The Offspring prende la mecha del vigésimo aniversario del Azkena Rock Festival

A pesar de ello, el grupo, reconocido por ese cráneo en llamas que se convirtió en su logo, encendía la mecha con dos minutos de furia de 'Staring at the sun', salvado por sus coros (oh, ooh) en una pista espídica que dejaba claro que el paso del tiempo de cualquier banda se puede resolver de buena manera recurriendo a los temas más sonados. En el caso de los californianos, 'Americana' (1998) y 'Smash' (1994), álbumes que muchos recuerdan haber tenido en casete, son los pilares del repertorio. Había muchos asistentes con las camisetas y el arranque recurrió precisamente a una canción de ese 'Smash', disco que batió todos los récords de ventas con una discográfica independiente -más de seis millones solo en Estados Unidos- y fue el trampolín hacia las masas en un año decisivo para el punk pop con otros lanzamientos como 'Dookie', de Green Day; 'Stranger Than Fiction', o 'Punk in Drublic', de NoFx.

De alguna manera, la banda californiana repetía anoche una versión algo mejorada de la que dejó una de sus últimas visitas al País Vasco en 2013, cuando actuaron en el festival En Vivo de Bilbao. En realidad, no necesitan tocar demasiadas teclas para hacer que el público cante, grite y se vea envuelto en un pogo, esas mareas de gente chocando hombro y lo que se tercie. Offspring azuza la entrega de un público que al mismo tiempo que los ve siente algo de nostalgia. Y es que el grupo, el del logo de esa calavera en llamas tan famosísima con la que muchísimos jóvenes forraron sus carpetas en los noventa, fue la banda sonora de surferos y skaters. Es cierto es que buena parte de los seguidores ya peinan canas, ya no son tan jóvenes. Pero se dejó ver un relevo generacional en veinteañeros, cautivados por himnos como 'Why Don't You Get a Job?', un ska con las palmas del público, o la divertidísima y locuaz 'Pretty Fly (For a White Guy)'.

Teniendo en cuenta que Offspring pasará a la historia como uno de los mayores exponentes de la popularización del punk en los noventa y del paso definitivo del underground a las radios comerciales, lo fácil es que la banda se conformara con tirar de ese repertorio más conocido. ¿Lo hicieron? Pues no del todo. Casi de manera sorpresiva incluyeron 'Behind your walls', single publicado este año, en el que lanzaban un mensaje contrario a la construcción de muros, en referencia a Donald Trump, el excéntrico expresidente contra el que ya cargaron en 'Let The Bad Times Roll', una de las canciones con más tirón de las facturadas en los últimos años. También tocaron de su última etapa 'The Opioid Diaries', un alegato en contra (sí) de las drogas.

En el inicio del concierto, fogonazos como 'Come out and play', considerado uno de los primeros éxitos de The Offspring, y una particular invitación al juego levantó los brazos -y móviles, más de los habituales- del público. 'You gotta keep 'em separated' (tenéis que mantenerlos separados) es la primera frase de una canción que invitaba a lo contrario, a que el público se concentrara. En esa primera tanda también tocaron 'Want you bad', otro signo de la popularidad, banda sonora de 'American Pie', y de esas canciones que desde el primer acorde reconoce el público, aunque no sepa muy bien acertar con el título. El tema formó parte del disco 'Conspiracy of One', por primera vez con una portada ocupada por el cráneo en llamas. Tras ese éxito, Noodles, el guitarrista, hizo su papel de malote y alabó el festival y todo lo que se encontraba a su paso ('Spain is a beautiful place', dijo).

El caso es que sin sacar demasiado brillo a sus trabajos en estudio, al entusiasmo sucumbieron incluso aquellos que no eran muy seguidores. Ellos lo disfrutaron a su manera. Sin sermones, la banda encadenó sus canciones más conocidas. Para la traca final dejaron temas como 'You're Gonna Go Far, Kid' y 'Self Esteem'. Todavía quedaba noche por delante con las actuaciones de Fu Manchu y The Toy Dolls. Curiosamente, Fu Manchu fue una de las formaciones anunciadas en 2019 para una edición del festival que ha llegado tres años después envuelta en llamas.