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JAVIER GUILLENEA
Jueves, 13 de enero 2022, 08:05
El gran aumento de problemas de salud mental provocados por la pandemia del Covid-19 ha comenzado a saturar las unidades de Psiquiatría de los hospitales vascos, donde en ocasiones hay dificultades para encontrar una cama libre. Este aluvión también se produce en las consultas ... de psicólogos y psiquiatras, que no dejan de atender a personas con cuadros de ansiedad, depresión o trastornos de comportamiento.
Hace dos años, cuando el covid comenzó a cambiarnos la vida, los expertos anunciaron que la pandemia traería consigo un tsunami de problemas de salud mental. En vísperas del Día Mundial de la ucha contra la depresión, que se celebra hoy, esta previsión se ha cumplido. «Desde hace un año vemos un aumento de patologías o dificultades. Cada vez hay más casos, en las consultas estamos a tope», afirma el psicólogo Juan Carlos Alonso, que atiende en a un número creciente de niños y adolescentes afectados por las incertidumbres de la pandemia. «Ha habido una eclosión. Los tipos de casos más frecuentes son los trastornos de ansiedad, de alimentación o de conducta. También se dan intentos de suicidio o autolesiones», dice.
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JON AGIRRE
JUAN CARLOS ALONSO
Psicólogo
El incremento no solo está llenando las consultas sino también los hospitales. Al menos eso es lo que le comentan a Alonso algunas familias que han intentado ingresar a sus hijos. «Cuando llamaban a Salud Mental les decían que todas las camas estaban llenas, que estaban saturados. Las unidades de atención psiquiátrica están llenas y esto va a más. Se habla de la saturación de camas en hospitales pero no tanto de la que se está produciendo en salud mental».
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Alonso también trabaja como psicólogo en el instituto Peñaflorida, donde ha percibido un cambio en muchos estudiantes. «La intuición entre el profesorado y las familias es que sus alumnos e hijos están peor. Hay más crispación, tristeza, ansiedad y malestar general. En las aulas hay un nivel de irascibilidad, incertidumbre y ansiedad latente».
MANUEL MARTÍN
Director médico de Aita Menni
«Los servicios de salud mental están saturados. Desde el verano pasado se ha producido un incremento de ocupación», confirma Manuel Martín, director médico del hospital Aita Menni de San Sebastián. «Aunque de momento se sigue prestando atención, hay una situación de tensión en el sistema», y no parece que vaya a desaparecer a corto plazo. «Cuando baje el pico de contagios se notarán los síntomas psíquicos. En febrero o marzo estaremos con más casos», afirma.
«Estamos viendo depresión, ansiedad y también somatizaciones del estrés como problemas de sueño, gastrointestinales o musculares. Hay también síntomas de malestar mental que no tienen una fácil clasificación y tienen que ver con el cansancio, la fatiga o la irritabilidad», asegura Martín. Algunos de esos casos acabarán siendo atendidos por Agifes. «No somos el primer sitio al que va la gente, los que llegan aquí son los que han hecho el circuito», indica Maider Gorostidi, psicóloga de la asociación de familiares y personas con problemas de salud mental.
«Sí que notamos más, por desgracia no nos aburrimos. Hemos tenido un aumento de llamadas de gente que está en casa, que no sale a la calle por miedo a los contagios. El aislamiento y la pérdida de actividad social es una parte importante de los problemas», dice Gorostidi. En el caso de la juventud, asegura, «las autolesiones y los suicidios se han disparado. Da miedo decirlo, pero se ha convertido en algo común».
MAIDER GOROSTIDI
Psicóloga de Agifes
Antes de la pandemia se calculaba que, de cada cuatro personas en el mundo, una iba a tener en algún momento un problema de salud mental. Dos años después de que todo empezara, la proporción ha cambiado. Se estima que, de esas cuatro personas, más de la mitad sufrirá un trastorno psicológico. «Lo que antes estaba latente ha eclosionado. Ha habido un boom», señala Juan Carlos Alonso. Es el tsunami, que nos ha alcanzado.
Sus consecuencias también se ven en Proyecto Hombre, donde han detectado un incremento de trastornos comportamentales. «Nos han llegado cinco mujeres con un problema de compras compulsivas», dice Marian Urrestarazu, terapeuta de la asociación dedicada al tratamiento de adicciones. «Vino una mujer de 53 años que en la pandemia ha descubierto que se puede comprar online, que solo hay que darle a un botón para hacerlo. Ella dice que es un deseo irresistible, que no es consciente de lo que gasta y que adquiere cosas que no necesita pero ella misma se crea esa necesidad».
MARIAN URRESTARAZU
Terapeuta de Proyecto Hombre
Los días pasados en confinamiento también han causado un aumento de las ludopatías. «El hecho de pasar en casa muchas más horas pegados a la pantalla de un ordenador ha abierto una puerta que muchos no conocían, la de los juegos online». Este problema, junto a las compras compulsivas y el excesivo consumo de alcohol en mujeres para intentar olvidar su soledad forman el triunvirato de trastornos que ha avivado la pandemia.
¿Qué sucederá después? Manuel Martín recuerda que, «por lo que sabemos de otras catástrofes, el 10% de los problemas de salud mental que surjan tendrán una evolución crónica». Maider Gorostidi advierte que «frenar este motor» de aumento de casos «va a ser difícil». Por sacarle al covid «algo bueno», Urrestarazu cree que «la pandemia ha hecho que muchas personas sean conscientes de que tienen un problema y han pedido ayuda».
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