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macarena tejada
Martes, 20 de agosto 2019
Cuesta encontrar algún ruido que sorprenda a los vecinos de Mendelu y Puntal, que acostumbran a escuchar a diario el sonido que desprenden los aviones que sobrevuelan sus casas en dirección al aeropuerto de Hondarribia. O al salir de él. Pero ayer quienes se encontraban ... en sus hogares alrededor de las 12.00 horas no pudieron evitar asomarse a la ventana. Un Boeing C-17 Globemaster del Ejército de Estados Unidos se alzaba sobre sus cabezas mientras avistaba la pista de aterrizaje del aeródromo guipuzcoano, conocida por su escasa longitud, que no llega a los 1.500 metros a la hora de tomar suelo.
Con la llegada de este carguero estadounidense el aeropuerto de Hondarribia entró ayer de pleno en la dinámica del G-7. La cumbre, que se celebra este fin de semana en Biarritz, reúne a siete de los países más poderosos del mundo, como Estados Unidos o Alemania.
El C-17, que venía directamente desde Estados Unidos, aterrizó bajo la mirada de decenas de curiosos que se acercaron al lugar para inmortalizar el momento. Se trata de un carguero de la Fuerza Aérea Estadounidense, generalmente utilizado para el transporte estratégico rápido de tropas y suministros, así como para evacuación médica, despliegue de tropas aerotransportadas y lanzamiento de paracaidistas.
El aparato, que cuenta con cuatro motores totalmente reversibles -dos en cada lado-, es el segundo avión militar de carga más grande fabricado en Estados Unidos, solo superado por el colosal Lockheed C-5 Galaxy. Mide 53 metros de longitud, 51,8 de una punta a otra de las alas y 16,8 de altura. Este enorme avión militar vuela a una velocidad crucero de unos 833 kilómetros por hora y está preparado para operar en pistas de 900 metros de largo y 27 de ancho, tal y como demostró ayer en el aeropuerto de Hondarribia donde, aparentemente, no tuvo problema alguno ni para aterrizar ni para despegar.
Su misión era descargar el cargamento que el Ejército de EE UU ha traído con motivo del G-7. Para ello, en el avión volaban alrededor de una veintena de soldados americanos. La mayoría, protegidos con chalecos antibalas y armados. Además de los militares, un amplio número de operarios ayudaron al Ejército a descargar. Entre los grandes bultos que bajaron de la nave destacan contenedores de gran volumen, pero sobre todo el helicóptero presidencial 'Marine One', que fue alojado en uno de los hangares del aeropuerto.
Hondarribia pasa así a convertirse en base aérea de EE UU durante el G-7. A priori, cuando no esté en marcha, el helicóptero VH-60N Whitehawk, que es utilizado para desplazar al presidente estadounidense Donald Trump, descansará en el aeródromo guipuzcoano.
Cualquier avión no transporta un helicóptero en su interior. Es más, el C-17 es uno de los más grandes que han recalado nunca en el aeropuerto guipuzcoano, donde las naves de mayor tamaño que operan habitualmente son los Airbus 320 Neo de la compañía Vueling, de unos 37 metros.
Ninguno de los trabajadores que coincidieron con el avión en el aeropuerto había visto un carguero tan grande en Hondarribia. «¡Menudo cacharro!», exclamaban algunos mientras aterrizaba. «¿Qué es lo que lleva dentro, un tanque?», se preguntaban otros. «¡Saca fotos!», pedía una mujer a su nieto. La expectación fue enorme.
La llegada del Ejército estadounidense se suma a las grandes medidas de seguridad que se están aplicando desde Biarritz hasta la frontera francesa con Irún. Tanto en los peajes de la AP-8 como en el puente internacional de Santiago hay férreos controles de la Gendarmerie, Policía Nacional, Ertzaintza y Guardia Civil.
Ante cualquier incidente posible, las fuerzas de seguridad se preparan para hacer frente a una triple amenaza terrorista, de altercados públicos y cibernética. En cualquier caso, el Gobierno francés asegura que no hay ninguna alerta particular para esta cita.
La primera reunión que mantuvo el Gobierno español con el francés tuvo lugar en octubre de 2018, pero no fue hasta hace dos semanas cuando el Ejército estadounidense pidió permiso para aterrizar en Hondarribia. Tras concederles la autorización, el pasado viernes, un grupo de militares viajó hasta el aeropuerto para supervisar la zona.
Aunque el helicóptero estadounidense utilice como base el aeródromo vasco y pese a que se espera que el Boeing C-17 vuelva a venir dentro de una semana a recoger lo que ayer descargó, todo apunta a que Trump no aterrizará en tierras guipuzcoanas. Tampoco en el aeropuerto de Vitoria, en Foronda. Al parecer, el presidente de EE UU podría tomar tierra en un aeródromo de grandes dimensiones como puede ser el de Burdeos.
Además de las mugas por carretera, de las que se viene informando días atrás, las fronteras aéreas también permanecerán cerradas durante la cumbre. Como ya avanzó este periódico, los vuelos comerciales regulares del aeropuerto de Hondarribia se mantendrán sin cambios, pero no podrá volar ningún otro avión sin autorización salvo los relacionados con el G-7, como es el caso del Boeing C-17 Globemaster del Ejército de Estados Unidos.
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