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josu garcía
Jueves, 3 de octubre 2019
BIDEGORRI BARAKALDO
El bidegorri permite moverse con cierta agilidad entre los barrios de Urban, Lutxana, Zuazo-Arteagabeitia y Retuerto. La gran asignatura pendiente es conectar con el centro más allá del ramal que llega al Botxo y que resulta muy poco ciclable por la presencia de peatones.
Aspecto en el que hay mucho que mejorar. Más que por la infraestructura en sí, por el uso que le dan los vecinos de Barakaldo. Es frecuente ver grupos de paseantes caminando plácidamente por el espacio reservado a las bicicletas. También hay bastantes patinetes eléctricos descontrolados. Por último, hay un par de puntos negros a modificar: el paso por debajo del puente de Lasesarre y la zona con escasa visibilidad en el Megapark.
El bidegorri constituye una buena alternativa para salir a andar en bicicleta con los más pequeños.
Barakaldo cuenta con unos 20 kilómetros de bidegorri. El principal eje es un anillo que rodea la segunda ciudad en población de Bizkaia. Se trata de una infraestructura ciclista de 8 kilómetros, más pensada para el ocio que para la movilidad urbana. En realidad, ... es difícil llegar al centro a partir de una infraestructura dedicada en exclusiva a las dos ruedas, aunque es cierto que podemos movernos entre zonas bastante pobladas como Lutxana, Zuazo-Arteagabeitia, Urban o San Vicente.
A corto plazo se están preparando algunas mejoras, como el cierre del anillo a través del BEC. Esta institución y el Consistorio acaban de firmar un acuerdo para completar un bidegorri que fue demandado por los vecinos a través del programa de participación ciudadana en los Presupuestos municipales. También se está actuando en la zona del cargadero de mineral y en los alrededores de la ría para conectar finalmente el carril-bici de Urban con la zona de la feria de muestras.
El BEC quizás sea el punto más interesante para los ciclistas, ya que aquí se puede tomar el metro con bastante facilidad. También hay un área para dejar aparcadas las bicicletas, aunque se echa de menos una infraestructura que proteja mejor las monturas de los ladrones, como hay en Getxo o en Vitoria.
El anillo que rodea la ciudad pasa por el Megapark, un centro comercial al que un número apreciable de personas llega mediante la combinación de metro y bicicleta. En esta parte del recorrido hay que tener cierta precaución porque hay pasos de peatones donde la visibilidad para los ciclistas es bastante mala.
Aunque el punto más negro se sitúa, sin duda, en el puente que hay que pasar por debajo, cerca del poliderpotivo de Lasesarre. El techo está muy poca altura. Por si esto fuera poco, el carril-bici se estrecha de manera dramática, en una curva cerrada, donde solo podemos contar con la ayuda de un espejo. Un punto en el que se pide circular muy despacio pero que resulta peligroso.
Por lo demás, el recorrido es bastante ancho, aunque también es verdad que suele estar invadido por peatones y personas que pasean, en algunos casos, a perros sueltos, algo que trae de cabeza a los ciclistas locales, amén de la presencia de patinetes eléctricos. También hace falta trabajo en puntos como el Urban para dejar perfectamente delimitado por dónde pueden pasar los ciclistas y por dónde no. En la actualidad, las obras de unas viviendas hacen todavía más difícil la convivencia entre peatones y bicicletas.
Por lo demás, el bidegorri recorre un paseo que resulta bello, en los alrededores de la ría, donde se puede ver el cargadero de mineral de la Orconera, donde se introducía el hierro en las bodegas de mercantes que, principalmente, se dirigían a Inglaterra. Se trata de un vestigio industrial de una ciudad que ya nada tiene que ver con este sector y que se ha reinventado como un espacio de servicios.
Una de las cosas buenas es que el anillo está comunicado con el bidegorri a la Playa de la Arena, con lo que nos permite llegar cómodamente y bastante rápido a localidades como Sestao, Portugalete o Abanto. El gran problema es la falta de un enlace con el bidegorri de Bilbao. Llegar a la capital vizcaína desde Lutxana sería muy fácil mediante la construcción de un puente. Pero es un proyecto que aún no está en mente de las autoridades. Esto obliga a dar un rodeo grande a través de Burtzeña (a la ida, al ser dirección contraria, hay que subir casi hasta Cruces) y a atravesar parte de Zorroza. La construcción de una pasarela que engarce las dos redes ciclistas existentes debería ser una prioridad, ya que facilitaría que muchos ciudadanos confiaran en la bicicleta para acudir a diario a trabajar a la capital vizcaína.
Los bidegorris de Barakaldo se completan con el ramal que va a la plaza del Botxo y con las diferentes sendas que recorren Gorostiza y El Regato, el pulmón verde de la localidad.
Distancia: 8 km
Desnivel positivo: 30 metros
Accesos: El bidegorri tiene conexión con Metro Bilbao en Ansio y queda muy cerca también de la estación de Renfe. También enlaza con el carril-bici a La Arena. La gran asignatura pendiente es poder unir este trazado con el de Bilbao, que se encuentra a sólo unos cientos de metros, pero hace falta un puente.
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