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David Guadilla
Miércoles, 14 de septiembre 2022
Bildu ha confirmado su giro pragmático también en materia energética y se ha abierto a la construcción de parques eólicos en los ayuntamientos donde gobierna. Se trata de una cuestión compleja de gestionar para la coalición soberanista y donde Azpeitia se ha convertido en el ... primer campo de prueba. La decisión final recaerá en una asamblea ciudadana, pero la alianza liderada por la izquierda abertzale ya ha dejado entrever su visto bueno a un proyecto diseñado por una empresa pública noruega que podría entrar en funcionamiento en 2027. El PNV ha valorado de forma «positiva» el «cambio en la posición política» de EH Bildu.
La invasión de Ucrania, el corte de gas a Europa decretado por Vladímir Putin y la consiguiente subida de los precios han convertido la cuestión energética en un tema prioritario y, en ciertas medida, en una nueva arma política. A finales de agosto lo dejó claro Andoni Ortuzar cuando afirmó que «a todo el mundo se le llena la boca con las energías renovables» pero cuando hay que «poner un parque de molinos montamos la coordinadora de turno para boicotearla». Se trataba de una alusión directa a EH Bildu.
La coalición liderada por Arnaldo Otegi siempre se ha mostrado muy crítica con la gestión energética del Gobierno vasco y con la creación de grandes instalaciones de la mano de compañías como Iberdrola, incluidas algunas renovables. Mientras tanto, alentaba la «soberanía energética». En estos momentos, solo el 10% de la electricidad que consumen los vascos se produce en Euskadi.
La oposición de Bildu a la explotación del 'fracking' sigue siendo frontal, y en el caso de las renovables, según explican fuentes de la coalición, lo que exigen es que el Gobierno vasco ponga en marcha un Plan Territorial Sectorial que termine con lo que define como una «situación caótica». Una especie de mapa que defina qué requisitos se deben cumplir, dónde hay que instalar los parques o quién los debe impulsar para evitar ir «a salto de mata». El problema para Bildu es que parte de sus votantes siguen viendo con recelo la puesta en marcha de grandes parques eólicos en sus municipios.
¿Cómo convencerlos sin soliviantar a sus sectores más ortodoxos en un momento en el que, además, grupos como GKS tratan de enfatizar las contradicciones de Bildu? La estrategia pasa por «pedagogía y compensación». Básicamente, explicar a los posibles afectados de los beneficios que tendrá la instalación de un parque en su municipio.
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De ahí que el caso de Azpeitia sea tan simbólico. Se trata de una de las localidades más importantes gobernadas por Bildu. Lo hace con mayoría absoluta, 10 concejales. Sólo hay otro grupo en el Ayuntamiento: el PNV, siete ediles. La alcaldesa es Nagore Alkorta, una de las voces más destacadas de la coalición soberanista. Su nombre ha sonado incluso para liderar la candidatura de Bildu a la Diputación de Gipuzkoa en las elecciones del año que viene.
La empresa noruega Statkraft anunció el martes su intención de construir dos parque eólicos en Euskadi. Uno en Itsaraz, punto fronterizo entre Bizkaia, Álava y Gipuzkoa. El otro en Piaspe, perteneciente a Azpeitia, que tendría una capacidad de 33 megavatios, lo que supondría la colocación de una quincena de molinos.
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Los directivos de la empresa se reunieron con el lehendakari y con la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, y ambos les trasladaron el aval del Gobierno vasco. Quedaba por ver qué diría Bildu. Y Alkorta ha dejado claro que no lo ve mal. Eso sí, con condiciones. La alcaldesa ha subrayado que también se había reunido con los empresarios, que conocía el proyecto y que se convocará una asamblea ciudadana para informar con «transparencia» de la decisión a la que también estarán invitados los directivos de Statkraft.
¿Por qué en este caso Azpeitia no lo ve mal? Porque Alkorta ha asegurado que hay «dos elementos diferenciadores». Que se trata de una empresa pública –pertenece al Estado noruego– y que el proyecto «abre la puerta a la socialización de la energía y a la participación de los ciudadanos, de empresas locales y de entidades publicas». «Es un esquema innovador y una oportunidad en este mundo energético», ha añadido Alkorta.
El «cambio en la posición política de EH Bildu sobre la instalación de parques eólicos» fue acogida de forma «positiva» por el PNV. A través de una nota oficial publicada a última hora de la tarde, los jeltzales entienden que, «en buena lógica», este posicionamiento «no se limitará» al proyecto de Azpeitia «ni se circunscribirá en exclusiva a municipios en los que ostente la alcaldía». El PNV también aboga por alcanzar grandes acuerdos en materia energética con todos los partidos vascos.
El último parque, el que se construyó ubicado junto a los muelles del Puerto de Bilbao, se inauguró hace 16 años.
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