El Gobierno vasco ofrece diálogo y los médicos extienden a la sociedad su llamada a protestar

Y es que la comparecencia de Gotzone Sagardui el martes no ha contribuido a apaciguar los ánimos. La consejera de Salud eludió explicar el motivo exacto por el que se fulminó a la gerente de la principal organización sanitaria de Gipuzkoa, Itziar Pérez, y a la directora médica, Idoia Gurrutxaga. Tampoco aclaró los planes que el Servicio Vasco de Salud tiene para esa OSI en dos campos: la integración de Onkologikoa y el posible traslado del tratamiento del cáncer peritoneal al Hospital de Cruces. Ni hizo frente a las acusaciones de «verticalidad» en la toma de decisiones y de priorizar los criterios «políticos» sobre los técnicos.

Los médicos no se dan ni mucho menos satisfechos por la respuesta del Departamento de Salud y han optado por recrudecer su enfrentamiento. Este martes, pese a ser una jornada festiva, una decena de profesionales encabezados por la jefa de Urgencias del Hospital Donostia, Arantza Aguillo, se concentró a las puertas de la unidad. La treintena de jefes de servicio que firmó una dura carta contra la dirección de Osakidetza, además, ha convocado hoy a las 8:15 horas en la escalinata principal del complejo no sólo al personal sanitario, sino «a todo aquel que no esté de acuerdo con las formas y considere que hay un problema estructural». Por la tarde ofrecerán también una rueda de prensa.

La rebelión de los médicos molesta sobremanera al Gobierno vasco, que les afea haber mediatizado un conflicto que, en su opinión, se debería resolver puertas adentro y no de cara a la opinión pública. El portavoz, Bingen Zupiria, abogó por abrir un «diálogo» para encauzar la crisis, pero «en su debido tiempo y en el lugar que le corresponde». De esta forma, preguntado por los periodistas cuando asistía al acto del 25 aniversario de Kontseilua en Durango, el también consejero de Cultura y Política Lingüística rechazó responder a «un grupo de médicos» a través de los medios porque «no sería coherente» con lo que pide el propio Ejecutivo.

En el equipo de Iñigo Urkullu confían en que la oferta de diálogo sirva para desescalar a corto plazo el conflicto, pero se reafirman en que los pasos dados por Osakidetza eran los adecuados, incluidos los ceses de las dos principales responsables de la OSI, llevados a cabo la pasada semana. «La situación era insostenible. No cabía otra», defienden fuentes de Lehendakaritza consultadas por este periódico. El diagnóstico responde a que, de las trece organizaciones sanitarias que componen el mapa sanitario de la comunidad autónoma -cinco en Bizkaia, seis en Gipuzkoa y dos en Álava-, sólo en una, la de Donostialdea, se estaban saltando las «directrices» marcadas por la cúpula del ente público.

«Una misma estrategia»

Y si algo dejó claro Sagardui el martes en su comparecencia fue que Osakidetza es «una red» y que, en consecuencia, los equipos directivos de las OSI «deben compartir los proyectos» que se marquen desde la sede central del Servicio Vasco de Salud. ◄«Tiene que haber una misma estrategia», insisten en el entorno de Urkullu, donde esperan que los nuevos nombramientos -Agustín Aguirre y Ana Bustinduy han sustituido a las cesadas y se han ocupado dos de las tres plazas vacantes desde antes de la crisis- contribuyan a «cerrar la brecha».

Una fisura que, además, amenaza con extenderse al propio Gobierno vasco a seis meses de las elecciones municipales y forales. No en vano, el PSE-EE ya mostró el martes su preocupación por la crisis y se distanció de su socio, el PNV, al reclamar «transparencia» en la resolución del conflicto.