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macarena tejada
Martes, 20 de agosto 2019, 00:30
La cumbre del G-7, que va a reunir en Biarritz a Trump (EE UU), Merkel (Alemania), Macron (Francia), Johnson (Reino Unido), Trudeau (Canadá), Abe (Japón)y Conte (Italia) ha comenzado la cuenta atrás y tanto la Policía francesa como la española han tomado las ... fronteras con la idea de blindar la localidad. La cita internacional comenzará el sábado y se prolongará hasta el lunes, pero su repercusión ya ha empezado a notarse. Si bien los controles policiales aumentaron a comienzos de mes, ayer se intensificaron todavía más. Patrullas de la Policía Municipal, la Police Nacional, la Guardia Civil, la Ertzaintza, la Gendarmería y unidades especiales de la Policía francesa permanecerán a lo largo de esta semana en punto estratégicos como los pasos fronterizos de Hendaia, Baiona y Biriatou. Y los controles no solo afectarán al tráfico. Los peatones también deberán enseñar un documento de identificación.
Alrededor de 4.000 ertzainas han sido llamados a trabajar en tres turnos, lo que supone la mitad de la plantilla. En Francia, la movilización ha sido mayor. Así las cosas, 15.000 agentes franceses patrullarán las calles y carreteras del país vecino durante estos días.
Quienes viajan entre Francia y España buscan alternativas para continuar su ruta con los menos cambios posibles. Entre estos casos está el de Melanie y Silva. Son franceses y estos días están en Biarritz en casa de sus abuelos. Vuelven a su región el sábado, «coincidiendo con el primer día de cumbre. No sé cómo lo vamos a hacer», reconocen. Viven en Francia, por lo que se salvan de cruzar la frontera, zona que las autoridades aconsejan evitar desde el viernes hasta el lunes. Pero tienen que partir desde Biarritz, epicentro del G-7. Todas las reuniones entre los mandatarios tendrán lugar en esta localidad y además estos se alojarán en el lujoso Hôtel du Palais, cercano al paseo de la playa.
No saben con qué se van a encontrar, aunque «ya hay muchos comercios cerrados y mucha gente que se queda en casa por miedo a atentados o a otros altercados. Es una pena». Los residentes en Biarritz tienen una acreditación que les permite pasear por las calles de su ciudad, pero quienes no dispongan de ella no podrán entrar al centro de la ciudad de ninguna manera.
La vigilancia es ya inmensa tanto en Biarritz como en los alrededores. Además de los controles policiales, un helicóptero lleva días rondando por la zona. Que la localidad vascofrancesa va a estar blindada es evidente, pero cuesta encontrar a vecinos que se muestren complacidos con lo que está a punto de llegar. La mayoría coinciden en que «las fechas no son buenas». «Es verano y esta ciudad vive del turismo. ¿No podían haberlo hecho en un sitio aislado?».
El cerrojazo a la muga está prácticamente asegurado. Con el fin de evitar más retenciones de las que se pueden imaginar, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado una recomendación a los conductores vascos en su regreso de vacaciones o en sus traslados de fin de semana: que crucen la muga por Pau o La Junquera, en Girona. Nada menos que 600 kilómetros.
El consejo difundido por la DGT responde a una petición del Gobierno francés, que ha trasladado a España su «preocupación» por las concentraciones y manifestaciones que habitualmente acompañan a este tipo de encuentros y que suelen tener incidencia sobre el tráfico. Así, los pasos fronterizos que previsiblemente podrían verse afectados son los de Behobia, Biriatou (AP-8), Puente de Santiago (N-I) y Dantxarinera (N-121-B), Navarra, en dirección a Francia.
Con el objetivo de garantizar la seguridad y la fluidez de las carreteras, Tráfico ha establecido un plan con distintos itinerarios alternativos, tanto para vehículos ligeros como pesados, ya que en estas mismas fechas en 2018, y sin que tuviera lugar un evento de las características del G-7, la intensidad de tráfico acumulada en esta zona fronteriza superó los 200.000 vehículos en dirección al país galo con motivo del regreso de las decenas de miles de magrebíes que regresan a Europa tras pasar las vacaciones en sus lugares de origen.
El campamento de la localidad vascofrancesa de Urruña donde se alojarán los participantes de la contracumbre ya está en marcha. Alrededor de cien personas llegaron ayer hasta este descampado situado muy cerca del Castillo de Abbadie, en Hendaia, para montar toda la infraestructura necesaria para la anticumbre. Tiendas de campaña para dormir, duchas y baños, una zona donde comer y un escenario para amenizar las noches con diferentes conciertos forman parte del 'atrezzo', que acogerá a alrededor de 2.000 personas. Aunque todavía queda mucha gente por llegar a esta concentación - organizada por las plataformas 'G-7 Ez' y 'Alternatives G-7'-, desde la organización prevén alcanzar esta cifra para mañana.
El objetivo principal de este colectivo es seguir las diferentes actividades en un ambiente festivo y «en las mejores condiciones posibles». Incluso se ha preparado un área especial para los chalecos amarillos, que tomarán parte en la anticumbre que se desarrollará desde mañana hasta el domingo en Ficoba y en Hendaia.
«El que acude a Urruña es un público militante que no tiene por qué compartir la misma causa, pero al que le parece interesante escuchar al resto y aprender un poco de todos», explican desde la organización, que aseguran que no van a permitir «ninguna actitud agresiva ni opresiva hacia ninguna persona».
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