Mascarillas, geles hidroalcohólicos y limpieza extrema en el sorteo extraordinario de Navidad

Pero si hay algo que haya marcado el evento han sido las mascarillas. Todos los que estaban en el recinto tenían una puesta. Y los que estaban sobre el escenario, además, llevaban el mismo modelo: una higiénica de tela azul marino. Los niños de San Ildefonso también la portaban, aunque se la quitaban para cantar con mayor facilidad y claridad los números y los premios. Por cierto, que todos ellos han pasado el correspondiente test para controlar que no estaban infectados y que podían participar en el evento sin poner en peligro la seguridad. Han salido a escena más distanciados de lo acostumbrado para respetar el metro y medio de seguridad. También con una mascarilla azul oscuro. Una vez ya dispuestos a cantar, se la han quitado. El resto de los presentes, que no tenían que hablar en alto, la han mantenido todo el tiempo.

Este año también están teniendo mucha presencia los geles hidroalcohólicos, colocados estratégicamente en cada mesa (donde había pantallas separadoras en las que eran compartidas entre varias personas) y al lado de los bombos (más separados que de costumbre) para limpiarse las manos. Asimismo, se ha reforzado el servicio de limpieza contratado por el sorteo. Una vez acabada cada tabla, salía una trabajadora para desinfectar el puesto en el que se sienta el notario que vigila los alambres. Todo para evitar los contagios y hacer del evento y acto seguro.

El momento 'trending topic' de Twitter este año ha tenido lugar otra vez durante la preparación de los bombos. El año pasado, una de ella rebotó hacia el exterior. En este caso, y según nota aclaratoria del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado, «el protocolo establecido indica que el operario responsable de la introducción de las bolas en el bombo debe proceder a su introducción manual en el mismo», que fue lo que se hizo.

En esta ocasión, tras colocar las bolas de los premios dentro y poco antes de empezar, se ha quedado algo en el suelo y un hombre de chaqueta oscura parece que le ha dado un puntapié. Los tuiteros dicen que es otra bola, pero no ha sido confirmado por nadie.

Durante la primera tabla han salido dos quintos muy tempraneros y muy seguidos, en menos de tres minutos, pero no ha habido más sobresaltos. En la segunda, uno de los pequeños se ha trastabillado al cantar un número como muchos seis y tanto a él como a su compañero se les han caído dos de las bolas que, eso sí, han atrapado rápidamente.

En la cuarta tabla estaban los hermanos Dávalos para cantar. Pero el hermano mayor, Samuel, ha comenzado algo atrancado al leer los números. Se le notaba muy nervioso, pero la complicidad con su hermano, le ha hecho remontar. Y poco después han cantando en menos de tres minutos el tercer y el cuarto quinto del sorteo.