Comer durante el BBK Live: diez bares y restaurantes de Bilbao para reponer fuerzas

Hay hambre de fiesta, pero la fiesta también da mucha hambre. Después de dos años sin BBK Live por culpa de la pandemia, la villa anda revuelta por el regreso de la gran cita festivalera de la temporada. Tres días de bailes desenfrenados y cánticos a pleno pulmón en medio del monte agotan a cualquiera, por eso conviene no descuidar la alimentación entre fiesta y fiesta. Lo saben bien los artistas, que suelen aprovechar esta cita para marcarse unas jornadas gastronómicas por Euskadi y lo sabe el público, que aquí no se deja tentar tan fácilmente por la comida basura.

Nos chivan que James Murphy, de LCD Soundsystem, es un gastrónomo empedernido, el más foodie de cuantos han pisado el escenario del festival en sus quince ediciones. Por eso no extraña que el músico, que actúa el jueves en el escenario principal, haya pedido alargar su estancia una semana más para comer en algunos de los restaurantes más afamados de la región. ¿Le veremos moviendo el bigote en Etxebarri? Desde la organización no sueltan prenda, pero si deslizan que no es el único artista que se apunta estos días a una ruta culinaria. ¿Influirá el prestigio de la cocina vasca a la hora de convencer a los cabezas de cartel?

Conscientes de que el público que viene a Bilbao espera comer bien, el festi trata también de no descuidar su oferta de papeo. Entre los más de veinte 'foodtrucks' que se pueden encontrar en el recinto de Kobetamendi hay opciones para todos los gustos, muchas de ellas ofrecidas por negocios locales, como las salchichas alemanas de la familia Thate, las hamburguesas del Itxasbide de Deusto, los sandwiches de masa madre de Abasotas, las empanadas de Cachito Mío o los bocatas de los barakaldeses Komo Komo, y de postre las galletas artesanas de la firma bilbaína Soñar. Pero además la villa ofrece razones de sobra para alimentar la fiesta con fundamento. Hay muchísimos más, pero hemos seleccionado diez bares y restaurantes donde reponer fuerzas con criterio y sin dejarse una pasta.

Taberna contemporánea en ese triángulo de callejuelas que forma el corazón del Casco Viejo. A medio camino entre la casa de comidas popular y el bar de copas noctámbulo, el ambiente está asegurado desde primera hora de la tarde. Picoteo con sustancia para empapar las primeras rondas de cañas: pencas rellenas de raclette y cecina, albóndigas con queso trufado, talo de morcilla y chimichurri, hamburguesa vegeta con mahonesa de piparras o bocatas de pollo frito y curry. ¿Salivando ya?

Otro espacio que muda con naturalidad de piel. El mismo comedor donde al mediodía se sirve uno de los menús más originales de la villa se transforma al caer la tarde en una animada pista de baile. La fórmula de los hermanos Ritxi y Andeka Marina se basa en una cocina de mercado, salpimentada con referencias exóticas, que siempre consigue sorprender. Recargar pilas con una crema fría de aguacate, lima y manzana verde o un bacalao confitado, humus y espinacas fritas es un lujo para el maltrecho estómago festivalero.

Dicen en esta moderna cevichería a un paso de la Alhóndiga que «el ceviche es como una religión», aunque en su caso una bastante heterodoxa. Decorada con luces de neón y tatuajes old school, se ha consolidado como una de las referencias de la cocina latina en Bilbao gracias a la desbordante personalidad con la que actualizan clásicos como el ceviche o el tiradito. Sabores intensos, frescos e insólitos para poner las papilas a bailar.

Aspiraban a convertir esta pizzería de 'Sanfran' en la mejor del país y los hermanos Demaio van camino de conseguirlo. Dos variedades de masa, una finísima napolitana de borde esponjoso y una romana crujiente y sabrosa. Sobre ellas, una sugerente variedad de combinaciones que mezclan con acierto ingredientes locales y otros traídos de su tierra natal. Tienen un local precioso en la zona más apetecible de Bilbao La Vieja, pero también despachan para llevar y sirven a domicilio.

Después de una noche de juerga lo que te pide el cuerpo es meterte entre pecho y espalda una chorreante hamburguesa. De hacerlo, hacerlo bien. Nuestra recomendación es huir de las franquicias de comida rápida y encontrar alguna de las hamburgueserías gurmé que proliferan últimamente por Bilbao. Las hay muy buenas casi en cada barrio, pero esta de la calle Elcano es la pionera. Paciencia que suele haber cola, pero la recompensa merece la pena.

No suena música de rancheras ni hay sombreros de charro colgando de las paredes, pero esta taquería del Casco Viejo resulta más auténtica que muchas de su especie. El chef Edgardo Martínez Nieto propone una batería de tacos que van desde los más tradicionales -no se pierdan la cochinita o el pastor- hasta los más imaginativos, como el delicioso taco de chicarrón y pulpo. Hace poco sumaron un nuevo local en Abando bautizado como Flyin Burritos.

Probablemente, el 'wine bar' más interesante ahora mismo en Bilbao, aunque a su dueño Joseba Gorroño le guste más definirlo como tasca. Orientado a bebedores desprejuiciados, amantes de los vinos naturales o de poca intervención, dispuestos a dejarse sorprender. Para empapar el trago, bocados tan genuinamente vascos como el talo, relleno de guisos en peligro de extinción como el zancarrón o la lengua en salsa. Combinación perfecta entre lo viejo y lo nuevo que tiene seducidos a los vividores de la villa.

Otro clásico de la hambruna 'post party' es el socorrido kebab, pero hay una gran diferencia entre comerse uno en cualquier esquina o disfrutar sentado a la mesa de Jazmino's. En este local de ambiente relajado en Fernández del Campo se sirven algunos de los 'hits' de la cocina de Oriente Medio, tratados con ligereza y frescura contemporáneas. Imprescindibles los falafel, el shawarma libanés o el pita llamado 'Cordero de dios'.

Guarida para forofos de la cerveza artesana en un rincón junto a la ría donde siempre hay ambiente al caer la tarde. El líquido que mana de sus siete grifos está elaborado en una pequeña cervecera de Gorliz y la variedad de cerveza embotelladas es admirable. Aquí la birra lleva nombres tan descarados como 'rubia del botxo' o 'ugly fuck'. Acompañan el trago con suculentas hamburguesas, para componer así el menú ideal del perfecto festivalero.

La dejamos para el final con el ánimo de que solo los lectores más tragaldabas conozcan la existencia de esta modesta taberna del pintoresco barrio de Masustegi. Su ubicación en las faldas de la montaña es ideal para reponer fuerzas de camino a Kobetamendi y el menú parece pensado para acallar las tripas rugientes de quienes se han pasado toda la noche bailando. Es muy sencillo: ca, cho, po.

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