sin necesidad de salir a la carretera y exponernos a la peligrosidad del tráfico. En los últimos años se ha hecho un esfuerzo importante desde las instituciones, aunque queda aún un largo camino por recorrer. Las principales quejas sobre los bidegorris que orbitan en torno a Getxo es que resultan estrechos en algunos puntos y que suelen estar invadidos, en ocasiones, por peatones o vehículos.

En nuestro paseo de hoy vamos acompañados de un ciclista que conoce muy bien la zona. Francisco Ezkerra, de la sociedad deportiva Punta Galea y al que todos conocen como Paco, lleva toda una vida pedaleando por la comarca. A sus 74 años, sale entre tres y cuatro veces por semana a disfrutar de su pasión. Pedalea principalmente por este entorno, aunque no desdeña ninguna clásica cicloturista o excursión a Cantabria, Álava o donde se tercie.

Arrancamos en la zona deportiva de Fadura para dirigirnos hacia Berango, en primer lugar, aunque el objetivo final es supervisar el carril-bici que lleva a Sopelana y sus playas. Nada más comenzar a pedalear, sin salir de Fadura, en la Estrada Sasidualde, Paco hace notar una curva que precede a un puente y que supone un quebradero de cabeza. «Está mal pensada», apunta. «Hay que entrar con cuidado, porque si viene alguien de frente la puedes liar», comenta.

Seguimos nuestro recorrido por un bidegorri que discurre tranquilo pero que, de vez en cuando, es cortado por varias carreteras. En estos puntos hay que tener precaución. La situación mejora cuando circulamos, al fin, en paralelo a la carretera principal que conduce al resto de pueblos de Uribe Kosta. Aquí nos podemos relajar ya que abandonamos momentáneamente la trama urbana.

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El carril-bici no está muy transitado durante el invierno, pero la cosa cambia en verano. «En cuanto salen dos rayos de sol, la gente se anima para ir a la playa». Pero antes de arribar a Sopelana hacemos una parada en Berango, en su corazón mismo, donde una serie de obras han modificado sensiblemente el centro del pueblo, creando un espacio para bicicletas que a Paco y a sus compañeros de Punta Galea no les ha gustado nada. «Es muy complicado pasar por aquí. Es estrecho y si se cruzan dos grupos de ciclistas pues tienes un problema. No está bien», se queja. A su juicio, se ha perdido «una buena oportunidad» de hacer las cosas bien. «El problema es que se diseñan estas infraestructuras sin pensar realmente en los ciclistas y sus necesidades».

Nuestra excursión continúa hasta Sopelana. El bidegorri está bastante bien en esta parte del trazado. Paco no tiene queja. «Hay alguna grieta, pero esta bien». Vemos el mar y respiramos un poco de aire puro. «Esto es una preciosidad y una maravilla», valora el veterano ciclista. «A ver si más gente se anima a utilizarlo y venir a esta zona de litoral sin traer el coche, que la bicicleta es el mejor vehículo y el más ecológico», reivindica.

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El regreso a Getxo lo hacemos por el mismo camino, aunque esta vez no nos desviamos por Berango. El objetivo ahora es analizar el bidegorri que partiendo de Fadura recorre la Avenida de los Chopos para atravesar después Las Arenas y llegar al Puente Colgante. Cerca del polideportivo nos sorprende el que, para Paco, es el punto más negro de este carril-bici. La senda ciclable se adentra en un túnel que tiene una extraña forma. «Es una curva cerrada. Es muy peligroso porque te puede venir otro ciclista de frente y si está mojado...», advierte. Y aunque está señalizado y se pide que se reduzca la velocidad y se extreme la precaución, el paso es inquietante. Máxime cuando uno baja con su bicicleta y le sorprende el estruendo que genera el paso de su rueda sobre una arqueta que no inspira mucha confianza. «Yo recomiendo tocar siempre el timbre para avisar de nuestra presencia», dice nuestro acompañante. Aquí, en este lugar, en noviembre de 2017, hubo una colisión entre ciclistas que dejó dos heridos muy graves.

Continuamos por la ribera del río Gobela y pronto divisamos el Puente Colgante, en el que podemos montar en nuestra bicicleta para dar el salto a la Margen Izquierda. Para terminar la excursión, Paco nos propone acercarnos al Puerto Viejo. El bidegorri recorre ahora el muelle de Churruca para entrar en el señorial paseo marítimo de Las Arenas. El ciclista de la sociedad Punta Galea se queja del mal uso que hacen muchos ciudadanos en este punto del carril-bici. «Algunos pedalean con los cascos puestos o con el móvil en la mano y hay otras personas que van con patines a demasiada velocidad o, simplemente, andando. Aquí no se puede estar tranquilo», se queja, mientras esquivamos peatones. El paseo acaba en el Puerto Viejo, no sin antes comprobar que los camiones de reparto tienen tomado de forma irregular el carril-bici en la zona de Los Tamarises. «Hay que trabajar mucho aún para mejorar las infraestructuras y que más gente se sume a la bicicleta», concluye el veterano deportista. «Y hace falta más educación y más sentido común para compartir entre todos estos espacios», añade a modo de despedida.

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Ficha

  • Distancia: 25 km, con ida y vuelta y desvío a Berango

  • Desnivel positivo: 132 metros

  • Accesos: Se puede entrar al bidegorri que vertebra Getxo desde casi cualquier punto de la localidad. Hay varias conexiones con el metro y también con el Puente Colgante.

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