Las causas que podrían librar a Daniel Sancho de la muerte

Daniel Sancho y su equipo de abogados tendrán solo unos meses para preparar el juicio donde será acusado de asesinar premeditadamente al médico colombiano Edwin Arrieta. El joven español se enfrentará a la pena de muerte, tal y como adelantó ayer la Policía tailandesa, que concluyó hace unos días el grueso principal de la investigación. En cuanto el Cuerpo envíe el informe a Fiscalía, dará comienzo la vista oral. Este trámite durará como máximo unos 80 días por lo que es posible que la fecha del juicio se fije para el próximo otoño.

El objetivo de la defensa de Sancho se centra ahora en evitar que el joven llegue al corredor de la muerte, según afirman los diferentes portavoces de la familia. No lo tendrá fácil pues él mismo confesó el crimen. En la primera versión que dio a la Policía, después de acudir voluntariamente a denunciar la desaparición de su amigo, afirmó que asesinó y descuartizó a Edwin Arrieta. Después, aconsejado por sus abogados, matizó sus primeras palabras: la muerte del colombiano fue accidental y se produjo tras una discusión, cuando Sancho se negó a continuar con las relaciones sexuales que ambos mantenían. Fruto del pánico, Sancho, dice, decidió cortar en trozos el cadáver de Arrieta.

Pero la Policía no se lo cree y tiene pruebas contundentes para ello. Ayer demostraron a través de un dossier, que incluía todo tipo de fotografías, cómo Sancho llegó dos días antes a la isla de Ko Pha Ngan para «planificar el asesinato». Primero durmió en un hotel de lujo que estaba reservado a nombre de Edwin Arrieta. Antes de reunirse con su amigo, el hijo del actor Rodolfo Sancho, acudió en dos ocasiones a un supermercado donde adquirió material que le incrimina aún más: un cuchillo de carnicero, una sierra, tres bolsas de basura, dos paquetes de guantes, 120 metros de film de plástico, gomas de atar, estropajos... Reservó un segundo alojamiento, esta vez a su nombre, y después de reunirse con Arrieta y disfrutar juntos de la tradicional fiesta de la Luna llena, cometió el crimen.

Ya en la habitación del segundo hotel, Sancho «apuñaló» -según la versión policial- a Arrieta, que se desplomó golpeándose con el lavabo. Después fue descuartizado. Este es uno de los aspectos que trata de cerrar la Policía antes del juicio. Porque ni se ha encontrado el arma del crimen, aunque los tickets de compra del día anterior demuestran que Sancho las adquirió, ni se conoce con exactitud la causa de la muerte. Ayer la Policía reconoció que barajan la hipótesis del apuñalamiento, del golpe en el lavabo... e incluso no descartan que Arrieta llegase con vida al descuartizamiento. Confían que este punto se cierre con los resultados de la autopsia.

Aunque aquí existe otro problema. Sancho ocultó el cadáver de Arrieta en pequeños trozos repartidos en bolsas de basura. Muchos se han hallado en un vertedero cercano al hotel donde se cometió el crimen, otros aún se buscan. Se sabe que el joven alquiló un kayak esa misma noche y que portaba una mochila de abultado tamaño. Pero no hay más.

Y estos pequeños detalles son los que pueden librar de la pena de muerte a Daniel Sancho. Sin arma y sin conocer la causa exacta de la muerte, los expertos -que acuden en masa a las tertulias organizadas en las diferentes televisiones- afirman que podría librarse de la pena capital. Otro pequeño detalle que beneficia los intereses de Sancho son los antecedentes de la Justicia tailandesa. En los últimos 15 años 'solo' dos personas han sido condenadas a muerte, y en ambos casos se trató de ciudadanos locales.

Son las únicas dos circunstancias a las que se agarra la defensa de Sancho porque su teoría de la implicación de una tercera persona quedó ayer sepultada por el informe policial. Desde hace unos días, en España, se dejaba caer que en el escenario del crimen podría haber «una tercera persona». Pero las pruebas que maneja la Policía tailandesa lo descartan: no se hallaron otros restos de ADN ajenos al caso en la habitación donde murió asesinado Arrieta. Y en las cámaras de grabación tampoco se aprecia a ninguna persona más.

También los portavoces de la familia Sancho formularon la teoría del doble, donde aseguraron que en las grabaciones del supermercado la persona que aparece comprando el cuchillo no es Daniel. Pero en el dossier que la Policía tailandesa difundió ayer a los medios españoles, queda demostrado que sí es Daniel Sancho quien acude al supermercado.

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