Nathy Peluso, M.I.A., Cariño... Fin de fiesta teñido de morado: «Hemos venido a gozar»

Con el permiso de los tardíos conciertos de Pet Shop Boys -una de esas bandas que siempre sienta cátedra-, y el reguetonero líder de masas J Balvin, el último asalto del Bilbao BBK Live fue de las mujeres. La estrella más rutilante llegó cuando caía el atardecer sobre Kobetamendi, tras el baño de masas que se dio Rigoberta Bandini con la aparición sorpresa de Amaia, que disparó la euforia en Kobetamendi.

A Nathy Peluso, empoderada hasta el punto de parecer una superheroína de Marvel, el escenario secundario le supo a poco. Bachata, salsa, rap, reguetón... todo le iba bien. La artista argentina se ganó a las masas desde el primer minuto. Enfundada en un mono azul y negro, se mostró divertida y tan deslenguada como siempre, con ese fraseo tan característico que es marca de la casa. Cogió la cámara para grabarse en primer plano y filmar a los fans de las primeras filas.

Tras un celebradísimo 'Ateo', ese tema con el que baila en el videoclip una sensual bachata con C. Tangana en la catedral de Toledo, la intensidad solo fue en aumento. Bilbao enloqueció cantando 'bombastic' y se dejó la garganta con el fin de fiesta. Nathy Peluso eligió para cerrar su actuación una versión que es un éxito seguro en cualquier plaza: 'Vivir así es morir de amor', de Camilo Sesto. Y para ganarse aún más al personal, paseó por el escenario una ikurriña.

La diva más tardía en los horarios del BBK Live fue un derroche de electrónica con el que la fiesta no hizo otra cosa que subir de forma exponencial. M.I.A., artista visual, directora de cine, diseñadora... fue sencillamente la bomba. La británica de ascendencia tamil cingalesa demostró una vez más que se puede ser polifacética y brillar en cada uno de los campos.

La jornada empezó apuntando maneras. La juventud y la frescura del trío Cariño fue toda una declaración de intenciones. «Da gusto ver las primeras filas de los conciertos llenos de 'pavas'», afirmaba apenas unos días antes de su gran espectáculo en Kobetamendi Zahara. Ella ofreció uno de los mejores conciertos de la primera jornada, en otra reivindicación de que las mujeres están obteniendo por fin el reconocimiento que merecen en el mundo de la música. Aún queda mucho, pero qué bueno ver cuánto se está logrando. Una clara muestra fue precisamente la banda Cariño. Divertidas y animadas, las tres componentes, que se conocieron por la aplicación de citas Tinder fueron el bolo perfecto para poner a tono al personal. Juguetearon con el J pop mientras cantaban «no soy tu puto tamagochi' y cantaron a la diversidad con su 'Bisexual', todo un himno para el colectivo que gritó sin complejos «me gustan las chicas». Éxito similar tuvo otro de sus temas más populares, 'Voy a invitarte'. Nada mejor para el futuro de las artistas de la música que confirmar un presente tan sólido.