Ortuzar se ofrece a PP y PSOE para «dejar fuera de juego» a «los fachas» de Vox

El regreso a las celebraciones habituales resultó atípico porque las habituales proclamas soberanistas de cada Domingo de Resurrección se vieron sustituidas por una reivindicación del ideario del PNV como un «nacionalismo democrático» que huye de la «imposición», un mensaje que entroncó con las constantes apelaciones a la guerra en Ucrania y al giro «incomprensible» de Pedro Sánchez respecto al Sáhara Occidental. La única mención al derecho a decidir, que ni siquiera se formuló en esos términos, fue la reivindicación, a la par, de una Euskadi, una Ucrania y un Sáhara «libres» y «justos» que sean «lo que libremente, sin agresiones ni injerencias externas, su ciudadanía quiera ser».

«Creemos en la libertad de otros tanto como en la nuestra, nuestro abertzalismo no es de imposición sino de defensa, creemos en la armonía entre los pueblos y somos profundamente antifascistas y antiimperialistas», subrayó Andoni Ortuzar ante una militancia -3.000 simpatizantes, según el partido- que, en esta ocasión, no contó con el acompañamiento, como en años anteriores, del independentismo catalán. ERC, Junts y la CUP prefirieron celebrar la efeméride con EH Bildu en Pamplona y en la Plaza Nueva no se escuchó esta vez ni una sola referencia a Cataluña, donde el secesionismo retrocede a marchas forzadas tras el fiasco del 'procés'. Tampoco, por cierto, el debate sobre el nuevo estatus, que sigue congelado y sin visos de reabrirse a corto plazo.

El PNV tiene claro cuál es el clima social en ese sentido y el contexto de «incertidumbre» económica y de «desafección» política en que se mueve y prefirió no forzar la máquina. Tanto Ortuzar como el lehendakari Urkullu hablaron de integración europea, de no repetir «más Gernikas» -el lehendakari pidió de nuevo que Moncloa reconozca la responsabilidad de los sublevados y del Gobierno franquista en el bombardeo-, de «tender la mano» a otras fuerzas para salir de la crisis e incluso de Euskadi como «nación», sí, pero también como «comunidad» cohesionada no solo por la cultura y el idioma sino también por «valores» como la «tolerancia» o el «humanismo».

Con ese discurso como telón de fondo, la entrada de «los fachas» de Vox en su primer Gobierno autonómico, el de Castilla y León, sobrevoló la intervención de Ortuzar, que denunció «el deterioro de la política en el Estado español». «Deterioro en las formas, deterioro en el funcionamiento de las instituciones y deterioro en los mínimos exigibles de calidad democrática», enumeró el líder del EBB, que pidió a PP y PSOE un pacto para dejar «fuera de juego a la extrema derecha» e impedir que condicione la gobernabilidad de las instituciones.

Incluso, censuró al PP por «presumir» de pactar con Vox «sin complejos», una decisión que, a su juicio, «mancha casi indeleblemente» a los populares, pero también a los socialistas por alentar su crecimiento para desgastar al rival y sacar votos. «Algún día se arrepentirán de no habernos hecho caso. Todavía no es tarde», apremió Ortuzar, que advirtió, en un mensaje directo a Alberto Núñez Feijóo, que el PNV «arrimará el hombro» para la «salvaguarda democrática» de aislar a la formación de Santiago Abascal «pero jamás, jamás nos verá nadie de la mano, ni cerca, de los fachas de Vox ni de quienes se arreglen con ellos». «¡Nosotros con la libertad y la democracia siempre!», arengó Ortuzar, al tiempo que animó a no dar «ni un voto» en Iparralde a Marine Le Pen.

Aunque les lanzó un «sincero ofrecimiento de colaboración» para alcanzar acuerdos de país, como los que ya se lograron en torno a los Presupuestos de Urkullu y la reforma educativa «siempre que quieran construir y no destruir», EH Bildu se convirtió en el destinatario de los ataques más agrios de Ortuzar. El presidente jeltzale les reprochó la dureza con que se emplearon con el lehendakari en el Pleno del pasado viernes en que el Gobierno vasco presentó su plan anticrisis y les acusó, directamente, de «insultar» a Urkullu mientras contemporizan con Putin. «¿Qué le pasa a esta gente que es capaz de atacar con tanta saña a un representante democrático de su pueblo pero no es capaz de decir ni mú ante las tropelías y las barbaries de un dictador?», arremetió.

Para Ortuzar, pese a que «les gusta pisar moqueta en Madrid», la izquierda abertzale sigue «en el monte». «Les comparé una vez con la vaca de mi aitite Lucas, que daba una patada al balde y se perdía toda la leche. Pero les veo más caprinos que bovinos. ¡Y la cabra siempre tira al monte!», ironizó.