El Gobierno vasco ha esperado casi al último momento para anunciar el endurecimiento de las restricciones en Navidad. Y lo ha hecho con un paquete de medidas dirigidas a evitar las posibles fiestas y excesos vinculados a la Nochevieja para que no se convierta en ... una bomba epidemiológica.
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La primera es la reducción en una hora del toque de queda para las noches del 24 y 31. Pasa de la 1.30 de la madrugada a las 00.30. Una acción que, cuando más se notará es en la segunda de estas veladas. Los que cenen fuera de su domicilio tendrán el tiempo justo para volver a su casa tras comer las uvas. Lakua quiere «acotar todo lo posible el tiempo de encuentro entre las personas».
La segunda medida significativa es que en Nochevieja solo pondrán sentarse seis personas a la mesa, preferiblemente de no más de dos núcleos familiares. Las mismas que a la comida del día 1. Se mantienen, sin embargo, las 10 autorizadas para los días 24 y 25. ¿Por qué unas sí y otras no? Los encuentros en Navidad «suelen tener un cariz más familiar», mientras que en Año Nuevo hay más contacto con personas que no forman parte del núcleo de la burbuja social, explicó la consejera de Salud.
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Pero no solo eso. Según resaltó Sagardui, «venimos acumulando unos fines de semana de aglomeraciones y eso se va sumando en nuestro sistema». Aún no se refleja en un aumento de los datos diarios de contagios, pero en el departamento sí trabajan con la hipótesis de que la circulación del virus puede aumentar en cualquier momento gracias a la bolsa de asintomáticos y a los numerosos encuentros previstos durante estos días, si no lo ha empezado a hacer ya.
A esto hay que añadir que los encuentros sociales van a ir a más estos días. Es por ello que Sagardui advirtió que «probablemente entremos la semana que viene en unas circunstancias distintas» a las actuales. Euskadi ha iniciado las fiestas con una incidencia de 280 casos, «una tasa de contagio demasiado alta», como señaló el domingo el lehendakari.
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Para evitar que los contagios puedan multiplicarse de forma exponencial a partir de la segunda mitad de las fiestas, el consejo asesor del LABI aprobó ayer una serie de nuevas restricciones en varios ámbitos respecto a la Nochevieja. En cuanto a la movilidad, se mantiene la primera ventana del levantamiento del confinamiento perimetral –la que va del 23 y al 26 de diciembre–, pero se recorta la segunda a los días 31 y 1 para «limitar al máximo» el tránsito entre comunidades «entorno a esa celebración».
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Para evitar que se repitan las aglomeraciones de pasados fines de semana, el Gobierno vasco ha decidido cerrar a las seis de la tarde el comercio y la hostelería los días 24, 25 y 31 de diciembre, así como el 1, 5 y 6 de enero. Acaba así con las acumulaciones de personas realizando compras de última hora, pero también el poteo tan habitual previo a las cenas de Nochebuena y Nochevieja.
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Las restricciones atacan directamente a la celebración de fiestas y cotillones en alojamientos hoteleros, campings y casas rurales, tras tener constancia el Gobierno vasco de la organización de varias de ellas. Control de clientes, fecha de registro o horario para el uso de los comedores y zonas comunes son algunas de ellas. En esa línea se ha decidido retrasar a las 9 de la mañana la apertura de la hostelería y el comercio los días 25, 1 y 6 para evitar que aquellos que se 'monten' la juerga en una casa la alarguen luego en algunos bares que pudiesen abrir a las seis de la mañana. Sagardui también hizo un llamamiento a las «autoridades competentes y entidades sociales y culturales» para que velen por el cumplimiento de las limitaciones establecidas «en relación con Olentzero y Mari Domingi y Reyes».
A la consejera se le preguntó por qué el LABI decidió aumentar las restricciones ayer y no la pasada semana tras la reunión el viernes de su comité técnico, pese a que la situación epidemiológica es similar. En su respuesta argumentó que la evolución al alza de la pandemia en otras comunidades y en varios países europeos, junto a aparición de la nueva cepa del virus en Gran Bretaña, hacen ahora necesario aplicar estas restricciones por ser las próximas semanas de «alta vulnerabilidad».
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La consejera de Salud fue más que clara ayer: «Salvo en el momento expreso de la ingesta de alimentos y bebidas, el uso de la mascarilla en establecimientos de hostelería y restauración es obligatorio en todo momento. Vuelve a detectarse una relajación en su uso en estos locales». Las palabras de Gotzone Sagardui se producían horas después de que el portavoz del Gobierno vasco y consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, señalara que «nos quedan meses de compromiso y de cuidar nuestros comportamientos. Durante los próximos meses volverán a estar en juego la vida y la salud de muchas personas».
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