Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Luis Gómez
Martes, 15 de mayo 2018, 00:43
El vino arrastra una fabulosa historia de 8.000 años. Expertos como Fernando Mora, uno de los cuatro 'Master of Wine' españoles, están convencidos de que la industria vinícola nacional vivirá «una revolución en los próximos diez años, tanto en producción como en ... consumo». Sin embargo, ahora atraviesa uno de sus peores momentos, especialmente entre la juventud, con la que no consigue conectar.
Sobre las razones de este desapego giró el debate moderado por el sumiller Iñaki Suárez, que resumió la «paradoja» de este «alimento». «Jamás en la historia ha habido tanta variedad, pero cuesta mucho captar al consumidor». Guillermo Cruz, sumiller del restaurante Mugaritz, explicó uno de los motivos: «Hay que cambiar el lenguaje que utilizamos, porque en vez de acercarnos a los jóvenes les estamos alejando. Es difícil de asimilar algo que de entrada se ve señorial y elitista, aunque no lo sea. Porque el vino es algo que hacen unas personas para otras personas. ¡Y no tiene clases!», atajó.
Llegar a la gente «y emocionarla», como ha hecho la marca de cervezas «Estrella Damm con sus spots televisivos. Yo veo esos anuncios y me apetece ir a una cala de Ibiza y beber cerveza. Veo, en cambio, uno de vino y no conecta, porque se ha quedado caduco. Hay que transmitir bien el mensaje», subrayó Mora.
Y trasladar que esta bebida no es solo el «líquido» que hay dentro de una botella. «El vino es muy divertido y barato, pero hay que saber posicionarlo», insistió. Para conquistar nuevos paladares. Como en Francia, donde los chavales se «montan 'picnics' con rosado», o en Australia, donde las fiestas se disfrutan con una copa... «de vino entre las manos», reiteró Cruz. «Necesitan ser contadas las historias que hay detrás del vino porque es el sabor de la historia lo que se consume y emociona». «Y no hay que soltar rollos sobre su elaboración, sino enseñarles que es sexy, 'cool' y vibrante. La emoción empuja a una experiencia gratificante», sentenció Mora.
Iñaki Suárez mostró su pesar por los niveles de consumo actuales de España. Ocupa el puesto número 42 en el ranking mundial, pese tratarse de unos de los principales productores. «Nunca hemos disfrutado de tanta variedad como la que tenemos en estos momentos».
Cruz soñaba de niño con ser sumiller. «Si estudié Bachillerato y Hostelería, fue por imposición de mi madre», confesó. Sufrió una gran decepción con el primer gran sumiller que le atendió por el lenguaje que empleó. «Un vino es un paisaje y dibuja nuestra arquitectura emocional».
«Hay que adaptarse al interlocutor. Con mi primer caldo, 'Latidos de vino', en vez de dibujar castillos en la etiqueta de la botella, diseñé corazones. Hay que hacer cosas divertidas y que atraigan, pero sin ser súper agresivo, porque lo de dentro debe de estar en consonancia».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.