El exceso de velocidad sigue siendo uno de los factores por los que se producen los accidentes de tráfico. Es un asunto de vital importancia para la DGT. De hecho, su nueva ley de Tráfico va encaminada a ello al eliminar la posibilidad de rebasar el límite de velocidad en 20km/h para efectuar adelantamientos en carreteras convencionales. El objetivo de reducir la mortalidad en las carreteras también está presente en el Parlamento Europeo, que aprobó una propuesta para que todos los nuevos vehículos (coches, furgonetas, camiones y autobuses) estén dotados de un freno automático a partir de 2022. El equipo se denominará sistema de asistencia de velocidad inteligente (ISA, por sus siglas en inglés: Intelligent Speed Assistance).
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La UE insta a que los nuevos vehículos sean homologados con el nuevo sistema y que dispongan desde el próximo 6 de julio de 2022 de esta tecnología, si bien será desde julio de 2024 cuando todos lo nuevos coches del mercado tengan que incluir el freno automático en sus prestaciones.
El nuevo sistema permitirá a los conductores que se mantengan dentro de los límites de velocidad que marque la vía. Para ello, el dispositivo reconocerá la carretera por la que se circula gracias a una cámara de vídeo y el GPS.
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Aunque el nuevo freno automático será obligatorio, los conductores podrán desactivarlo, si bien cada vez que arranquemos el vehículo estará activado. Por ello, habrá que apagarlo de forma manual si se desea.
El sistema también debería quedar apagado cuando el conductor acelera, por ejemplo, para realizar un adelantamiento. En caso de rebasar el límite de velocidad que marca la vía, el dispositivo emitirá una señal visual y acústica para prevenir al conductor de que está cometiendo una infracción.
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Sí, el conductor debería poder anular el sistema ISA usando el pedal del acelerador por seguridad. Por ejemplo, durante una maniobra de adelantamiento durante la cual cambia la velocidad. El conductor recibe una señal visual y acústica hasta que alcanza o cae de nuevo por debajo del límite máximo permitida. Entonces ISA vuelve a estar activo.
Para la seguridad de los conductores, el sistema no frenará el vehículo, sino que reducirá la potencia del motor para que el coche baje la velocidad. Asimismo, también podría incrementar la resistencia del pedal del acelerador. Por ello, la responsabildiad final de frenar es del conductor.
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