'El Gran Chiste' que persigue a Daniel Sancho: así es el policía-monje budista que le pide pena de muerte

La cita ha estado rodeada de misterio. Ayer mismo, un portavoz de la comisaría reconocía a ABC no tener claro «a qué hora vendrá Surachate», e incluso ponía en duda «qué día». Sin embargo, el reloj marcaba mediodía –hora local– cuando un helicóptero ha tomado tierra en el amplio jardín frente al edificio. Tras una breve reunión con los responsables locales, el subdirector nacional ha comparecido ante los medios para confirmar que la investigación del asesinato de Edwin Arrieta ha concluido, según ha recogido la agencia EFE.

El cirujano colombiano de 44 años habría fallecido a consecuencia de una herida de arma blanca en el pecho y no tras un lance fortuito durante un forcejeo, tal y como aseguró Sancho en un primer momento. 'El Gran Chiste' también ha descartado que terceras personas participaran en el crimen, pues el cocinero español de 29 años «aparece siempre solo en las grabaciones de las cámaras de seguridad». Ante la inminente apertura del sumario, Sancho será acusado de asesinato premeditado, castigado hasta con pena de muerte.

El cierre de las pesquisas añade otra muesca a la larga lista de éxitos de Surachate. Hijo de policía, siguió sus pasos incorporándose a las fuerzas de seguridad. Ascendió a velocidad vertiginosa por el escalafón, batiendo sucesivos récords de precocidad hasta alcanzar el rango de general –el más alto en Tailandia– antes de cumplir los cincuenta.

Una duda recurrente, no obstante, cuestiona si dicha meteórica carrera responde a su personalidad y habilidades a sus conexiones políticas. Su progenitor, aunque agente raso, formaba parte de la órbita del por entonces subdirector nacional de policía Samer Damapong, padre de Potjaman Na Pombejra, a su vez exmujer de Thaksin Shinawatra, idolatrado primer ministro desde 2001 hasta su derrocamiento por un golpe militar en 2006, y madre de Paethongtarn Shinawatra, actual líder del partido político Pheu Thai que defiende los intereses del clan.

Surachate adoptó un papel muy activo como comisario de la Policía Turística –cuerpo especializado en lidiar con cuestiones relacionadas con visitantes extranjeros– y después como responsable de la Oficina de Inmigración, lo que afianzó su reputación. En particular, recibió alabanzas unánimes tras gestionar de manera personal el polémico caso de una mujer que logró viajar a Australia como solicitante de asilo en lugar de ser deportada de vuelta a Arabia Saudí, como exigía su familia, de la que pretendía escapar. 'El Gran Chiste' aparece en todas las fotos publicadas sobre el escándalo, sonriendo.

Estas credenciales le permitieron profundizar sus vínculos con el Gobierno de la Junta Militar. Fue nombrado comandante de la Oficina del Comisionado General, en contacto directo con el primer ministro Prayuth Chan-ocha, y después portavoz asistente del viceprimer ministro Prawit Wongsuwan. No obstante, su suerte pareció agotarse en marzo de 2019, cuando fue destinado a un puesto civil inactivo; un cambio sobre el que las autoridades no dieron explicación alguna pero que habría estado motivado por una supuesta investigación.

Surachate sugirió entonces un posible caso de corrupción en la cúpula policial, y en enero de 2020 su coche fue acribillado a balazos en el centro de Bangkok mientras él recibía un masaje en un salón cercano. Este optó entonces por apartarse de los focos, y una semana después compartió unas fotografías de su ordenamiento como monje budista en India.

Por intervención divina o humana, Surachate recuperó la fortuna. En marzo de 2021, el primer ministro anunció su reincorporación a las fuerzas de seguridad, y creó para él un nuevo cargo como consejero estratégico especial, antes de elevarle a subdirector nacional de policía. Bajo dicha condición ha aterrizado este lunes en Koh Phangan, dispuesto a hacer del caso Sancho un nuevo triunfo en su previsible trayecto hacia la cúspide del poder en Tailandia.