El consejero de Educación del Gobierno vasco, Jokin Bildarratz, ha elevado el tono este lunes y ha acusado a las empresas de transporte escolar que se niegan a sacar los autobuses de utilizar a las familias como «rehenes». Las compañías se mantienen en sus trece ... y rechazan acatar la orden de ejecución forzosa con la que el departamento pretendía obligarlas a prestar el servicio. Su «insumisión», ha dicho Bildarratz, tendrá «consecuencias», aunque no ha detallado cuáles.
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«Estamos en un Estado de derecho», y todos, «también los transportistas estamos obligados por el derecho», ha sostenido, por lo que éstos han de cumplir con la orden publicada el pasado 5 de septiembre, que les obliga a prestar el servicio. «Si no están de acuerdo con la orden, como es legítimo, tienen instrumentos jurídicos para reivindicar su posición, pero tienen que utilizar la ley, no la insumisión», ha afirmado, en una entrevista en 'Onda Vasca'. «Aquel que se quiera mover fuera del marco de la ley, no va a tener una fácil escucha por parte del departamento». «La educación es un servicio público esencial, y el transporte es esencial para dar ese servicio», ha señalado.
El consejero se ha referido así al conflicto con el sector del transporte que afecta únicamente a los colegios públicos de Bizkaia y Álava. Unos 10.000 alumnos en total. De ellos, 7.400 se quedaron sin autobús el pasado jueves y viernes, cuando la mayoría de centros arrancaron el curso. La situación puede agravarse si el pulso de los transportistas se mantiene en el tiempo. Este lunes los centros ya funcionan a pleno rendimiento tras las jornadas de bienvenida de la semana pasada.
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En la entrevista, Bildarratz ha explicado que su departamento «entrará a fondo» para dar respuesta a los recursos administrativos planteados por las empresas contra la orden de ejecución forzosa. Las compañías aseguran que no moverán los autobuses hasta que se resuelvan sus recursos. Las que han optado por esta vía, la administrativa, son sobre todo pymes y empresas familiares, que son mayoría en Bizkaia. Hay otras compañías, más grandes, que han acudido a la vía judicial contra la obligación de sacar los autobuses; y, mientras la Justicia decide, sí prestan el servicio. Esto explica por qué más de la mitad de rutas de Álava sí cuenten con autobús, mientras esa cifra apenas llega al 10% en Bizkaia.
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El conflicto, por tanto, tiene visos de enquistarse. Los puentes están rotos y no hay contactos entre las partes, según confirman fuentes de ambos lados. Así las cosas, es de esperar que la situación se alargue hasta que se resuelvan esos recursos. No hay un plazo definido. Bildarratz ha dicho que los tendrán listos «en el tiempo que necesitemos».
En los colegios ya sospechan que el conflicto va para largo; más todavía después de que Bildarratz anunciase el viernes que el departamento compensará económicamente a las familias afectadas, en previsión de que la situación se enquiste. Los centros han avisado a las familias para que se organicen como puedan. Lo que en un inicio pudo ser una anécdota en la vuelta al cole puede, de mantenerse, complicar seriamente la conciliación familiar.
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Las asociaciones están en pie de guerra. Consideran que Bildarratz traspasó una línea roja cuando, en una comparecencia pública, les acusó de conformar un cártel y ponerse de acuerdo para dejar desiertos todos los concursos para licitar las rutas. «Es algo que duele», reconocen varios transportistas, la mayoría propietarios de pequeñas entidades familiares.
La razón para no presentarse, explican, fueron, por un lado, las condiciones económicas inasumibles; y, por otro, algunas novedades como la obligación de tener un autobús y un chófer de reserva parados en una cochera o un nuevo régimen sancionador. Luego rechazaron la oferta del Gobierno de trabajar en las mismas condiciones que el año pasado porque se les ofrecía ejecutar el servicio hasta que se licitasen de nuevo las rutas y no todo el año.
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El Gobierno ya ha elevado el caso a la Autoridad Vasca de la Competencia. El organismo ha abierto expediente a 76 empresas, que se enfrentan a una sanción económica. Educación también aseguró que llevará el caso ante la Fiscalía, aunque todavía no lo ha hecho.
La mitad de las rutas escolares de los centros públicos de Gipuzkoa se licitaron a tiempo. La otra mitad se adjudicó cuando las empresas aceptaron la oferta de Educación de prestar el servicio por el mismo precio que el año pasado hasta que los itinerarios salgan de nuevo a concurso. La situación es radicalmente distinta a Bizkaia y Álava. Tanto, que levantó las sospechas de Educación, que ha denunciado a las compañías alavesas y vizcaínas por si estuvieran amañando los concursos. Fuentes del sector, no obstante, explican que las condiciones son muy diferentes. En los colegios guipuzcoanos los autobuses hacen hasta tres servicios en un mismo día porque meten y sacan a los chavales de los colegios varias veces (por la mañana, a mediodía y por la tarde). Esto hace que puedan cobrar hasta 600 euros diarios por autobús y chófer. En Bizkaia y Álava, en cambio, solamente se hace un servicio al día: dejan a los alumnos por la mañana y los recogen a última hora, por lo que sólo cobran un servicio.
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